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FELIX

Me dejo caer en mi silla después de la reunión más aburrida de mi vida. Y después de la interacción anterior con Hyunjin, siento que mi cabeza está a punto de explotar. Me siento mental, física y emocionalmente agotada en el momento en que mi cuerpo baja del subidón provocado por la boca de Hyunjin.

El sexo es fácil. Todo lo demás es complicado.

Estoy a punto de llamar a Min para desahogarme y acabar confesando que Hyunjin ha pasado más tiempo entre mis piernas que en cualquier otro lugar, cuando mi asistente asoma la cabeza en mi despacho.

—Hola —susurra.

Yuri es una recién graduada de la universidad con una inclinación por la moda, pero también por acostarse con hombres casados, así que, naturalmente, la miro de reojo.

—No estoy aquí. —Gimoteo.

—¿Seguro? Porque tu novio el dios del sexo, lo está.

Levanto la cabeza, ligeramente irritada por el hecho de que se refiera a Hyunjin como, primero, mi novio, cuando nadie en la oficina tenía ni idea de lo que había pasado, obviamente, y, segundo, dios del sexo. Puedo sentir el café de mi mirada mientras entrecierro los ojos.

¿Qué está haciendo Hyunjin aquí de todos modos? ¿Disculparse?

¿Follar y disculparse? No. Nada de sexo.

—Bien, envíalo de vuelta.

Al instante me acuerdo de todas las veces que Hyunjin se presentó en mi oficina para echar un polvo por la tarde.

Mi puerta se abre y se cierra, y antes de que pueda decirle a mi intruso que ahora realmente no es el momento, una colonia familiar me rodea.

—Hola, cariño. —Mis ojos se elevan para ver a Hwang Hyunjin, el hombre con el que he estado casada durante los últimos dos meses, con un aspecto deliciosamente sexy y moviéndose hacia mí como si fuera un jaguar y yo una gacela y estuviera listo para abalanzarse.

—¿Qué... qué estás haciendo aquí? —Dejo escapar un suspiro mientras me hace girar en la silla de mi jefa. Actualmente está de baja por maternidad y me han puesto a cargo en su ausencia, lo que significa que he salido de mi cubículo y me he metido en su ostentoso despacho.

—Me enviaste una foto de tu culo desnudo y tienes la audacia de preguntarme qué hago aquí? La mejor pregunta es ¿por qué no estás ya desnudo? Salí de una puta reunión cuando recibí tu mensaje.

—Yo no...

—¿No qué? ¿Quieres que vaya? Mentira. —Baja la cara para ponerse a la altura de la mía y su lengua sale para lamerme el labio inferior—. Hiciste sonar la alarma en cuanto me enviaste una foto con el teléfono entre las piernas.

Me lamo el labio inferior, desesperada por probar su lengua, y observo fascinada cómo se desabrocha el cinturón.

—¿Sigues desnudo ahí debajo? 

Asiento con la cabeza una vez.

—¿Y qué se supone que debo pensar de que mi esposo más sexy que el pecado ande por ahí exponiendo el culo que me pertenece a todo el puto noveno piso?

—Yo... mi traje no es corto y es ajustado... —Tartamudeo.

—Hmmm. —Sus ojos son perversos mientras baja mi pantalón hasta las rodillas revelando mi pelvis desnuda—. Jodidamente bonito. —Se baja los pantalones hasta el suelo antes de hacerme girar—. Agarra el escritorio.

Hago lo que me dice, esperando por Dios que haya tenido la precaución de cerrar la puerta con llave, pero ya demasiado lejos para preocuparme cuando me pone la mano delante de la cara.

OBLIVIATE || Hyunlix✔Where stories live. Discover now