El muñeco bebé

1 2 0
                                    

Esto sucedió en un pequeño pueblo de Illinois, Estados Unidos. En esa época una compañía de juguetes decidió sacar a la venta un muñeco con forma de bebe y la particularidad de este era que, a pesar de su gran parecido a un bebe real, el llanto del mismo era extremadamente real y molesto.

Este juguete servía para enseñar a la madre como cuidar al niño, como calmarlo, como alimentarlo, como evitar que llorara o se enfermara, pero también tenía un gran defecto, que la compañía no contemplo, para callar al bebe si la madre no podía calmarlo se debía golpear la cabeza porque el mecanismo estaba en la cabeza, golpearlo no muy fuerte, unas palmadas para calmarlo.

Una señora embarazada recibe un juguete de parte de su marido, se encariña bastante con el muñeco, lo cuida, lo acurruca, lo alimenta, tomándose sus lecciones y deberes de futura madre muy seriamente.
Los meses pasaron, la señora se hace una experta cuidando al muñeco, él bebe nace y da la casualidad que sea del mismo sexo que el muñeco, era un varón.

Paso un tiempo y los vecinos escucharon golpes, aullidos horribles y gritos de bebe, muy fuertes que duraron horas, al punto de ser insoportables por lo violento y agresivos.
Llamaron a la policía, una patrulla llego y golpeo la puerta, el padre abrió la puerta con los ojos rojos de tanto llorar y en un gran estado de shock, los policías entendieron que el hombre no podía hablar y subieron las escaleras.

Entraron por cada habitación y no encontraron a nadie, solo quedaba una habitación al final del pasillo, abrieron la puerta y allí pudieron vislumbrar con la poca luz que venía de afuera, permitió ver los pies de la madre, con su bata de dormir, estaba sentada en una silla mecedora y los restos sanguinolentos de un cadáver de un recién nacido, un infante, cuya sangre ensuciaba todas las partes y paredes del cuarto, la mesa, el suelo, todo el cuarto. Pedazos de diente pegados al piso, sesos y el rostro desfigurado, irreconocible. Los dos policías horrorizados escucharon con atención la voz de la señora que de manera cándida y tranquila les decía “En la etiqueta de la caja, decía que si él bebe no se callaba debía darle unos golpes, y tuve que llegar un poco más lejos porque él bebe no se callaba”.

Notaron que en sus brazos sostenía un pedazo de plástico que no era otra cosa que un muñeco de bebe, tiernamente entre sus brazos… calladito… y manso…

Una historia de horror que realmente sucedió en los Estados Unidos y también se han reportado más casos de estos en esta época…

Terror máximo Where stories live. Discover now