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31/12/23
CORDOBA - ARGENTINA
—¿Qué haces aca?—pregunta Antonella escondiendo una sonrisa mientras se aleja solo un poco del cuerpo que la tiene entre sus brazos dejándole besos en la mejilla, uno tras otro.
—¿No podía venir?— responde el morocho ocultando su boca en el cuello de la rubia, se aleja cuando al dejar su beso en el lugar donde siente el aroma del caro perfume que el le obsequió—Mm.. lindo perfume eh.
Ella termina de rodear el cuello ajeno y termina llevando su boca a la sien de Enzo—Obvio que podes venir bobo, pero ¿Y tu hija?
Enzo chista—No seas mala.. me haces sentir mal boluda—alejándose de Antonella sin soltar su cintura ladea su cabeza y rasca su nuca—na pasa que discutí con Valentina denuevo y nada, se puso re loca, hasta me quiso pegar... así que agarre unas pilchas y me vine para aca.
Antonella frunce el ceño y suelta su agarre—¿Cómo que te quiso pegar Enzo, qué me estás diciendo?
—Pasa que lleve a mis viejos para que pasen navidad con nosotros y nada, se enojo porque dijo que nunca compartía con su familia.. na todo un tema.
La rubia lo invita a adentrarse a la casa de sus papás y corriendo una silla, hace que Enzo se siente, tomando lugar ella posteriormente a su lado—¿Por qué no se separan? Oli crece viendo todo eso y nose, está mal..
Enzo chasquea su lengua—¿Te pensas que no lo hicimos? un montón de veces le corte y siempre me amenaza con llevarse a los nenes... se agarra de ellos.
—Para algo está la justicia Enzo.
—Nose boluda tengo miedo de perder a mis hijos, ahora fue un impulso pero el martes ya me vuelvo, ¿Estás sola?
—Ss..si, digamos, está Cristian en la pieza de mis viejos durmiendo, los demás fueron a hacer unas compras para la noche.
El morocho sube sus cejas y relaja su expresión poco a poco cuando ve el top de Antonella desacomodado—Aja.. ¿Estabas sola con el cuti?—la nombrada asiente—¿Otra vez te volvió histeriquear?
La menor pone sus ojos en blancos y una sonrisa se extiende por sus labios—Mm, no creo que ahora me esté histeriqueando.
Una risa nasal sale de Enzo sin expresión de alegria alguna—No seguro..
—Enserio boludo, te cuento, el viernes iba a ir a una joda ¿viste? bueno, él me vino a buscar y...—hace una pausa tomando las manos del centrocampista que la escucha atentamente con seriedad en su rostro—pasamos la noche ¡juntos!—Antonella muerde su labio y mueve sus pies de arriba abajo en su asiento derramando alegría, pero ladea su cabeza sin borrar su sonrisa cuando ve la cara ajena, frunce el ceño—¿Qué?
