ღFINAL

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[FELIX]

Dos años después

Mis ojos se abren volando e inmediatamente frunzo el ceño al darme cuenta de que estoy solo en la cama. Siempre he odiado despertarme solo. Se remonta a esos seis meses en los que Hyunjin y yo estuvimos separados. La Edad Media, la llamábamos.

Han pasado dos años desde entonces y, si cabe, creo que nuestro matrimonio es más fuerte que nunca. Somos más felices de lo que jamás pensé que podríamos ser después de lo que pasó. Me siento en la cama, con el cuerpo aun deliciosamente dolorido y desnudo después de lo que me hizo Hyunjin la noche anterior y una sonrisa encuentra mis labios mientras froto la piel agrietada. Me duelen ligeramente los pezones después de toda la atención que recibieron anoche y hago una mueca de dolor cuando me pongo una camiseta sobre mi cuerpo desnudo.

Nos hemos mudado a un apartamento más grande, queriendo empezar de nuevo al cerrar un capítulo de nuestras vidas. Me pongo de puntillas por el apartamento y ya siento que me estalla el culo al oír la voz de mi marido en la habitación.

—Eres el bebé más perfecto, ¿lo sabías? —Oigo a nuestro hijo gorgotear y ladeo la cabeza hacia un lado mientras veo a mi marido semidesnudo hablar con nuestro hijo, que sigue en su cuna. Está apoyado en la barandilla, mirándolo fijamente, cuando veo que mete la mano dentro—. ¿Quieres ir a ver si papi está despierto?

—¡Papi! —grita mientras Hyunjin lo levanta y lo acuna contra su pecho desnudo.

Joder. Aprieto mis muslos ante la vista y cuando se da la vuelta, la forma en que rastrilla su mirada desde mis pies hasta mis ojos me moja aún más.

—Buenos días, precioso.

—No estabas en la cama cuando me desperté. —Me muerdo el labio inferior y sus ojos se oscurecen.

—Lo siento cariño, pero nuestro hombrecito estaba hablando hasta por los codos. —Le besa la sien antes de alisar su cabello castaño arenoso muy rizado hacia atrás.

—Me sorprende no haberlo oído.

—A mí no. Anoche te agoté. —Se inclina hacia delante, dejando que sus labios se ciernan sobre los míos—. Y pienso volver a hacerlo esta noche.

—Papiiiiiiiii.

Hyunjin se retira y nuestro hijo se lanza hacia mí.

—Vaya, estás lleno de energía esta mañana, ¿verdad, calabacita?

Hwang Mingyu fue la sorpresa del segundo acto que ninguno de nosotros vio venir. Nuestro bebé arco iris.

Imagínate mi sorpresa cuando fui al médico sólo tres meses después de que Hyunjin y yo nos hubiéramos reconciliado para descubrir que íbamos a tener un bebé.

Habíamos pensado en la fecundación in vitro, pero la madre naturaleza se nos adelantó. Los dos estábamos muertos de miedo, pero con mucha investigación y aún más viajes al médico, pude tener un embarazo bastante normal. El médico nos dijo que esto sucedía todo el tiempo, que unos cuantos abortos espontáneos pueden llevar a tener embarazos perfectamente seguros y normales. Después de eso, fue como si todo se pusiera en su sitio. Los dos estábamos preocupados por que tuviera un embarazo de bajo riesgo y poco estresante, así que fue como si los problemas de antes se esfumaran ante la promesa de una nueva vida. Mingyu hizo su entrada en el mundo, justo a tiempo, y desde entonces estoy en las nubes.

Espero que este sea igual de fácil. Me río para mis adentros mientras pienso en contarle a Hyunjin que estamos embarazados de nuevo cuando me mira.

—¿Quiere compartirlo con la clase, señor Hwang Felix?

—Estaba pensando...

