Capitulo 4

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Camila y la doctora Smith salieron en dirección a la salida de casa, de camino se encontraron con Sofía, su esposo y los dos niños tomando el desayuno, ambas doctoras saludaron amablemente y Sofía, luego que Camila presentara a Callie, les ofreció quedarse para desayunar, pero ambas chicas habían hecho planes para desayunar de camino al hospital.

Bueno, hemos llegado, y nuevamente gracias por lo de anoche - le dijo Callie, una vez aparcadas en el hospital.

No hay de qué - le respondió, con una sonrisa.

Ambas chicas entraron por caminos separados al hospital, para luego encontrarse y empezar la rutina, haciendo como si nada hubiera pasado la noche anterior.

Doctora Cabello, ¿no durmió bien anoche? - le preguntó la doctora Smith, saliendo de la habitación de un paciente, observando cómo Camila bostezaba de manera discreta.

Internamente habían unos cuantos insultos que Camila en ese momento tenía para decirle a Callie, y más aún notando como la chica la miraba con seriedad, pero sabía que detrás de esa careta estaba una expresión de burla segura.

Disculpe, doctora Smith.

Muy bien continuamos con el paciente de la número 264, hombre de 85 años... - comenzó, leyéndole a los chicos el expediente médico del siguiente paciente mientras entraban en la habitación.

Casi al finalizar el día, y luego de mucho ajetreo Camila sintió que necesitaba un respiro, no había dormido casi nada, tenía dolor de cabeza y el agobio la estaba matando, así que sin pensarlo dos veces se metió dentro de uno de los cuartitos de suministro para poder respirar en paz, mientras apoyaba ambas manos en un lavadero cercano, alguien abrió la puerta de golpe, encontrándose con un rostro conocido, Callie la miró con una sonrisa pícara.

¿Cansada? - le preguntó.

A muerte - le respondió, dejando escapar un suspiro.

Venga, ánimo, una taza de café bien cargada y a la guerra otra vez - le animo, acercándose a ella.

Camila la miró firmando con su cabeza y bajando la mirada con nervios, pues la doctora se acercaba cada vez más a ella.

¿Cómo es que tú estás tan fresca luego de la borrachera de anoche?

Tengo ya varios años en esto, han sido muchas veces seguidas las que he paso más de 48 horas sin dormir, ya luego te haces inmune - le dijo, con mucha calma-. Quería invitarte hoy a cenar, ayer hablé de mi ahora te toca a ti.

Se te olvida que hoy me pusiste en el tablero con guardia nocturna - le respondió Camila.

¡No me jodas, es verdad! - exclamó con molestia-. Le diré alguno otro que haga el turno por ti.

¡¿Que?! - preguntó incrédula Camila- Oye no, no harás tal cosa, ya han ido olvidando poco a poco que soy una sabelotodo, como para que ahora hablen que tú me haces favores, mañana tengo la noche libre, salimos sin ningún problema.

Bueno - suspiro, con tristeza en su rostro- Mañana entonces doctora Cabello.

Ambas chicas se miraron con una sonrisa, Callie mordió su labio inferior con nervios, Camila notó aquello y unas maripositas en su interior revolotearon, aquello no podía ser cierto, no podía ser posible que le estuviera gustando esa mujer.

La primera en salir fue Callie, sin darse cuenta que dos personas, que se encontraban cerca observaron su presencia y justo cuando iban a llamarla notaron que de la misma habitación segundos después salió otra persona.

Esa es Callie - le dijo el doctor Smith a su novia, quien giró su rostro al instante.

Justo cuando la chica iba a responderle, su corazón se detuvo, no podía creer lo que sus ojos estaban mirando, sintió como su cabeza comenzó a dar vueltas, como su pecho apretaba y le imposibilitaba mantenerse en pie.

Joder, que rápida es mi hermanita, esa chica es una pasante nueva, dicen que es una genio, y mira, ya mi hermanita se la está follando - dijo James con gracia.

Su joven novia casi no podía escucharle, estaba entrando en un ataque de pánico y las palabras no salían de su boca.

Yo... yo tengo que... irme - dijo con dificultad.

James la miró extrañado y notó que algo no iba bien con su prometida, la chica estaba más blanca de lo normal, parecía que iba a desvanecerse en ese momento.

Amor, ¿estás bien? - le preguntó, tratando de sostenerla.

Rápidamente la chica se soltó del agarre y sin darle tiempo a su prometido de actuar corrió hacia la salida del hospital, necesitaba tomar aire, necesitaba despertar, aquello tenía que ser un sueño.

No puede ser, no puede ser - se repetía para si misma sin poderlo creer-. Es ella... 

Entro a su auto, encendió el motor y salió a toda marcha aún en shock, sin poderlo creer, dejando derramar una lágrima, sintiendo como esa herida volvía abrirse sangrando fuertemente.

Donde estas? - Camren.Where stories live. Discover now