OBLIVIATE || Hyunlix✔

ღ13

[FELIX]

La sensación de que me muevo hace que mis ojos se abran de golpe. Me siento inmediatamente desorientado hasta que me doy cuenta de que me llevan en brazos. Unas manos cálidas rodean mi espalda y pasan por debajo de mis piernas y ese olor... joder... ese olor.

Huele a hogar. Como a estar locamente enamorado. Huele a felicidad. La gente siempre dice que tu sentido del olfato está más conectado a tus recuerdos. Tiene el poder de despertar la nostalgia al instante, y en este momento estoy recordando un momento particular en el que el hombre que me llevaba en brazos y yo estábamos haciendo sesenta y nueve en el suelo de nuestro dormitorio. Dejo escapar un gemido, justo cuando me coloca sobre unas suaves mantas de felpa, y me doy cuenta, en mi bruma somnoliento e intoxicado, de que debo haberme quedado dormido en el sofá y de que me está acostando.

—Hyunjin... —Suena casi como un gemido, pero también como un quejido, y oigo una risita mientras mi cuerpo trata de salir de este entredicho.

—¿Te has divertido emborrachándote con Seungmin? —Se sienta a mi lado y yo abro los ojos y me incorporo ligeramente. La única luz que hay en la habitación es la del pasillo, dejando la habitación algo bañada en oscuridad. Está oscuro.

Estoy borracho. Estoy borracho en la oscuridad con mi casi exmarido que sigue enamorado de mí. Me muerdo el labio inferior y lo miro.

—¿Te has divertido con Chan? —Me acerco a él, queriendo sentir el calor de su cuerpo contra mí y él asiente.

—Sí, me divertí. Aunque no podía dejar de pensar en ti. —Sonríe y mi labio se encuentra entre mis dientes mientras miró fijamente su boca—. Sé que hemos dejado las cosas un poco descolocadas. 

—Estoy bien... —Paso un mechón por mis dedos y lo miro de la manera más sexy que puedo cuando estoy así de borracho y él se ríe como respuesta.

—Así es. Cómo iba a olvidarlo, te pones caliente cuando estás borracho.

Suelto el cabello de mis manos, maldiciéndolo por tener razón... sí que juego con mi cabello cuando quiero su atención.

—No, no lo hago. Quiero decir que no estoy... —Aparto la mirada de él hacia mi mesita de noche, que casualmente tiene un vibrador con el que he pasado bastante tiempo los últimos seis meses. Vamos por ello, Felix—. ¿No me quieres? —Joder, puede que necesite más alcohol, para poder olvidar esta vergonzosa interacción. Sus ojos se oscurecen y me agarra las manos, apretándolas suavemente.

—Más que mi próximo aliento. Pero estás borracho... muy borracho, y no quiero que mañana te levantes y me odies más de lo que ya lo haces.

—No te odio...

—Bueno, no te gusto mucho, y no quiero que te arrepientas de nada. Deberías dormir un poco, Lix. 

Se levanta y se dirige hacia la puerta. Ya casi ha salido por completo de mi puerta, cuando las palabras salen de mi boca casi por sí solas. Resoplo y pongo los ojos en blanco. 

—Dios, ¿cuándo te has vuelto tan marica? —Se da la vuelta al instante antes de estar frente a mí, agarrando mi mandíbula con fuerza.

—En realidad nos quiero juntos, y tú sólo quieres excitarte porque ese pedazo de mierda de la fraternidad no te dio una buena follada —me suelta—. No pagues tu frustración sexual conmigo porque estoy intentando hacer lo correcto. —Su tono, el agarre en mi cara, el alcohol corriendo por mis venas, hacen que mi polla palpite dolorosamente y todo lo que quiero hacer es restregárselo. Ni siquiera me importa si él está dispuesto a participar.

Me suelta la barbilla volviéndose hacia la puerta y yo suelto un doloroso:

—Espera. —El Hyunjin que conocí -todas las versiones de él- no podría alejarse de mí y, desde luego, no mientras esté enfadado, así que se congela en la puerta. Su espalda está tensa, tiene los puños y se gira ligeramente, de modo que sólo puedo ver su perfil—. Siento... haber dicho eso. —Dejo escapar un suspiro. Al principio no dice nada, y luego veo que asiente con la cabeza.