16

3.2K 242 60
                                    

1/3

05:30

Cristian toma su tercer vaso de agua y acomoda el short que estaba utilizando de pijama observándose por el reflejo del pequeño espejo de la cocina cuando una gota cae por su cuerpo, suelta una puteada y estira su brazo buscando un repasador cuando escucha como unos pasos resuenan en la escalera, gira su cabeza y esconde una sonrisa cuando ve el cuerpo de Antonella.
Ella, por su lado, pasa por detrás de él llegando a la heladera, donde saca la botella anteriormente guardada por el cordobés—¿No podes dormir?—pregunta él último mirándola servirse la bebida en un recipiente, ella niega y se acerca a lavar el vaso—Que carita de culo..—él abre sus ojos cuando ve que la menor pretende volver de donde salió y la frena tirando hacia atrás del elástico de su short haciendo que su cuerpo gire y la toma por la cintura—Eeh ¿A dónde vas?

—¿Qué pasa?—pregunta ella sin expresión.

—¿Me va' a cortar el rostro vos ahora?—Antonella mira hacia otro lado formando un puchero, Cristian cierra su mano en el mentón ajeno—mirame— y al verle la cara sonríe—que cara de mañosa que tenes pendeja,¿Qué pasó ahora?

—Me descansaste toda la cena ¿Y ahora me preguntas esa boludes?

Él ríe—¿Querías que te diga mi amor y te llene de besos? taba tu herman no seas desubicada—las manos del cordobes bajan a sus caderas y moviendolas hasta el culo de la rubia presiona para alzarla, haciendo que ella se sujete de sus brazos y rodee la espalda baja del morocho—¿Me perdonas?—pregunta formando un puchero mientras ladea su cabeza para llevar su boca al cuello de Antonella, ella simula pensar murmurando un "Mm.." —Daale..—esboza sentandola sobre la mesada y baja su boca corriendo las tiras del pijama para dejarle besos en los hombros e ir hasta sus pechos.

Las manos de la menor se paran en el pecho de Cristian y presionando levemente lo aleja—Me mojé— dice y él sube sus cejas sonriéndo pícaro—dale tarado había agua aca.

—Oh.. pobrecita..—arrastra las palabras moviendo sus manos sobre las nalgas ajenas, fingiendo secar la tela de su ahort—¿Ahí?—sonríe metiendo su diestra por debajo del short, ella muerde su labio y voltea los ojos, pero antes de que pueda hablar él se inclina para besar sus labios, masajeando la zona en donde ambas manos se mueven con facilidad.

Antonella pasea sus uñas por los abdominales del cordobés y acerca aún mas su cuerpo buscando fricción contra la entrepierna ajena, era increíble como Cristian había logrado lo que nadie, mantener la atención de la cordobesa por mas de una noche, la persona que se aburría rápido de todos, buscaba tenerlo día y noche.

Cuando se alejan para tomar aire, ella observa como él busca subirle el top extremadamente disminuto que llevaba puesto pero sorprendentemente lo frena—Puede despertarse Karen—esboza con su respiración entrecortarda.

Él levanta su mentón—Ahora te importa tu hermana—chista y finge estocadas moviendo su cadera de adelante hacia atrás.

Pero la puerta que se abre y se cierra desde el segundo piso hace que se despeguen, segundos después es la mencionada quien aparece en la cocina, arruga sus cejas cuando ve a su hermana sentada en la mesada y a Cristian con el vaso vacio que manoteo del desespero.

—¿Qué hacen despiertos?

—Tenía sed—exclaman los dos a coro provocandole la risa a la mayor que solo asiente acercandose a la heladera, en cuanto lleva la botella de jugo a su boca, Antonella se baja y pasea su mano por la espalda de Cristian aprovechando la distracción de su hermana, haciendo que su cuerpo tiemble.

Caminando por el pasillo camino a su habitación, se distrae mirando al bebé que duerme en su cuna a un lado de la cama matrimonial, sonríe embobada y la distracción era tanta que ni siquiera noto que el menor se removió y despertó, se percata de ello cuando lo escucha sollozar por lo que apresura el paso adentrándose para cargarlo en sus brazos, sabía perfectamente que él podía dormirse solo así.

Sonríe cuando sus ojos vuelven a cerrarse y se ve en la obligación de tenerlo entre sus brazos por otro rato más cuando siente como tironea la punta de su cabello aferrandose a ella, la rubia se mueve de un lado a otro dentro de la habitación, siempre decía que ver a los bebés en la calle era una imágen anticonceptiva, pero esa se borraba de su mente cuando al llegar Valentino la recibía en casa.
Para ella era increíble lo bien que se portaba y habían sacado la conclusión que había sacado aquel comportamiento de Karen ya que según los papás de Cristian el cordobés era revoltoso, ríe para ella misma acordándose de las anécdotas que la mamá de él contaba en aquella reunión, la misma en donde la abuela de las Cavaller agregó que Antonella era de la misma manera, recordaba patente el comentario que había dejado picando en aquel entonces "Dos personas como ellos, con esa actitud podrían haber conectado de una manera... pero igual se habrían arrancado los pelos"

Cuando gira ve como su cuñado está recargado en el marco de la puerta, su labio inferior debajo de sus dientes mirando con atención a la rubia con el menor.

— Ay, no te vi.. se había despertado —explica Antonella, él asiente, se acerca a ella, la menor abre sus ojos como platos y sisea poniendo su mano en el pecho del cordobés— para tonto, Karen..—murmura despacio.

Él chista—Fue al baño porque olvido hacerse esa cosa de la cara.. dame a ver, acostalo antes de que se despierte.

Antonella ladea su cabeza observando como esos brazos descubiertos cubren el cuerpo de Valentino dejandolo sobre la cuna, frunce el ceño y entrecierra sus ojos viendo una linea de tinta que baja por su boxer, se acerca una vez que el se incorpora—¿Te hiciste otro tatuaje?—pregunta pasando sin permiso su dedo índice por la piel morena.

—Mhm..—asiente Cristian mirando como la uña ajena contornea aquel tatuaje que de no ser por el boxer y aquel pantalón, se vería a la perfección—cuando quiera' te lo muestro—esboza sonriendo en un susurro.

Ella se quiere alejar, pero las grandes manos tatuadas se cierran a los costados de su cintura—Va a venir Karen.

—No seas maricona...¿No te la dabas de machita?—descansa a la rubia—¿Te da miedo que venga tu hermana ahora?

Al estar de espaldas él no se percata de algo que Antonella si, el sonido de la canilla que se cierra en el baño delata que Karen ya había finalizado con esa rutina de skincare, haciendo presión en el pecho de Cristian con ambas manos lo empuja provocando la confusión de Cristian que se aclara cuando Karen bosteza entrando a la habitación.

—Se había despertado Valen gorda.. ahora si me voy a dormir porque estoy muerta—inclinandose al cuerpo adverso deja un beso en la mejilla de su hermana y finalmente va a su dirección.

BABY LOVER | Cuti RomeroWhere stories live. Discover now