BABY LOVER | Cuti Romero

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10:00 AM

Cristian arruga sus ojos y sale de ese sueño en el que estaba sumido cuando el sol que entra por una ventana le pega de lleno haciendo que sus ojos se abran, su mano va a su sien cuando siente un dolor punzante y sentandose en la cama observa su alrededor, el piso en donde estan sus pies está decorado con prendas de ropa que reconoce al instante, no era un sueño, el vestido negro de Antonella, sus zapatos, sus jeans y la remera que llevaba anoche le avisan de ello.
Le basta con girar su torso para ver esa cabellera rubia, y su cuerpo desnudo mirando a su lado contrario, sus manos debajo de su mejilla y una pierna encima de la otra, esas trenzas ya no estaban y sonríe para él al recordar como las desarmaba y juntaba todo su pelo en su mano para tirar de el, los flashbacks comenzaban a llegar acordándose de absolutamente todo lo que hicieron por la madrugada.

Sentado en el borde de la cama ojea el lugar pero se pone de pies al no encontrar su celular, lo primero que hace es ir hasta su jeans e indagar sus bolsillos, ni bien lo encuentra lo desbloquea y abre sus ojos al ver las cantidades de llamadas perdidas que tiene de su mujer, lógico, dejó de contestarle a eso de las dos y aunque quisiera recordar en que momento fue que terminaron en la habitación, no podía.

El arrepentimiento comenzaba a llegar a medida que iba leyendo cada uno de los mensajes que Karen le había dejado, moviendo sus manos sobre su frente vuelve a sentarse en la cama mientras va respondiendo los mensajes, mira hacia atrás cuando siente el cuerpo de la rubia removerse, pero relaja su expresión cuando ve que sigue plácidamente dormida.

No estaba en sus planes verle la cara a Antonella, pero tampoco quería dejarla sola en aquel lugar por lo que después de vestirse sale de la habitación, agradece al cielo que sea Nicolas la primera persona que ve, está tomando un vaso de agua y recargado en la mesada.

El mayor sonríe ni bien ve al morocho salir de la habitación—Oaa, parece que alguien tuvo fiestita..

—Callate amigo—sisea Cristian respondiendo con un tono de voz lo suficientemente alto para que Nicolas pueda oír, no quería despertar a nadie.

—¿Te curtiste a la rubia?—pregunta alzando su mentón, el morocho solo rasca su nuca—bien ahí negro, habla nomas gil, Paulo plancho en el auto con una minita y Leandro está mosca.

Cristian asiente y sirviéndose agua chista—Me desperte con un montón de llamadas de mi mujer y na, me la re baja.

—Bueno pero la princesita te la sube—jode Nicolas acercandose al cuerpo ajeno y apretando de su hombro—¿Cómo estuvo?—la pregunta toma por sorpresa al morocho, pero muerde su labio al acordarse para después suspirar, el mayor asiente—se, tiene cara..

—Para gil ¿Qué decis?

—Boee—esboza Otamendi, pero al ver que Cristian ni se inmuta deja de lado esa expresión de vacilo—tenes razón, disculpa

El menor corre una silla y tomando asiento comienza a negar—Me siento para el orto.

Nicolas tira su cuerpo para atras levantando ambas manos y murmurando un "na" —¿La pasaste bien si?—Cristian asiente levemente—y bueno, quien te quita lo bailado, se quedan los dos callados y listo... Deci que estaban en pedo, sino sabe' lo difícil que se les iba a hacer despue'

—¿Cómo?—cuestiona arrugando sus cejas el morocho.

Los hombros del tatuado se elevan—Y si, porque si estaban sobrios después les pinta repetir, encima que ustedes viven en la misma casa, na una pesadilla—levanta su vaso de agua y antes de tomar vuelve a hablar—te lo digo por experiencia.