Capítulo 14

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Poché.

La llegada del señor Calle junto a Evelyn fue algo inesperado.

Todos en la casa lo tomaron así, incluso para Mafe fue una sorpresa ver a su ex marido llegando, pero fingió de la mejor manera ocultar el asombro para acercarse a él y saludarlo tan peculiar cómo siempre.

— ¿Te perdiste y por eso vienes a deshonrarnos con tu presencia, Germán?— decía mi suegra postiza.

— Solo para ver tu fea cara, querida. — respondía el señor Calle.

— Evelyn, no pensé tenerte por estos lares.

— Supuse sería buena idea traerle un regalo a las futuras esposas. — comentaba dándome el regalo.

— Pues gracias por el gesto. — respondí incómoda. — Están en su casa.

El señor Calle terminó de pasar junto con Evelyn, observé el regalo en mis manos para luego ver a Mafe, ella soltó un bufido.

— Siempre aparece cómo fantasma en los momentos lindos. — susurró a mi lado. — No de gusto lo hice mi ex.

Evité reír, Mafe sonrió dándome una caricia cálida en el hombro.

Se encaminó hasta su esposo, mientras yo iba y dejaba el regalo junto a los otros, observé al señor Calle y ahora lucia muy curioso viendo a mi hermana, quién por su lado lo observaba con una mueca siendo cargada por Daniela, completamente aferrada al cuello de ella.

Tomé un par de bebidas para entrometerme en la conversación, le pasé uno a mi hermanita y el otro a Daniela para ponerme al lado de las dos.

Daniela notó mi presencia y sin dejar de hablar con el señor Calle con su ya característica ironía respecto a él se trata, su brazo rodeó mi cintura.

— Pensé que María José no tenía más familia que su prima. — decía el señor Calle.

— ¿No te lo dije? Ah, es que prácticamente no existes. — le decía. — Ella es hermanita de mi futura esposa. — acotó con una sonrisa, Valentina asintió. — Es adorable.

El señor se inclinó un poco para tenderle la mano a mi hermanita, ella la tomó intrigada.

— Un gusto, pequeña.

— Si es el papá de la señora, ¿por qué se ve tan gruñón y arrugado?— arrojó de la nada. — Ella no es así.

Daniela escupió su bebida ante el comentario de Valentina de nuevo soltando una carcajada que llamó la atención de todos, sentí mi cara hervir, entretanto el señor Calle se erguia con cara seria.

— Algo irrespetuosa. — murmuró el padre de Daniela.

— Las monjas me han dicho que decir la verdad no es falta de respeto, si la persona se enoja es porque se ve así.

— Que gran verdad acabas de decir, mereces un premio por esa sabiduría, niñita.

— No me digas niñita. — se quejaba Valentina.

— Ya pasamos por eso, deja de decirme señora y veremos.

Suspiré negando ligeramente viéndolas ir juntas, me quedé a solas con el señor Calle quien estudiaba a su hija con atención.

— Hace mucho no escuchaba a Daniela reír así. — comentó pensativo. — ¿Por qué tú hermana recién aparece?

— Con todo respeto déjeme decirle que no creo que sea algo de su interés, señor Calle.

— Debería. — respondió cruzandose de brazos. — Después de todo, entrarás a mi familia y todavía no creo que de la forma correcta.

— A lo que he oído usted no conoce mucho de lo correcto, señor Calle. — repliqué. — Disfrute la reunión.

Indeleble || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora