Cara Palida

4 3 0
                                    

Esto que les contare es algo que le pasa a la mayoría, seguro les ha pasado que vieron por el costado de sus ojos, una figura, algo de color negro y cuando voltean ya no hay nada allí.

Algo me consuela un poco, estoy loco, muchos dicen que me volví loco gracias a lo que me ocurrió, me sucedía mucho en mi adolescencia que veía cosas por el rabillo del ojo, me pasaba doble que, a las personas, luego empezó a ser el triple y luego el cuádruple. Evitaba decírselo a mis padres porque no era la gran cosa, no tenía tan buena comunicación con ellos, simplemente era una curiosidad, lo he hablado con algunos amigos, pero nadie me confirmo haber vivido la misma experiencia con tanta frecuencia.

Lejos de que todo mejorara, la situación empeoro y cada vez empeoro más. Un día paso lo más horrible e inevitable, al girar mi cabeza para ver la figura con el rabillo del ojo, esa cosa que siempre desaparecía, ahora no lo había hecho, se había quedado ahí sin importarle que yo lo viera, era muy alto, delgado hasta un extremo imposible, los huesos de las costillas se le marcaban de una forma imposible, su piel era muy aceitosa, muy repulsivo a la vista, se encontraba completamente desnudo, no tenía genitales, sus piernas no eran más que palos, si se le pueden llamar piernas, tan delgadas que era imposible, se le marcaban los hombros de una manera asquerosa, su cuello era delgado y largo sosteniendo una gran cabeza.
Era horrible de ver porque en ese momento recuerdo pensar que una cabeza tan grande pudiera ser sostenida por un cuello tan frágil, la cara no tenía arrugas, no tenía marcas, tampoco tenía boca, ningún rasgo fácil, solo dos agujeros enormes oscuros que se encontraban donde deberían estar los ojos de una persona, me miraba fijamente.

Este primer encuentro, podría decirles que fue lo más horrible de mi vida de no ser por lo que paso luego, en ese momento arroje la silla donde estaba, fui corriendo llorando al cuarto de mis padres, recuerdo que mi padre abrió la puerta, yo me arroje dentro del cuarto chocando contra la cama y mi padre solo cerró la puerta detrás mío, tapando la visión de aquella criatura horrible que me había seguido hasta el pasillo, cuando mi padre cerró la puerta ya no vi más a la criatura.

-¿No lo vieron? ¿no vieron a la criatura? –

Mi padre abre la puerta, la figura sigue allí, pero mis padres no ven nada, no hay nada allí según ellos. Fue una noche muy difícil, pero la mañana llego al final, no vi más a la criatura durante el día, pero ese breve alivio que incluso puede haberse visto aplicado con la primera excusa que se me ocurriera, de nada sirvió cuando aquella noche lo volví a ver, ahora parado en mi cuarto frente a la puerta y no hacía nada, solo me observaba, con esos ojos oscuros que parecían vacíos. Nuevamente el susto, terror y mis gritos en la casa, imagínense lo que pensarían mis padres sobre esto, yo solo lloraba y gritaba.

La criatura por momentos se iba, pero no tardaba en volver, a decir verdad, cada vez se quedaba conmigo un poco más, los médicos que me han atendido podrán testificar por medio de los documentos que había bautizado a la criatura como “Cara Pálida”. Mis amigos no tardaron en abandonarme, podría decirse que nunca estuve rodeado de buenos amigos, por no poder probar lo que veía que otros no podían ver. Mi novia también me abandono, cada día me iba poniendo cada vez más enfermo y más enfermo, hasta que mi salud mental empeoro muchísimo y se comenzó a deteriorar.

El monstruo comenzaba a seguirme de día, no solo era de noche ahora, solo estaba de pie cerca mío mirándome sin parar. No pude ir más a estudiar, deje de hacer todas las actividades que siempre hacia, me convertí en algo molesto para mis padres, porque no quería abandonarlos jamás, me sentía mejor si ellos estaban en mi compañía, alguien que solo estuviera conmigo para no quedar a solas con Cara Pálida. Así como mis amigos me abandonaron, mis padres también lo hicieron recluyéndome en una institución mental.

Pasaron los meses, mi odio creció muchísimo, no solo le arrojé cosas a Cara Pálida las cuales pasaban de largo como si fuera un holograma, no solo le gritaba y lo insultaba, sino que también pude reunir valor y atacarlo yo mismo. No solo intente rogarle que por favor me dejara en paz, todo era en vano, pero, una noche después de que mis ojos estaban secos, no podía llorar más, con Cara Pálida allí muy cerca mío, mirándome fijamente, sabiendo que yo soy de los pocos que pudo ver esas cosas que pasan por el rabillo del ojo, me regalaron esta visión.

Miles de personas, miles, en la oscuridad, personas que no eran por mi imaginación, personas que sé que existen, miles de caras pálidas, miles de criaturas, un poco diferentes algunos de otros, tan diferentes como las personas entre sí, cada uno acompañando a un ser humano, allí lo supe, cada uno de nosotros tenemos a nuestro propio Cara Pálida, solo que no lo podemos ver, pero no solo esto, así como cada uno tiene a su ángel de la guarda, los Cara Pálida son los escoltas de las personas que ya están condenadas, no tienen ángeles sino Cara pálidas siguiéndolos…

Si nunca has visto algo raro pasando por el costado de tu ojo, quizás seas de los que estén salvos ¿no has visto nunca nada por el rabillo del ojo?...

Terror máximo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant