Apuestas ❛❛Chestappen❜❜

𝐗𝐗𝐈𝐈

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Había que verle de alguna manera el lado bueno a las situaciones, estar soltero no debería de significar sólo desgracia, después de varias decepciones amorosas seguidas, quizá y debería de alejarse de ellas de momento, por salud o hasta que se presentase algún verdadero pretendiente que valiera la pena, pero mientras eso pasaba, no tenía prisa alguna.
Había salido un par de veces con Kelly, con intenciones de hacer de su proceso de "duelo" más ameno, ella era dulce, una buena amiga para Sergio y hasta ahí. Aunque su salida sólo se basó en chismes de la oficina o vecinas de Kelly, cosa que no le molestaba a Sergio, pues por naturaleza, todas o la mayoría de las personas son chismosos.
También había salido con Charles y Carlos, a fiestas, a comer, almorzar o ver películas, planes tontos que surgían casi de manera espontánea debido a que terminaban casi sacando a Sergio de su casa, importandoles poco si estaba cansado o no del trabajo, pero él lo agradecía.

No había vuelto a saber nada de Sebastian, claro que era inevitable no ver cosas en sus redes sociales que lo relacionaran, el tema de la infidelidad cesó luego de unos meses y no volvió a ser mencionado cómo la "ex WAG de la fórmula 1" dicho por gente del internet.

Claro que recibió varios mensajes provenientes de Seb, por todas las redes sociales posibles, pero sólo bastó con bloquearlo para quedar tranquilo. Sabía que él no iba a insistir más, lo conocía, no tanto cómo creía pero lo suficiente para saber que él no era así de intenso.

No cómo otras personas.

—¿Terminaste?—Preguntó un Carlos con un tono adormilado y harto al hablar.

El trio de amigos se encontraban en una tienda de 24 horas, eran las cuatro de la mañana y Checo y Carlos estaban muriendo del sueño, mientras Charles debatía internamente sobre qué sabor de refresco compraría: manzana o durazno.

—No me apresuren.

Checo dejó su cabeza recargarse sobre el hombro del español, cerrando sus cansados ojos momentáneamente, habían acabado de salir de la fiesta de cumpleaños de Alonso, quién había organizado algo a lo grande, que tenía la intención de acabar hasta el siguente día pero ellos ya no podían más y checo no podía darse el lujo de faltar al trabajo, así que antes de que Carlos llevase a cada uno a sus hogares, Charles había pedido de favor detenerse en una de esas tiendas cercanas a la gasolinera, estaban desde hace veinte minutos esperando a que el monegasco se decidiera entre sus tantas opciones.

—Lleva ambas, Charles, no importa.—Dijo Carlos, llevando una de sus manos al puente de su nariz, apretando y tratando de evitar que sus ojos se cerraran.

—Gracias, pero... Ya me decidí.—Charles dejó ambos refrescos en su lugar, tomando uno de uva.—Este.

—Pero fue el primero que te ofrecimos.—Alzó Carlos la voz con molestia.

—Ya, Carlos, sólo vámonos.—Dijo Checo, alejándose del hombro de su amigo para dirigirse a la caja acompañado de ambos.

Todos pagaron sus productos, Carlos y Checo habían elegido sólo cosas simples por decisiones que habían tomado con rapidez, mientras que Charles seguía indeciso de su sabor de refresco.

El trío salió del local y se dirigieron al auto de Carlos, en donde Charles subió en el asiento trasero con el pretexto de tomar una siesta y Sergio en el sitio del copiloto, Carlos empezó a conducir en dirección al hogar de Charles, la cuál quedaba más cercana a su ubicación actual.
Entre charlas y anécdotas, Carlos y Checo luchaban para mantenerse despiertos, mientras que Charles roncaba desde los asientos traseros, pasó una media hora hasta que el auto de Carlos frenó frente al hogar del monegasco, quién despertó, se despidió de sus amigos y entró a su casa, dispuesto a dormir por varias horas.