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Blue

Baile con tres hombres antes de volver a ocupar mi lugar junto a Aegon que bebió de su copa sin apartar su mirada de mí.

-Deberías ir a descansar- se limitó a decir- ya te han visto suficiente.

Le miré con el ceño fruncido y me levanté dirigiéndome hacia las puertas sin mediar palabra.

Jamás iba a comprender los cambios de humor de Aegon, jamás iba a llegar a saber porque a veces parecía feliz de pasar tiempo conmigo y a los segundos volvía a adoptar esa expresión taciturna y fría.

Caminé por el pasillo y abrí la puerta de mis aposentos de mala gana. Y en cuanto la puerta se cerró a mi espalda caminé hasta dejarme caer en la cama y apoyar mi cabeza en la almohada.

Todo había sido agotador. Desde fingir sonrisas hasta ignorar palabras y miradas que realmente sí me habían llegado a incomodar.

¿Todo esto para tener a Daemon postrado ante Aegon?

Tragué saliva y levanté la mano para mirar la herida ya cicatrizada de mi mano, la misma herida que me había causado Daemon.

Si era tan malo como aparentaba ser, entonces lo mejor era que realmente sufriera todo lo que Aegon le tenía preparado.

Me incorporé de inmediato al escuchar un ruido y como si le hubiera invocado con mis pensamientos, Daemon abrió una puerta casi invisible de la pared y me miró con semblante serio.

Mi respiración se agitó y me levanté de golpe comenzando a caminar hacia atrás.

-Hola, Blue.

-¡Ayuda!- grité.

Daemon cruzó la habitación en apenas tres zancadas y me empujó contra la pared cubriendo con su inmensa mano mi boca.

-No vengo a hacerte daño…-susurró- solo quiero hablar contigo, pero si gritas, si alguien se percata de que estoy aquí y vienen..-suspiró- me temo que tendré que matar al que entre por esa puerta.

Mi rostro crispado continuó clavado en él.

-¿Puedo soltarte y me garantizas que no gritarás?

Asentí con auténtico terror y Daemon al fin me soltó desviando la vista por mi vestido mientras caminaba hacia atrás.

-¿Te están tratando bien?¿Te han hecho algún daño?

Sus preguntas me desconcertaron.

-Se que me temes y que al verme solo puedes recordar que…

-¿A qué has venido?

-Ha llevarte conmigo- dio otro paso hacia mi, pero se quedó completamente quieto cuando me puse de nuevo completamente rígida.

-No tengo interés en irme a ninguna parte-me las apañe para decir.

-Tu madre jamás hubiera querido que estuvieras aquí, Blue, tu madre te habría dicho…

-¡No hables como si la conocieras!- espeté cuando las lágrimas se me saltaron-¡O como si te importara lo más mínimo!

-Tu madre fue una persona muy importante en mi vida y…- volvió a acercarse a mi, pero no lo suficiente para asustarme- te pareces a ella, Blue, por eso no dudé cuando Aegon dijo que…

-Y aún así dejaste que la asesinaran….-sollocé- dejaste que a mi me criara Fede que se limitó a golpearme hasta que perdiera el conocimiento cuando algo no le gustaba.

Lloré y me acerqué a él golpeándole el pecho con fuerza. No le tenía miedo, o al menos no en el momento en el que mi mente se negaba a reaccionar tras escucharle hablar tan libremente de mi madre.

La semilla del dragón. (Segunda parte). AEMOND TARGARYEN 💚Where stories live. Discover now