-16-

3.3K 187 44
                                    

Iker:
Primera luz.


Un impulso, un jodido impulso me lleva a probar la dulzura ya inimaginada de sus labios. Suaves como la seda, dulces como la miel, y adictivos como el café. Son la mejor descripción que se le pueden dar a los labios más bonitos que he besado, de una encantadora mujer como lo es Rose. He comprendido que es inevitables ocultar los sentimientos, y menos cuando se debe luchar contra uno mismo, sabiendo que aquella sensación no va a abandonarte.

Lo intenté, de verdad lo hice, quise bloquear cualquier tipo de sentimientos, pero negar la existencia de los mismos, no sirvió para nada. En su lugar, cada vez que podía verle, que es todos los días, más me prendaba de todo lo que significa. Inteligencia, belleza, sensibilidad, y amor a la familia.

Es ella quien se separa, mueve la cabeza de un lado a otro para negar, y creo que ha sido un error dejarme llevar. Es un mal momento para Rose, y no debí aprovecharme de ello.

—No lo hagas, Iker. No hagas esto, no porque sientes pena de mi. —Musita con tristeza.

—No, Rose. Esto no lo hago por lo que tú dices, sino, porque quiero. —Tomo su mano. —Sé que puedo confundirte, incluso yo mismo no tengo claro nada. Solo sé que me atraes de una forma especial.

—Dijiste que no era adecuado, ¿Qué cambia ahora? Iker, tal vez no tenga un millón de experiencias sobre cosas de la vida, pero si llevo claro que nada puede cambiar de la noche a la mañana. —Me mira fijamente a los ojos, esos ojos que me gusta me miren. —Pensé que después de ayer, algo iba a cambiar, pero nada es como lo esperamos.

— ¿Y si lo dejamos suceder? —inquiero. —Me refiero a que voy a aceptar lo que siento por ti, de igual forma en que tú aceptes lo que yo soy.

—Quiero saber que te detenía a hacerlo antes. Cuando me dijiste que no era adecuado, porque yo no lo entiendo.

—Porque siento vergüenza de todo lo que sucede a mi alrededor, en mi vida personal. —Murmuro apenado. —Rose, a estas alturas has conocido mi amorfoda familia. Sabes que no me relaciono bien con ellos, a excepción de Valentina. Lo que menos quiero es arrastrar a alguien a todo eso. ¿Recuerdas que mencioné a la diferencia en nuestras familias? —asiente. —Pensaste que era por una situación de status social, pero no, yo hacía referencia a la estabilidad inexistente que hay en la mía. Mis padres se separan y regresan cuando quieren, y a eso me he acostumbrado. No me relaciono con mi hermano porque nunca hemos congeniado. Eso y muchas cosas más, situaciones que ni imaginas, es lo que rodea mi vida.

—En ese caso, estás decidiendo por mi, Iker. Ninguna familia es perfecta, de lo contrario sería aburrido. —Habla con tanta naturalidad, que me hace creer. —Si tú quieres intentarlo, yo también voy a hacerlo. Pero esto es de dos, nada tiene que ver nuestras familias, ¿entendido?

—No hemos empezado, y ya me das órdenes. —Bromeo, y consigo hacerle sonreír. —Deberías ir adentro, parece que va a llover.

Me levanto y extiendo mi mano para ayudarle a estar en pie. Me mira confundida, por mi repentino cambio, pero es lo que hay. Yo sí tengo los ojos en todos lados, y cierta persona nos está observando desde arriba.

—Tu papá nos mira. —Susurro. — ¿Aceptarías salir conmigo el sábado?

— ¿Esa es una cita, Iker?

—En lo que corresponde, sí. —Sonrío sin mostrar demasiado. — ¿Aceptarías mi invitación?

—Estaré muy complacida con ello.

TAN CERCA DE MI©Where stories live. Discover now