OBLIVIATE || Hyunlix✔

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[FELIX]

Hace nueve años.

—Pensé que eras tú. —Levanto la vista justo a tiempo para ver que Hyunjin algo ocupa el asiento frente a mí en mi pequeñísima mesa de la cafetería que está a las afueras del campus. Mis libros de texto ocupan todo el espacio delante de mí, ya que estoy estudiando para los exámenes finales, y mi ordenador portátil está colocado precariamente en mi regazo. Me quito los auriculares de las orejas, preguntándome en qué mundo mi aspecto da la impresión de que tengo tiempo para charlar, aunque el hombre sea increíblemente guapo.

Unos penetrantes ojos verdes con motas de miel recorren mi rostro. Ojos llenos de promesas, aunque todavía no estoy seguro de cuáles son. Vestido sin esfuerzo con un traje azul marino completo que parece haber costado más de tres meses de mi alquiler, este hombre rezuma sexo y estilo y una masculinidad que hace que mi corazón se acelere. No lleva corbata y su botón superior está desabrochado revelando su pecho, que nunca me di cuenta de que era tan excitante hasta este momento.

—Umm... Hyunjin, ¿verdad? —Entrecierro la mirada ligeramente, tratando de recordar el apellido del amigo del nuevo novio de mi mejor amigo.

Mi mejor amigo, Kim Seungmin, estudia biología y de alguna manera se había mezclado con un doctor muy joven y guapo, Christopher Bang, en ese hospital en el que era voluntario para reunir las horas que necesitaba para la facultad de medicina. Era todo muy de Greys Anatomy.

Había conocido a Hyunjin de pasada una noche, cuando Seungmin y yo habíamos salido después de clase, y dicho doctor, soñador y muy posesivo, nos hizo una visita para asegurarse de que nos estábamos "portando bien". Puse los ojos en blanco ante el sentimiento y le pregunté cómo era tener otro padre disfrazado de novio y el me respondió con una risita que le encantaba e hizo alguna broma de papá.

Hyunjin, que lo había seguido, se presentó y procedió a mirarme fijamente por el resto de la noche, sus ojos clavados en su whisky y en mi como si fuera un león y yo su presa y estuviera planeando su próximo movimiento. Sabía que me veía bien esa noche, pero la forma en que iba y venía entre desnudarme con la mirada y sabotear cualquier conversación con un tipo que intentara hablar conmigo, me había hecho preguntarme brevemente si le gustaba algo más que mi aspecto.

—Me has herido, Lee Felix. —Sonríe y no se me escapa el hecho de que su sonrisa es literalmente perfecta. Dientes blancos y rectos y un hoyuelo en un solo lado. Señala con la cabeza mi ordenador y el conjunto de libros que me rodean—. ¿Qué estás estudiando?—Da un sorbo al vaso de papel e intento ignorar cómo se mueve su garganta o cómo se tambalea su manzana de Adán al tragar.

No le mires la boca, Felix.

Me acomodo un largo cabello rizado detrás de la oreja, señal reveladora de que estoy nervioso, y trato de evitar su mirada.

—Puedes llamarme simplemente Lixxie. Así me llama todo el mundo.

—Bueno, y si no quiero ser simplemente como todo el mundo. Entonces, ¿cómo debería llamarte? — Vuelve a sonreír con una pizca de picardía, pero más juguetona, y agradezco estar sentado, o si no mis rodillas probablemente se doblarían.

—Ummm... —Aparto la mirada de sus ojos verdes. Ojos verdes magníficos que parecen de color esmeralda. Nunca había visto unos ojos de ese color y mezclados con su tez bronceada, parecía el "Dios griego" del que hablaban las mujeres en las novelas románticas.

Iba a fracasar en este examen si no me concentraba.

—Análisis estadístico —digo finalmente.

—¿Así es como debería llamarte? —Bromea.