18.

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Blue

Me desperté cuando la primera gota de lluvia mojó mi rostro y lo primero que vi fue a Aegon con la capucha ya fuera remar con los brazos ya seguramente entumecidos.

-Hola…-susurré incorporándome.

Él no me saludó. Continuó con la mirada fija al frente.

-¿Quieres dormir algo?- pregunté.

Tampoco obtuve respuesta así que me limité a bostezar y mirar a mi alrededor.

¿Dónde diantres estábamos?

Cogí los remos y le ayudé. ¿Qué era lo que rondaba su cabeza?¿Por qué no buscaba volver con sus familiares?

-¿Puedo preguntarte qué hay después de la muerte?

Solo entonces sus ojos claros se posaron en mi.

-Más muerte.

Esperé alguna aclaración más, pero se limitó a apartar los ojos de mi y mirar de nuevo al frente.

Los músculos de sus brazos se tensaban con cada brazada que daba, pero a pesar del esfuerzo, su respiración continuaba siendo regular, como si para él aquello no fuera un gran esfuerzo.

-Vamos a Antigua-dijo al cabo de un rato- con esta barca no podremos llegar más lejos sin morirnos antes de hambre o sed.

-¿Qué hay en Antigua?

-Vive mi familia, los Hightower.

Le miré y desvíe la vista hacia el horizonte.

-Si no estoy del todo equivocado, llegaremos al anochecer.

Asentí y continúe remando a su lado.

-¿No piensas dormir?-pregunté.

Pero no contestó y yo me acostumbré pronto a ese silencio.

Así que continuamos en movimiento, ayudados por las olas mientras el frío comenzaba a hacerse más notorio.

-Me iba a escapar de casa-confesé al cabo de mucho tiempo- lo tenía decidido, pero jamás había pensado alejarme tanto.

Suspiré y me sentí más aliviada cuando él no se dignó a mirarme.

-Mi hermano nunca ha aceptado nuestra situación económica y bueno…-me encogí de hombros volviendo a revivir todo- pensó que vender lo único que nos hacía seguir pareciendo una familia decente iba a solucionar algo.

Me mordí el interior del labio y cogí aire.

-No quiero acabar siendo la mujer o la meretriz de ningún hombre influyente-mis ojos comenzaron a escocerme- no creo que me merezca eso solo por mejorar mi situación económica y la de mi hermano.

Me quedé en silencio y dejé de remar para intentar entrar en calor.

Sabía que a Aegon eso le daba absolutamente igual, que él en cuanto llegáramos a Antigua se olvidaría de mi existencia, pero necesitaba desahogarme. ¿Y qué mejor persona que una que no conoces y qué jamás volverás a ver?

Me tragué las lágrimas. No iba a derramar más por una situación que para mí ya había acabado. Mi hermano estaba demasiado lejos para hacerme daño de nuevo.

Para mi asombro, Aegon dejó de remar y se deshizo de su capa para entregarmela.

-Intenta entrar en calor o morirás antes de llegar a Antigua.

Su voz era fría, como mil témpanos de hielo, pero su gesto….su gesto era todo lo contrario a frío.

-Tú también necesitas estar…

-Yo estoy remando, no he parado desde que salimos de Desembarco del Rey, no necesito la capa.

Agradecida la agarré y rápidamente me la puse por encima mientras él volvía a centrarse en su trabajo.

Volvió a sumergirse en el silencio y yo me abracé rezando por llegar cuanto antes a Antigua.


Visenya

Me levanté aún adolorida y me incorporé viendo el lugar en el que debería aún seguir Aemond completamente vacío.

Suspiré y me deshice de las sábanas al mismo tiempo que la puerta de mis aposentos se abría y Helaena entraba de brazos cruzados y semblante serio.

-Tan pronto no…-murmuré bostezando.

Pero ella me ignoró.

-Aegon está de vuelta- me fulminó con la mirada- ahora que quería empezar a retomar mi vida..

-Puedes seguir con tu vida- elevé una ceja- Aegon no va a volver para estar pendiente de ti.

-¿Esperas que lo esté de ti?

Me puse de pie y agarré mi vestido que aún continuaba en el suelo.

-Espero verlo con vida, lo que quiera hacer solo será asunto de él.

-No me malinterpretes…-suspiró y se sentó- estoy feliz de que mi hermano haya vuelto a la vida, que tengamos una oportunidad para volver a Desembarco del Rey ahora que el verdadero Rey ha vuelto, pero no quiero volver a ser obligada a complacerlo.

-Hablaré con Aemond para que frene cualquier cosa que pueda pasar, pero…-me giré hacia ella- el trono es de Rhaenyra y nadie se lo va a quitar, ¿Entendido?

Helaena puso los ojos en blanco.

-Parece que aún no conoces a mis hermanos…

-Ese fue el trato que hizo Aemond, su palabra debe…

-A Aegon le dará igual la palabra de su hermano menor, sobre todo después de lo que pasó- sonrió con tristeza- rezad para que no os vea como a sus enemigos.

Tragué saliva.

-Iba a matar a Aemond, yo no tuve…

-Mi hermano pudo haber sido muchas cosas horribles en su vida, pero te amaba, ese oscuro y retorcido corazón te quería de verdad- se puso de pie y me pasó las manos por los brazos- si aún no ha aparecido es porque está huyendo de vosotros y solo hay un sitio al que iría uno de los nuestros.

-Antigua…-susurré.

-Justo a donde se dirige Daeron-me sonrió- así que pronto tendremos noticias.

La semilla del dragón. (Segunda parte). AEMOND TARGARYEN 💚Onde histórias criam vida. Descubra agora