Capítulo 9

6.8K 556 65
                                    

Poché.

El mar de personas que vinieron encima de mí fue exagerado.

No comprendía cómo personas que no conocía para nada, se acercaron a mi para preguntar cuándo sería la boda, qué planes tendríamos Daniela y yo, incluso escuchaba comentarios muy venenosos de cómo había atrapado a la única hija de Germán Calle.

En un punto me sentí abrumada y lo peor de todo, es que Daniela parecía que se la había tragado la tierra.

Iba alejarme de todos cuando una cabellera rubia se sacudió al casi correr hasta a mí.

— ¡Cuñadita!— exclamó Juliana, le sonreí. — Es una enorme sorpresa la que hemos llevado todos hoy.

Me dio un apretado abrazo que me tocó corresponder, Juliana se separó con una sonrisa.

— Pero no niego que me pone muy contenta, felicidades. — añadió sonriente.

— Gracias, hasta yo fui sorprendida.

«Vaya que lo estaba, jamás creí que estaría haciendo esto»

— ¿Y dónde está mi hermana?— indagó buscándola con la mirada. — Quiero molestar a esa amargada.

— Creo que fue adentro.

— A veces parece que no tiene modales, ¿cómo te deja sola aquí? En fin. — hizo un ademán desinteresado. — ¿Cuándo será la boda, eh?

— No lo sé, a penas estoy asimilando esto.

— Te entiendo perfectamente, me pasó lo mismo cuando me casé. — ella soltó una risita. — A ver el anillo.

Juliana tomó mi mano y dio un vistazo a la joya que rodeaba mi dedo con atención, dio un jadeo sorprendida y me vio rápidamente.

— Está precioso. — mencionó. — No creí que mi hermana tuviera un gusto tan exquisito en este tipo de joyería.

— Debo darle ese voto.

— Eres muy afortunada, te lo aseguro. — dijo sonriendo. — Daniela es muy... ella, pero créeme que es una mujer excepcional.

Me limité a sonreír, no sabía si lo que decía la hermana de mi ahora prometida era cierto, a penas la conocía y ciertamente eso me hacía confirmar que estaba enloqueciendo al aceptar una propuesta de matrimonio de una extraña.

Mi prometida... Eso se escuchaba irreal.

Juliana parecía querer decirme algo, pero su esposo llegando hizo que se despidiera de mi para ir con él.

— Deme eso. — escuché una voz.

Volteé y observé a Liz robándole una charola de copas de champaña al mesero, se acercó a mi bebiendo de golpe una copa.

— Amiga, ¿enloqueciste?— arrojó tomando más champaña.

— ¿De qué hablas?

— No me mientas, Garzón, yo sé lo que pasa aquí. — acusó, volteé a mis costados.

— ¿De verdad?— susurré acercándome a ella.

— Claro que sí. — afirmó bebiendo otra copa de golpe. — Sé que Daniela te dio un buen polvo, ¿pero al punto de casarte? No lo creo.

— ¿Cómo sabés qué es buen polvo?

— La he visto montar a caballo, es de pensarlo un poco.

Me tapé la boca con una mano para no soltar una carcajada, Liz tenía un punto.

— Siempre huyes del matrimonio, ahora vas a casarte, aquí hay gato encuerado. — mencionó con mirada enchinada.

— ¿No es encerrado?

Indeleble || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora