Toda tu vida se te fue editando y publicando los libros de los autores prometedores del momento, este trabajo te ha traído reconocimiento y riqueza... Sin embargo, nunca fuiste genuinamente feliz, ya que cuando fue tu momento una editorial malvada c...
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“¡Yo soy la Reina Maleficia segunda, conquistadora de tierras, protectora de las criaturas mágicas, soberana del valle de las espinas! ¡Soy la hada más poderosa de todas! Asesina de dragones y enemigo de los humanos… Así que si, con todos estos honoríficos… ¡¿PORQUE ANDO USANDO UN SOMBRERO RIDÍCULO?!” Pensó la bebecita mientras intentaba quitar esa Capota que le hacía ver ridícula.
-No Aurora no, no te quites tu capota, es para el sol- Dijiste sonriente acomodando su gorrito -Hay que agradecer que encontré una con huequitos para cuernitos- Reiste dulcemente y le empezaste a poner guantecitos en la mano.
“¡¿Y AHORA CALCETINES EN LAS MANOS?! ¡¡MADRE NO TE BURLES DE MÍ!!” Pensó Aurora empezando a llorar, tu la mesiste y le diste su chupete para calmarla.
-Oh ¿Te incomoda la ropa para salir? Es porque es la primera vez que te la pongo, Calma Calma bebé, se que es incómoda pero es para cubrirte del sol- Dijiste dándole besos en la mejilla -Y además te ves adorable!-
La dragoncita solo hizo un gesto de pucherito mientras se dejaba hacer por su mamá, tiene que admitirlo, recibir mimos de su madre la calma y la hace un poco más obediente, además de comprender que las acciones de su madre vienen de un acto de amor, no como su madrastra Belladona, esa horrible solo le hablaba para burlarse de ella por ser mitad humana, de su madre muerta y que era una vergüenza para el Valle de las Espinas tener una princesa como ella, nunca la atendió directamente, ese trabajo de crianza se lo dejo a las mucamas y estas a su vez eran crueles con ella, pero mestiza, poco les importaba que fuera la princesa heredera al trono.
Es por eso que, aunque no los comprende, valora los actos de amor que le demuestra a diario, aun así no le gusta verse igual a una de esas tétricas muñecas antiguas de porcelana que jamás le gustaron y las rompía las pocas veces que recibió una de regalo la rompió, sus miradas vacías la asustaban, pero nadie a su alrededor parecía darse cuenta de lo que le gustaba o no y le siguieron obsequiando cosas que odiaba en su infancia… Excepto por ellos…
-Ahora sí~ Estamos listas para salir, hay que comprar pañales, un biberón ¡Oh! ¡Y varias cosas!- Dijiste animada haciendo un canguro con una tela vieja a tu bebé, por suerte encontraste monedas en esta vieja cabaña, tienes algunas que vender las joyas que son aquellas que tomaste, aunque no son muchas son joyas reales y rastreables, con eso en mente le diste un último beso a la bebe y saliste a comprar.
Aunque el cielo dejó de llover a cántaros, estaba muy nublado, pero no podías esperar más para ir a comprar víveres si hay riesgo de otra tormenta que dure días o una semana completa, es por eso que al momento que dejó de llover decidiste salir.
Caminabas alegremente por ese antiguo sendero parecía conducir a las fueras del oscuro y sinuoso bosque, tarareando una cancioncita infantil para mantener entretenida a tu bebé, cuando el trotar acelerado acelerado de unos caballos te hicieron apartarte rápidamente del camino, quizás eran unos viajeros acortaron camina cruzando el bosque cuando ya los viste acercarse, se trata unos tres caballeros oscuros a caballo, te tensaste al verlos, estabas segura de que te reconocerian y tampoco era opción huir de ellos ya que parecían dirigirse directamente a ti.
