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Londres , Reino Unido

Antonella sintió que la presión se le bajó cuando al abrir la puerta se encontró con Cristian detrás de ésta.
Sus ojos se abrieron por completo y escaneo al morocho que vestía prendas del club, que bien que le queda el azul. Pensó para ella y ladeo una sonrisa que paso muy por desapercibida.

El defensor por su lado no emitió ninguna expresión, pero tampoco se limito a pensar algo sobre la aparencia de la rubia, esta en cambio vestía una musculosa negra con un escote que dejaba mucho a la vista y un short del mismo color que marcaba mas que bien su figura, aún así, por fuera parecía no provocarle nada.

— ¿Qué haces aca? — preguntó apoyándose en el marco de la puerta.

Él la ignoro y se adentró al departamento pasando por el espacio libre que dejaba el cuerpo ajeno.

— Si pasa nomas — la rubia cerro la puerta, giro sobre su eje y caminó hasta él — Me vas a de-

— ¿Cuándo vas a dejar de joder? — el cordobés se cruzó de brazos en medio de la sala y fijo sus ojos en los de ella esperando una respuesta, pero ella arqueo una ceja y murmuro un "¿Eh?" — ¿A que queres ir a mi casa ahora? — caminó dos pasos y alzó su mentón
— ¿Te pensas que va a estar todo bien después de todo el quilombo que hiciste?

Ah, por ahí viene la cosa pensó Antonella, pero sin achicarse fue ella quien lo encaró esta vez, un paso fue suficiente para que la punta de sus pies lleguen a chocar con la zapatilla de Cristian, colocó ambas manos a los costados de sus caderas, entrecerro sus ojos y ladeo su cabeza — ¿Que hice o que hicimos?

— Ya estas grandecita nena, si tu novio te va a dejar sola para volver con la mujer — Cristian se inclino para llegar a la altura de la menor — manejate.. o solamente servis para abrirte de p-

No llego a formular la pregunta que su cabeza dió una media vuelta y a pesar de que su piel fuera morena, su mejilla quedo roja y la palma ajena parecia tatuada en ella, él llevo su diestra a la zona y antes de volver a mirarla, Antonella rió — ¿Ahora te haces el que no queres problemas? te cansaste de buscarle la vuelta para estar conmigo.

— Vos seguro que no.

— Pero siempre me hice cargo de lo que me pasaba con vos.

El mayor arrugó el entrecejo, mordió su labio inferior, alzo su mentón y juntó sus dedos formando un montoncito — Si no te pasó nada conmigo fantasiosa — y antes de que pudiera seguir, se escuchó el auto estacionar fuera de la vivienda, éste observó por el ventanal a Nicolas bajar de su vehículo y rió señalandolo — seguro que hasta cuando cogiamos pensabas que te estaba volteando el otro — finaliza y empieza a caminar hacia la puerta por la que entró.

— Yo no te usé — responde Antonella en un tono de voz  bajo pero Cristian hizo caso omiso siguiendo su camino.

Pero antes de que él llegara a la salida, Nicolas abre la puerta, mira expectante a los dos dentro del departamento y esboza una sonrisa adentrándose en el.

Unos pasos le permiten el acercamiento al cordobés — Que onda perrito — estira su mano pero lejos de estrecharla, él la mira y pasa por alto al defensor, el último chista llevando su diestra a su cabeza — bueno..— murmura girando su cuerpo para seguir al menor.

BABY LOVER | Cuti RomeroDove le storie prendono vita. Scoprilo ora