Toda tu vida se te fue editando y publicando los libros de los autores prometedores del momento, este trabajo te ha traído reconocimiento y riqueza... Sin embargo, nunca fuiste genuinamente feliz, ya que cuando fue tu momento una editorial malvada c...
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-Yo.. Elijo escapar- Dijiste decidida mirando a los dioses
-P.Pe.. Pero querida el diálogo arregla muchos matrimonios- Dijo la diosa intentando cambiar de opinión.
-Malleus es un dragón, e incluso en mi primera edición de mi obra original puse que era un terco de primera que le cuesta creer a otras personas cuando hablan mal de sus amigos a menos que sea su amistad que lo traicione, Belladona... Si es mi versión es su amiga... Si es la versión de la editorial.... Es su amante y no me va a creer que me está envenenando poco a poco, alto.. EL VENENO VOY A MORIR EN TRES MESES- Dijiste asustada y preocupada.
-No si te escapas ahora- Contradijo el Dios del Espacio -Si estás justo a tiempo para salvar tu vida si dejas de beber el veneno, también prometo curar lo que queda en tu cuerpo, miralo como un plus por escoger escapar-
-Eso es soborno- Dijo la diosa mirando de reojo a su marido
-Y tú intentaste manipulación querida, cada quien tiene sus mañas- Respondió el dios como si nada -Pero si yo fuera tu haria maletas y correría ahora, ya le avisaron a Malleus que diste a luz y viene para aca no muy contento por que se perdió el parto, encima le dijeron que pediste no verlo, no querías ver a nadie, así que viene en son de guerra a discutir contigo-
-Estupida Belladona que lo tiene envenenado en mi contra- Gruñiste enojada recordando como en la novela esa hada finge ser un pan de Dios, cuando en realidad es una bruja y tiene engañados a todos, hasta logró pasar debajo del radar detector de perras interesadas de Lilia -Bueno ese ya no es mi problema, que él y su amiguita con derechos sean felices haciéndose la vida un infierno el uno al otro, yo y mi bebita nos vamos-
Con esas palabras tuyas empezaste a correr por la habitación, agarrando todo lo que te puede servir para sobrevivir en este mundo de fantasía, los dioses se miraron entre sí, el Dios Espacio con una sonrisita burlona de triunfo, mientras que la Diosa del Tiempo se cruzó de brazos molesta, no le quedó de otra que aceptar que había perdido la apuestes... Por ahora.
Ya armaste una mochila con lo básico, un par de vestidos sencillos para no llamar la atención, joyas para cambiar por dinero en el primer pueblo que encuentres, no había comida en la habitación, pero eso lo puedes conseguir sobre la marcha, lo importante era irse ahora, solo queda agarrar a su tu hijita... O mejor dicho... El huevito que se volverá tu hija, Aurora Draconia, que si la historia continua según los cambios de la editorial en tu historial, se convertirá en "Maléfica, La la Gran Hada Malvada y Reina del Valle de las Espinas " tras asesinar a su padre, madrastra, medio-hermano no nato y a toda la corte junto a los ministros.
Miraste este pequeño e inofensivo huevo en la cuna en cuya interior había una bebita durmiendo esperando por nacer, la cargaste con ternura, cuidado y solo por curiosidad pusiste tu oreja en el cascarón, logrando escuchar movimientos que hizo dar un brinco a tu corazón de emoción, ahí estabas, ahora eres mamá y este bebe es la prueba de eso.
Improvisaste una cangurera con un par de sabanas, te pusiste el huevito contra el pecho y la mochila en la espalda, abriste la puerta de la habitación ya dispuesta irte, pero...
-¡Emp! Espera señorita escritora, toma- Dijo el dios deteniéndose y poniendo un reloj de bolsillo en tu mano, marcaba las once en punto -Cuando pises un pie afuera el reloj se moverá y la hora en el tiempo congelado se activará, y cuando marque las doce en punto todo regresará a la normalidad incluyendo el dolor de parir, así que corre lejos pequeña alma- Y con eso el dios desapareció.
-Te deseo suerte querida, te estaremos observando - Dijo la dioses también para desaparecer en un parpadeo
Ni siquiera tuviste tiempo de agradecerles por esta segunda oportunidad de vivir, es una pena, pero lamentarse quedaría para después, el tictac del reloj empezó a resonar indicando que ya todo se detuvo a tu alrededor y tenías que aprovechar esa hora de tiempo, por que el castillo tampoco es precisamente pequeño y tenias que ganar toda la ventaja que podías, así que corriste escaleras abajo abrazando de manera protectora al huevito contra tu pecho, justo cuando llegaste a la entrada de la torre te encuentraste de frente a quien es tu marido.
Malleus Draconia, el actual Rey del Valle de las Espinas, es justo como lo describiste en las primeras páginas que escribiste, elegante, hermoso, imponente... Un poco tus gustos en hombres bellos y misteriosos, pero no tenías tiempo en pensar en eso, te acercaste a él y le diste una patada en la cola de dragón que sobresale de sus túnicas, que te dolió bastante, no imaginaste que una cola fuera tan dura creiste que seria como patear la cola de un perro, pero solo alzaste la frente y te fuiste con rapidez saliendo de ahí con tu mochila y bebe...