-Oh no ¿Qué hago?- Susurraste para ti misma nerviosa -Seguro soy una criminal por escaparme el heredero al trono, me van arrestar- Volviste a susurrar para ti misma abrazando de manera protectora a u hija
“No te preocupes madre, no nos separaran, yo te voy a…” Pensó la pequeña Aurora extendiendo sus manitas para lanzarle una maldición a esos soldados, pero otra vez no pasó nada, llenando de frustración a la bebé que otra vez hacia un puchero e inflaba la mejillas sonrojada del enojo, antes de que la bebé o tu pudieran hacer o decir algo, ya los caballeros te habían interceptado por los caballeros.
-¡En nombre del Valle de las Espinas, detente Humana!- Ordenó a un soldado oscuro con máscara de pájaro desde su caballo.
-No se asuste Humana, solo estamos haciendo un chequeo real, quítese la capucha y muestre lo que tiene en las manos- Dijo el otro hombre con máscara de Jabalí, tu tragaste saliva pero era mejor seguir las indicaciones.
Te quitaste la capucha que cubría tu cabeza y rostro, dejando ver lo asustaba que estabas, también mostraste a tu bebé que abrazabas contra tu pecho, Aura sin ningún temor le hacía mala cara a los tres soldados con su ceño fruncido y sus mejillas infladas, la dragoncita trataba de verse intimidante pero lo único que provocaba era verse más adorable.
-... Jejeje, disculpen a mi bebé, es que no le gustan los extraños, jejeje… Aurora no le hagas puchero a los señores- Le pediste a tu hijita meciéndola un poco, pero eso solo provoco que la niña intensifica su mala carita
“Ustedes soldados de bajo rango, como se atreven a intimidar a mi madre, los castigaré severamente, les lanzare un raro a sus caras… En cuanto pueda usar magia” Pensó Aurora molesta mirando intensamente a los caballeros de armadura oscura y verdosa
-....Aawwww se ve como mi sobrino cuando mira a su papá- Dijo un soldado de manera tierna sin dejar de mirar a la pequeña adorable a sus ojos, mientras que otro soldado sacó un pergamino donde estaba una pintura de la reina y empezó a comparar a la humana con la reina.
-No, no es ella, le falta la corona y ese es un bebé no un huevo- Dijo el soldado mirando detenidamente la pintura y luego a ti
-...... ¿Aah?- Balbuceaste un poco confundida, mientras que Aurora solo los miraba con cara de poker
“¡¿En serio no reconocen a la reina por que le falta la corona?! ¡¡Y ESTÁN BUSCANDO UN HUEVO!!... No se si decepcionarme o sentirme aliviada” Volvió a pensar la dragoncita sin saber si tiene muy buena suerte o estos tipos son tontos
-A ver…- Dijo uno tomando la pintura te miro y luego la pintura, luego te volvió a mirar y luego a la pintura -Además que le faltan las joyas …- Agregó también convencido de que no eres la reina
-Traigan para aca, son unos tontos- Dijo el otro soldado quitando el pergamino y lo miro con detenimiento cada detalle posible hasta se acerco a ti para verte mejor, a lo cual tu soltaste una sonrisa nerviosa -… Mmmmh no, si tienen razón no es, le falta la cara amargada y el cabello corto, no es la reina, perdone las molestias humana, siga con su día a día y cuide de su bebe lagarto cabra- Y con eso los tres soldados hicieron una reverencia.
-Nos vemos madam- Dijo otro.
-Adiós cachetoncita~- Dijo el último soldado en tono para bebe y se despidió ya dejándote atras
Y con los tres soldados se alejaron galopando en sus briosos corceles para seguir con su búsqueda, y Aurora se quedaron mirando con cara de poker a los caballeros oscuros desaparecer entre la espesura del bosque.
-Bueno, tuvimos mucha suerte ¿No crees Aurora?- Le dijiste a tu bebé tratando de sonreír de nuevo, pero Aurora seguía con la carita seria
“...... Son unos idiotas… ¿Y qué es eso de cachetoncita? ¿Soy muy cachetona?” Fue todo lo que pensó la dragoncita primero con decepción y luego llevándose ambas manitas a la cara para tantear sus mejillas, cosa que te saco una pequeña risita mientras seguías con tu camino.
