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Ir,ojear que Cristian no hiciera nada y volver al hotel, sobria, sin sustancias dentro ni pareciendo un cachivache.
Eso era lo que Antonella se decía mirandose al espejo antes de ir a la ubicación que Nicolas le había mandado seguido también de prometerse hacer el último gasto con aquella tarjeta que Cristian le había brindado, el uber le habia salido mas caro que el hospedaje de tres noches pero era eso o estar muriéndose de intriga pensando en si su cuñado sería capaz de serle infiel a su hermana con otra persona. Bueno, en realidad no era eso lo que le preocupaba, lo que iba a tenerla en verdad nerviosa era pensar en que otra mujer toque a ese hombre que la vuelve loca en todos los sentidos, por eso ni bien salió del recital se apresuro en arreglarse e ir un poco mas volando a tal reunión.
Le sorprendía lo vacio que estaba esa entrada, desde afuera no se escuchaba un alma pero en cuanto ponias un pie dentro de ese lugar, era todo ambientado por música, risas y gritos de los jugadores.
Visualizando el lugar logra toparse con demasiadas mujeres, todas con atuendos llamativos algunas yendo de un lado a otro con copas de champan en sus manos y otra gran parte con Paulo y Leandro, se sentía en el aire el estado anímico de todos, o al menos ella podía sentir la felicidad de estos. Suspira y mirando a un punto fijo comienza a caminar con firmeza hacía lo que parecía ser una cocina, donde puede ver solo un brazo recargado en una mesada, brazo que reconoce al instante haciendo que retroceda poniéndose de todos los colores.
Claramente iba a ponerse así ante Enzo Fernández, el morocho que le había prometido no abrir la boca le había contado todo a Cristian y ella sabia que no tardaría en hacerse visible aquel chisme por lo que retrocede, pero su espalda choca con una persona y al girar solo le sale esconder una sonrisa.
—Bueno que sorpresa.. ¿Todo bien?—pregunta el entrerriano rodeando la cintura de la menor que si bien estaba completamente nerviosa, verlo a él la tranquilizaba.
Asiente y poniéndose en puntas de pies deja un beso en su mejilla—Hola li, bien... ¿Que haces aca?—cuestiona al percatarse de la lesión dle jugador.
—Despedida de soltero de Paulo linda, ¿Cómo que hago? ¿Buscabas al cuti? está en la cocina con Enzo.
Enzo.. ese nombre lo escuchaba en letras mayúsculas, ¿Por qué lo nombraba? ¿Acaso le había contado a todo el plantel aquello que había ocurrido?. La respuesta era no, solo se lo había contado a Cristian, pero eso no era lo que ella pensaba, entonces niega—No —y sacando nuevamente su personalidad de siempre a flote, pestañea fijando sus ojos en los de Lisandro—Bueno ¿Tomamos algo?
El morocho asiente sonriéndo, él no estaba enterado de nada, por lo que no tenía problemas en dejarse endulzar por Antonella, hoy era él quien estaba dispuesto a irse con ella.
