Capítulo nueve

24.4K 946 58
                                    

Narra: Venus

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narra: Venus

Caminos hacia un callejón oscuro, poco a poco mientras estamos entrando la música se escucha más fuerte.

—¿Qué es ese ruido? —le preguntó.

Lord se da vuelta y me sonríe con diversión. Dobla a la derecha, lo sigo con cierta intriga.

—Bienvenida a callejón oscuro —me sorprendo al ver a una gran cantidad de personas alrededor de motos, formada por una pista de carrera en medio del bosque.

La música está fuerte pero no lo suficiente para no oír el murmullo de la gente y sus risas.

Lord saluda a un par de personas y se sienta en una sillón viejo. Trato de seguirlo, aunque me siento un poco incómoda.

—¿Conocías este lugar? —me pregunta.

Niego con la cabeza.

Hay dos chicas que anuncian las carreras y sus competidores encienden sus motores como si fueran a estar a punto de estallar. La gente grita, observó un par de rostros conocidos pero uno en especial me llama la atención: Hans.

—¿Qué hace él aquí?

Lord larga una breve carcajada y se queda callado.

—Buscándote —bromea.

Frunzo el ceño, me siento aturdida.

Lord me tomó de la mano y comienza a caminar rápido.

—¿Subimos? —señala una moto, es alta y de color naranja con tonalidades negras.

—No me gustan las motos.

Él sonríe y asiente con la cabeza, como si estuviera pensando en algo más.

—Si te subes prometo contarte cómo conocí a Elizabeth.

Acepto.

Un amigo de Lord nos pone los cascos y me ayuda a subirme. Me sujetó con fuerza de la cintura de Lord. Enciende su motor y antes de que la carrera comience observó el rostro del otro competidor.

No podría no reconocer sus ojos azules, o aquella cicatriz.

—Buena suerte, primito —le dice Hans con una picardía que nunca antes había visto en él.

La promotora da comienzo a la carrera. Lord aprieta el acelerador a fondo, el viento sacude todo mi cuerpo e intentó agarrarme lo más fuerte posible. El camino es totalmente oscuro, hay muchos árboles y tierra. Se ven las estrellas como faroles en la noche. Mi corazón late sin detenimiento, cierro mis ojos y me dejo llevar. Hace mucho tiempo no me sentía de esta manera. 

Lord grita con euforia, estamos primeros pero en un descuido Hans se nos adelanta y pasa la curva digno de ser el ganador. Y lo logra.

Escucho a Lord maldecir una vez que estaciona la moto. Las personas gritan y se acercan a Hans para felicitarlo.

Lord parece no importarle, me sonríe y susurra:

—Lo deje ganar.

Me da la mano para bajar y me pregunta si estoy bien.

—Un poco sucia por la tierra pero fue divertido, ¿te dedicas a esto?

—Solo lo hago por diversión algunas veces —dice —. Me gusta la adrenalina pero no puedo abusar de ella.

Me pregunto si la cicatriz del ojo de Hans tiene que ver con las carreras. Eso respondería porque nadie sabe lo que le sucedió.

Volvemos a los sillones, y Lord me ofrece algo de tomar pero me niego. Lo miro, impaciente y un poco incomoda por el silencio de ambas partes.

—¿Conocías a mi hermana por el grupo de la iglesia? —rompo el silencio.

—La conocí aquí por primera vez —hace una pausa —. Ella estaba trabajando como promotora y alguien me la presento.


Narra: Lord Wist

—Ella es Elizabeth Parker, la que te hable —me dice él mirándola de lejos—. Trata de no comportarte como un idiota.

—Tranquilo, es toda tuya.

Su teléfono comienza a sonar, él atiende y se aleja hasta la pista.

No puedo dejar de mirarla. Sus piernas son largas y su cabello rubio le llega hasta las caderas. Todos la miran.

Un hombre se acerca a ella y no pasan más de cinco minutos que comienza a gritarle. Parece enojada. Elizabeth oculta una cicatriz que lleva en el brazo y camina con frustración.

Viene a mi mesa, la limpia, no creo que ese sea su trabajo pero parece muy imperactiva.

—¿Así eres con todos los hombres?  —le pregunto, refiriéndome a la escena anterior.

—A veces.

Ni siquiera voltea a verme.

—Entonces me reservare mis palabras, no quiero que me grites.

Ella deja de limpiar y me mira. Sus ojos son grises.

—Si me invitas de lo que estás tomando, prometo no gritarte.

—¿Tu novio no va a enojarse si lo hago?

—¿Cómo sabes que tengo novio?

—Lo conozco —digo —. Además, no creo que una mujer tan linda como tú esté sola.

Sonrió y le estiro la botella. Ella acepta.

—A las lindas nos gusta estar sola también.

—¿Eres nueva aquí? No te había visto antes —le preguntó.

—Me mude hace un tiempo.

Miro su brazo.

—Parece que no te recibieron de buena manera.

—Fui yo misma. —tiene un corte en su brazo, parece profundo—. Las chicas lindas también podemos ser torpes.

—No lo dudo.

Pero de hecho no es algo que una persona se pueda hacer sola, y menos cuando tienes moretones negros en otras partes del cuerpo.

—¿Cómo conociste este lugar? ¿Viniste sola?

—¿Por qué me haces tantas preguntas? —se cruza de brazos con seriedad —. Quiero que me hables de ti.

—Me llamo Lord Wist, vivo en Wonderf pero no siempre estoy aquí, y hasta ahora eres la chica más linda que conocí.

—No creo que a él le guste lo que me estás diciendo.

—No creí que eras de las que le importan lo que piensen sus novios.

—Me parece que te confundiste.

—Tal vez—revoleó los ojos —. O tal vez eres de esas a las que las golpean si la ven hablando con otro hombre.

—Él nunca me haría eso —se pone seria.

−Ya veo.

Ni siquiera hace una mueca para sonreír. Me ve observando su cicatriz e intenta ocultarla con vergüenza.

—Ven a correr una carrera conmigo.

—No me gustan las motos —se pone de pie y agarra su trapo—. Me tengo que ir, un gusto conocerte, Lord.

—Cuídate —le sonrió—. Y trata de no caerte tan seguido.

¿Qué pasó con Elizabeth Parker?Where stories live. Discover now