Apuestas ❛❛Chestappen❜❜

𝐗𝐗𝐈

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Las noticias y redes sociales habían vuelto a volverse un desastre, pero ahora, ya no eran noticias que lo involucraran de una manera positiva, post, videos, podcast incluso hablando del tema, de rumores que, no había manera de desmentir porque no había mentira alguna, a tan sólo unos días de volver a Estados Unidos, a su hogar y después de haber hablado con Sebastian sobre volverse a ver, había recibido unas noticias pésimas que destruyeron todos sus planes.

"¡Sebastian Vettel! Ha sido visto salir de un restaurante con otra mujer en Alemania, ¿Ya habrá terminado su noviazgo con el mexicano "Checo" Pérez?"

Llamadas entraban a su teléfono, la mayoría eran de ese rubio pero ninguna había sido respondida.
Se había vuelto a inundar en lágrimas, teniendo cómo consuelo a Sainz y a Leclerc, cómo era costumbre.
Se sentía apenado, siempre que algo ocurría, ellos eran los primeros en llegar a consolarlo

—¿Por qué no apagas tu teléfono?—Interrogó el español.

El trio de amigos permanecía en la habitación de Sergio, Sainz y Leclerc a los costados del mexicano quién tenía los ojos rojos e hinchados gracias a las lágrimas que había soltado durante la noche al enterarse de la noticia, habían sido tan sólo unas cuantas horas desde que tuvo miles de notificaciones de sus amigos preguntándole si eso era verdad, enterándose de la peor manera.
Cada uno de los post hechos referentes a ello, se dividían en tres: algunos diciendo comentarios de ofensa hacia el mexicano y sexualidad de ambos, el segundo grupo era gente lamentándose por ello o sintiendo algo de empatía por Checo, mientras que el resto sólo se burlaba o hacía memes que, para mala suerte de Sergio, eran graciosos.

—Se cansará de llamar.—Murmuró Checo, quién permanecía abrazado a Leclerc, acurrucado sobre su pecho.

—Bueno, ya lleva como diez llamadas.—Habló Sainz, mirando al tapatío.—Y quién sabe cuántos mensajes.

—¿No crees que es mejor que hables con él, Checo?—Cuestionó Charles, sintiendo a Checo alejarse un poco para mirarlo.—Digo... Debería de explicarte lo que ocurrió, ¿No?

El español y mexicano se miraron en silencio, Charles tenía razón, así que Sergio se levantó de su cómoda cama, secando sus lágrimas con su puño y tomando su teléfono que permanecía en la mesita de noche, volviendo a la cama para mirar la pantalla de su dispositivo en silencio.

Respondió y llevó su teléfono a su oído, sintiendo la atenta mirada de sus dos amigos sobre él.

—Checo, gracias a Dios que respondes...—Habló Sebastian al otro lado de la línea.—Estaba preocupado por ti, no respondías a mis llamadas ni a mis mensajes, yo...

—¿Creíste que me iba a morir por ti?—Preguntó con hostilidad, dejando al alemán y a sus amigos en silencio.—Mejor habla ya, ¿Qué son todas esas mamadas que hay en internet? ¿Es verdad?

Un silencio se apoderó de la línea, Sergio esperando una respuesta y Sebastian buscando qué responder.

—Tomaré un vuelo a Estados Unidos, lo que sea... No quiero hablar contigo de esto por teléfono.

—No, no es necesario, sólo habla, no quiero perder más el tiempo contigo.

Esas palabras sorprendían a Carlos y a Charles, quienes esperaban escuchar a Sergio quizá llorar en plena llamada, pero se mantenía en una postura de seriedad y, quizá, hasta molestia.