—Sobre... —Levanta una ceja mientras caminamos hacia nuestro dormitorio. Mingyu está jugando con mi cabello, tirando suavemente de él. Hago una mueca de dolor, cuando siento a Hyunjin, quitándolo de su mano. —Ahora, Mingyu, no le tires del cabello a papi. Sólo papá puede hacerlo. —Me dedica una sonrisa diabólica antes de dejarse caer en la cama y extender la mano para que me una a él. Me acurruco contra él, sosteniendo a nuestro bebé en mis brazos justo cuando sus ojos se cierran. Tomo uno de sus chupetes de la mesita de noche y se lo meto en la boca mientras se duerme.

—Así que estabas pensando...

—¿En intentar tener otro? —Lo miro y se frota la barbilla.

—Hmmm.

Mierda. ¿No está preparado?

—¿No? Quiero decir que si no estás preparado o no crees que sea un buen momento... —Empiezo a entrar en pánico cuando siento sus nudillos bajando suavemente por mi brazo.

—No, sólo tenía curiosidad por saber cómo ibas a decirme que estás embarazado. —Me dedica una sonrisa descarada y yo jadeo.

—¡¿Lo sabías?!

Una sonrisa arrogante encuentra sus labios mientras me mira de reojo ligeramente.

—Sí, cariño. Lo sabía.

—¡¿Cómo?!

—Sé cuándo tienes tus días fértiles,  conozco tu cuerpo mejor que el mío. Vamos, Lixxie. —Se apoya en la cama y yo pongo a nuestro bebé dormido sobre su pecho. Le doy un beso en la frente antes de dirigirme a su padre.

—¿Estás feliz?

—¿De qué me des otro bebé? Por supuesto. Estoy jodidamente feliz.

Lo fulmino con la mirada, aunque la sonrisa amenaza con abrirse paso.

—Sabes que voy a patear tu... ya sabes, la primera vez que nuestro hijo diga J-O-D-E-R. 

Pone los ojos en blanco.

—Así que estaba pensando en tener a Min y Chan como niñeras esta noche.

—¿Por qué?

—Así, tú y yo podríamos tener una noche de cita.

Se me iluminan los ojos y se me dibuja una sonrisa en la cara al pensar en nuestras noches de cita del año pasado. Esencialmente, cenamos de pie en nuestra cocina en unos diez minutos y luego procedimos a joder cada centímetro de nuestro apartamento y luego tomamos una siesta antes de que nuestro hijo regresara.

—¿En serio?

—Bueno, estaba pensando como una cita real, donde salimos y nos vestimos. No necesariamente una que consista en que hagamos sesenta y nueve en el sofá.

Hago un mohín.

—Pero eso me gusta. No tengo que ponerme pantalones.

—¿Puede un hombre llevar a su marido a cenar?

—¿Puede un hombre hacer que su marido se corra de diez maneras diferentes? —Replico y él se ríe en voz alta.

—Eres el peor marido de la historia —dice negando con la cabeza.

—Ya lo sabías cuando te casaste conmigo —le digo con sorna.

Se ríe y yo me inclino y le doy un beso en los labios con cuidado de no despertar a nuestro bebé dormido.

—Accederé a cenar esta noche, si lo vuelves a poner en su cuna y tenemos mi tipo de cita nocturna ahora.

Me muerdo el labio para enfatizar y sus ojos cafés se oscurecen. Se levanta lentamente y se dirige a la habitación del bebé. Vuelve en menos de un minuto y se pone encima de mí, arrastrándome de la cama y rodeando mis piernas alrededor de él.

—Te amo —murmura contra mis labios.

—Yo también te amo —le susurro.

—Estar contigo... ser tu marido ha sido el mejor viaje de mi vida. A ti. Nuestros bebés. Me encanta nuestra vida, Felix.

—Hmmm. —Me subo la camiseta, revelando mi cuerpo desnudo—. Y no lo olvides.

FIN.

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Hola! Gracias por leer , este es el final de la historia n.n

OBLIVIATE || Hyunlix✔Where stories live. Discover now