Capítulo 33

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El momento en el que estaban encerrados, fue interrumpido por Beomgyu. El Beta abrió la puerta con fuerza, obligando a la pareja a separarse. Entró en pánico por lo que había hecho.

—Lo siento... —murmuró—. No quería interrumpir esto —retrocedió un poco.

Soobin lo tomó con un poco de gracia y simplemente limpió su rostro. Yeonjun fue el único que se enfadó en ese lugar. Quería matar a Beomgyu y el Beta lo sabía.

—No te preocupes —dijo Soobin. Agitó las manos frente a sus ojos para quitar el ardor de haber llorado—. ¿Pasó algo?

—Tu padre Alfa te está buscando —comentó Beomgyu—. A los dos, el comité ya tomó una decisión.

Soobin miró a Yeonjun un tanto preocupado. El Alfa le brindó una sonrisa llena de confianza y se acercó a él para tomar su mano. Le dejó una caricia en su mejilla y le brindó palabras de apoyo.

—Estoy seguro que serás el nuevo presidente —le murmuró. Soobin se dejó llevar por el cálido tacto y asintió a sus palabras.

—No me importa, realmente, pero cualquier decisión la tomaré bien —respondió.

—¿Nos vamos? —interrumpió Beomgyu sabiendo que si no lo hacía, volvería a besarse y, enfrente de él.

Bajaron de la azotea con algo de prisa, llegaron hasta el primer piso del edificio. Soobin arrastró consigo a Yeonjun al baño, para limpiar el rostro de ambos y evitar que pensaran que habían llorado. Tan pronto estuvieron listos, retomaron la ida al salón principal donde todos estaban celebrando el lanzamiento del producto.

Soobin y Yeonjun tenían que atravesar a la gente que los rodeaba. Los llenaban de elogios por el producto y a Soobin especialmente por la canción. Hasta que finalmente se presentaron ante el comité.

Cinco Alfas, dominantes, con un carácter demasiado serio, estaban frente a ellos. Yeonjun no se sentía intimidado para nada, porque convive con uno desde su niñez, pero Soobin nunca conoció ese temor de ser comido vivo por la mirada feroz de los Alfas.

—Kim Soobin, Choi Yeonjun —habló el Señor Byun, era el Alfa líder del comité, quien había estado acompañando a Mingyu desde su presidencia, uno de los accionistas más importantes de la empresa—. ¿Es cierto que están en una relación? —Soobin entró en pánico.

Nunca imaginó que aquella pregunta le fuera lanzada directamente. Había olvidado usar los bloqueadores de aroma para evitar justamente esa pregunta, que estuviera saliendo con un Alfa y que además estaban enlazados. Miró a Yeonjun preocupado sin saber qué responder, pero el Alfa se adelantó.

—Lo somos —respondió. Dejó a Soobin boquiabierto—. Somos pareja destino desde que éramos niños —Soobin podía notar el cambio en el rostro de los Alfas, estaban enfadados—. Y lamento mucho si eso afecta en la decisión que tomaron —explicó el Alfa. Dejó salir un pequeño suspiro y continuó—, pero realmente yo no quiero ser presidente.

—¿Qué? —respondió Soobin, quedando en shock por lo que Yeonjun respondió.

—Usé la presidencia como una excusa para acercarme a Soobin. Lo admito, al principio lo hice por un arranque de celos por saber que Soobin salía con un Omega —confesó Yeonjun—. Me di cuenta que no valía la pena, así que usé ese tiempo para acercarme a él —le dedicó una mirada de complicidad al Beta—. No quiero ser presidente —miró al comité—, no quiero seguir los pasos de mi abuela Alfa y mi padre Alfa —comentó con orgullo—. Y por eso, creo que Soobin merece ese puesto más que yo o cualquier otra persona. Es un verdadero Kim.

Mingyu estaba orgulloso de las palabras que Yeonjun había dicho. Sin embargo, eso no fue suficiente para hacer cambiar de parecer al comité que tenían enfrente. No estaban muy convencidos de esas palabras.

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