30. Gusu Lan (Parte Ⅰ)

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N/A: Damas y Caballeros, este es el momento que han estado esperando, Parte 2







Hay un sueño, enterrado bajo estaciones de frío y nieve. Un sueño, bailando con flores de magnolia, corriendo con agua, fresco como la hierba.

Un sueño, tan azul como un mar de gencianas.

Se encuentra detrás de los párpados cerrados, donde la decisión de la vigilia nunca llega. Pura, decorado con un deseo que el sueño nunca podrá reprimir.

En ese sueño, Lan Wangji no es Lan Wangji. No es Lan Zhan. No es el Segundo Jade Gemelo de Gusu Lan. Él no es Hanguang-Jun.

En ese sueño, Lan Wangji es A-Zhan.

Entre la infinidad de formas en las que ha sido cortado, hay un núcleo que siempre ha permanecido igual.

En el sueño, A-Zhan está sentado en una casa, leyendo su libro de estudio en voz alta.

Rara vez dice otra cosa, porque no sabe muy bien qué decir. El tiempo es corto, y lo que él desea decir tomará días, semanas, meses, años, eones.

Seguramente, todas las emociones superpuestas y abrumadoras dentro de él tardarían tanto en explicarse.

Los acontecimientos son intrascendentes, sin las emociones que ha sentido junto a ellos.

Podía hablar de las clases. Habla de las clases. Pero detrás de las palabras que dice, hay miles más que nunca dice.

Nunca sabe cómo empezar.

Le han ordenado que la llame 'Muqin', y puede ver por qué. Es formal, educado, digno de una figura materna.

Sin embargo, ha escuchado a sus compañeros de clase llamar a sus madres 'A-Niang'. Es dulce, pero aun así educado. Seguramente, él también puede llamarla así. Hermano lo hace.

Pero él la mira, y la única palabra que le viene a la mente es 'Mami'.

Es infantil. Solo los niños muy pequeños que aún no pueden pronunciar palabras más difíciles usan 'Mami'.

Y sin embargo...

El viento que sopla hace que las cortinas se balanceen y acaricia su mejilla con una brisa, trayendo el olor de las gencianas al interior.

Mamá se sienta a su lado y sonríe, apoyando una mano en su espalda.

El tacto hace que se relaje. Aparte de Hermano, nadie más lo toca. Nadie más le sonríe. Nadie más...

"¿Qué tal tu día, A-Zhan?" Mamá pregunta, con voz melodiosa y tranquilizadora. "A-Huan siempre me habla de sus amigos, pero ¿qué pasa con mi A-Zhan?"

Hm. Frunce el ceño y piensa.

"A-Zhan tiene a Xiongzhang." Él enmienda.

Mamá tararea. Su mano acaricia su cabeza. Roza la cinta de su frente. La alegría se despliega en su pecho como un regalo. "Es verdad, A-Zhan. Pero, seguramente, aparte de A-Huan, debe haber otros."

"Ah," se ríe Hermano, inclinándose hacia el espacio de mamá. "A-Niang, A-Zhan es un poco tímido".

Mamá parpadea, pensativa. "Hm..."

A-Zhan mira hacia otro lado y trata de enterrar su rostro en su libro para ocultar su vergüenza.

"Bueno, vamos a ver, A-Zhan." Mamá se sienta a su lado, aplaudiendo suavemente. A-Zhan le echa un vistazo desde arriba de su libro. "¿Qué te gusta de A-Huan? Si sabes qué es lo que lo hace tu amigo, será más fácil encontrar a otros, ¿verdad?

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