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Blue

Arrastraba los pies por el suelo arenoso mientras seguía a la multitud,  dejando que mi hermano mayor tirase de mi mano y me obligase a deslizarme entre el gentío para llegar a la plaza mayor del pueblo.

El ambiente estaba cargado de angustia, olor a sudor y murmullos que taladraban mis oídos mientras yo solo intentaba centrarme en los latidos desenfrenados de mi pecho.

-Fede para…-dije uniéndome a los murmullos- te prometo que no volveré a escaparme de casa.

De parte de mi hermano mayor solo recibí un fuerte apretón de manos que hizo que mis labios se arrugaran intentando retener el grito que quería soltar.

No era la primera vez que me amenazaba con aquello. No era la primera vez que me escapaba de casa a altas horas de la noche vestida solamente con mi camisón, me subía a la barca que habíamos heredado de padre antes de morir y me tumbaba observando las estrellas mientras la barca lentamente se alejaba. 

Mi hermano Fede, como era de esperar, se enfurecía al día siguiente cuando no encontraba la barca amarrada al tronco del árbol más cercano porque eso significaba que iba a pasarse otra mañana sin salir a pescar.

-Por favor, Fede…-sollocé en silencio detrás de él mientras él seguía arrastrándome hasta llegar al fin a la plaza rodeada de guardias. Todos ellos con sus espadas desenvainadas.

-Has heredado la belleza de madre, que en paz descanse, haznos un favor a todos y consigue un marido que nos saque de esa maldita choza…-susurró Fede soltándome al fin de la mano- el hijo de Rhaenyra Targaryen va a anunciar su compromiso, pero estará rodeado de más gente como ellos, así que esfuerzate en llamar la atención.

Solté todo el aire que había contenido y fijé la mirada en el escenario improvisado que habían construido en medio de la plazoleta.

¿Llamar la atención de un Targaryen? ¿De los mismos que hacía escasos cuatro meses se mataban entre ellos por un trono?

Me estremecí solo de pensarlo.

Allí congregados, todos los habitantes del pueblo de Desembarco del Rey esperaban como locos a que la reina hiciera acto de presencia y se sentara en aquel trono rodeado de guardias que ya habían preparado.

-¿Puedo saber como quieres que llame la atención de un hombre que ya va a comprometerse?

De forma algo amenazante aunque pareciese que había sido casual, Fede pasó su brazo por mis hombros y me atrajo hacia él.

-Entonces centra tu atención en otro, pero haznos ricos de una maldita vez, niña insolente.

Una voz detrás de nosotros nos hizo girar de golpe.

Y ahí estaba Yara, sus ojos negros clavados en mi, pero mirando de soslayo a Fede que bufó con disgusto.

-Ni te molestes en intentar impresionar a los príncipes- se burló Fede- no tienes rasgos dignos de la realeza.

Yara le ignoró y agarró mis manos.

-Blue, no me digas que has vuelto a escaparte.

Pero cuando los aplausos comenzaron a resonar por toda esa plaza, mi pulso se aceleró.

-Enderezate y sonríe- me exigió mi hermano.

Opté por obedecer mientras la reina caminaba hasta tomar asiento. Para nadie pasó por alto como su dragón sobrevolaba nuestras cabezas poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba.

Fede me fulminó con la mirada y se aclaró la garganta mientras continuaba adentrándose para llamar la atención de Rhaenyra o de su hijo mayor.

Y ese momento, ese fue el preciso momento en el que Yara tiró de mi mano en dirección contraria.

Corrimos, todo lo que nos dejó la gente que intentaba acercarse a la reina, corrimos y no pudo evitar soltar una carcajada cuando llegamos al callejón que llevaba a nuestros hogares.

-Fede te va a matar…-la señalé con el dedo mientras intentaba coger aire.

-Empezará contigo.

Sonreí y pasando una mano por el hombro de Yara, comenzamos a caminar hacia las dos cabañas cerca del río.

-Sabes que de todos modos ningún principito estirado de esos iba a fijarse en ti, ¿Verdad?

-Oye- le pegué un manotazo que fue a parar directo a su brazo - que tengo mis encantos.

Aleteé las pestañas haciendo que Yara riera con fuerza mientras su larga melena dorada cubría su rostro.

-Si con encantos te refieres a escaparte por la noche en una barca en la que luego no sabes volver...- puso los ojos en blanco- con un príncipe no podrás escaparte por ahí a altas horas de la madrugada.

-Si algún día me caso lo haré con un hombre de manos callosas y fuerza bruta que represente lo que es el esfuerzo y el sacrificio para conseguir todo para sobrevivir- resoplé- jamás lo haría con un príncipe afeminado que hasta para limpiarse las manos hay alguien dispuesto a hacerlo por él.

Yara frenó al llegar al porche de su cabaña sin ocultar la sonrisa que invadía su rostro.

-Tienen dragones, Blue.

-¿Y eso los convierte en hombres superiores al resto?

-¿Quieres pasar la noche conmigo?- preguntó dejando atrás la sonrisa y mi pregunta- ya sabes cómo se pone Fede cuando…

-No- la interrumpí- sé cómo manejar a mi hermano.

-Blue…-murmuró ella agarrandome las manos- desde que tus padres murieron, él…

-Tengo que irme, Yara…

Ella soltó mis manos con gesto exasperado y no se atrevió a decir nada más, se dió media vuelta y caminó hasta su puerta mientras yo dejaba de mirarla y me centraba en mi camino.

Clavé mis ojos en la barca que podía ver en la lejanía e intenté ocultar el temblor de mis manos cuando pasé frente a mi casa para dirigirme a la pequeña playa donde se encontraba amarrada la barca.

Sabía cómo era mi hermano, sabía que me haría pagar con creces el haber desobedecido de nuevo. Pero…¿por qué debía acercarme a un hombre con intenciones deshonestas para que él pudiera tener más dinero del que entraba en su bolsillo roto?

Monté en la barca incapaz de enfrentarme a Fede , y recé por qué cuando volviera mi hermano ya estuviera algo calmado.

Al fin de cuentas…¿Cómo iba a casarme yo con un príncipe?

Yo, que no soy más que una chica corriente, con sueños corrientes, y deseos corrientes. Yo, que solo soy una chica de pelo oscuro, mirada más oscura aún y rostro pecoso sin nada que llame la atención de un príncipe acostumbrado a ostentar grandezas y mujeres realmente hermosas.

Sonreí con ironía y me tumbé en la barca mientras dejaba que las olas alejaran mi pequeño transporte lentamente sin saber que el destino me tenía algo muy diferente a lo que yo me imaginaba.

La semilla del dragón. (Segunda parte). AEMOND TARGARYEN 💚Kde žijí příběhy. Začni objevovat