𝐗𝐈𝐈

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Un día de trabajo terminaba, se sentía aliviado por ello. Pese a que había comenzado a trabajar allí hace unos cuantos meses, eran algo que resultaba cansado y agotador para él.
No había conseguido un trabajo relacionado a su carrera, todo por "no contar con experiencia laboral", así que lo que hacía era servir cafés, pedir comidas y atender unos pocos asuntos importantes relacionados a cosas con bancos y pagos por hacer.

La paga era buena, pero el trabajo no.
Trataba de mantener la mejor de las actitudes en la área de trabajo, pero parecía ser que todos estaban de mal humor todos los días de la semana, los primeros días se tomaba casi algo personal que no respondieran a sus alegres "buenos días", ahora ya no se tomaba el tiempo en decirlo.
Sólo había una persona con la que había logrado tener y entablar una amistad, y esa era Kelly, la recepcionista de la oficina, era agradable y—a palabras de checo—chismosa.
Se enteraba de todo lo que ocurría desde los almacenes, hasta los asuntos personales de los jefes.

Ahora estaba saliendo de las oficinas, deteniéndose en la recepción para despedirse de Kelly.

—Nos vemos el lunes, Kelly, cuídate mucho.—Le sonrió, dirigiéndose a la puerta pero siendo detenida por ella.

—E-Espera, Sergio.—Llamó con timidez, recibiendo la mirada del mexicano, mientras que guardaba sus cosas a prisa dentro de su bolso y se acercaba a pasos rápidos a él.—¿A dónde vas?

—Al sur, ¿Por qué?

—Me da mucha pena pero, ¿Podrías llevarme?—Pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja, mirando al mexicano con una sonrisa temerosa.

Sergio asintió y ambos empezaron a caminar en dirección a la salida.

—¿Y cómo te fue hoy?—Preguntó la mujer con amabilidad, mientras que se dirigían al estacionamiento.

—Lo mismo de siempre, llevar cafés y escuchar a mi jefe hablar por horas en su teléfono.—Se encogió de hombros.—¿Y a ti cómo te fue?

—¡Bastante bien! Bueno, creo que lo de siempre, pero a qué no sabes de qué me enteré.

Esto sonaba a una plática larga, a un gran chisme o quizá cualquier hallazgo tonto y sin importancia, pero Sergio escuchaba a Kelly hablar con emoción, hasta que llegaron al auto y el tema cambió, no solían hablar de sus vidas personales ni mucho menos del ámbito sentimental o familiar, pero el tema salió a la luz.
Sergio se había ofrecido a llevar a Kelly a su casa, cosa que, aunque con mucha pena, aceptó y empezó a dar indicaciones de cómo llegar a su casa.

—Sí, mi ex novio era un idiota, ¿Puedes creer que me engañó con mi prima? Aunque también mi prima es una perra.

Sergio rió en bajo, tratando de cubrir su boca con la palma de su mano, aunque Kelly le siguió la risa.

—¿Y qué hay de ti? ¿Tienes novia?

—Hm, podría decirse.—Se encogió de hombros.

Sergio notó cómo la sonrisa de Kelly cambiaba a una expresión, ¿Decepcionada?

—Ou, ¿Por qué "podría decirse"?

—Bueno es que... No lo sé aún.

—Oh, ya entiendo, ¿Es indecisa en tener una relación?

—En realidad, nunca hemos tocado el tema.

Kelly formó una perfecta "o" en sus labios, asintiendo ante su respuesta.

—Pues, ella se lo pierde.

Sergio se sintió enrojecer al ser halagado por su compañera, sonriendo al instante.
Llegaron al hogar de Kelly una vez que ella lo indicó y detuvo el auto sin apagarlo.

Apuestas ❛❛Chestappen❜❜Where stories live. Discover now