Capitulo 9

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El profesor salió del aula para atender un asunto, dejando a sus estudiantes solos desarrollando una guía. Yoongi leyó con pereza el primer problema, suspirando pesadamente; ver el contenido por segunda vez no le hacía gracia. Tristemente, aunque odiara estar cursando por segunda vez primer año, tampoco es que pudiera hacer algo para evitarlo. El año anterior había tenido tantas inasistenciasdurante el segundo semestre que, simplemente, incluso si su promedio hasta el momento había sido extraordinario, no pudo ser promovido.

Como nunca, intentó ver el lado positivo de aquello.

Volteando a ver al castañito que había hecho de su mala fortuna algo favorable, no pudo evitar sentirse un tanto receptivo ante aquella imagen a su lado. Jungkook, como frecuentemente hacía cada vez que los maestros dejaban el salón, tenía la cámara en sus manos. Sin embargo, a diferencia de las otras ocasiones, una sombra de tristeza bañaba sus oscuros ojos y el corazón del mayor fue oprimido por la empatía. Odiaba ver a aquel niño de esa manera, sobre todo siendo consciente de cuál era el mayor de sus problemas.

―¿Qué miras? ―Jungkook suspiró, negando con la cabeza, queriendo restarle importancia. Lamentablemente para él, Yoongi alcanzó a ver la foto antes de que apagara la cámara. ―No lo vas a intentar, ¿cierto? ―Jungkook volvió a negar con la cabeza, reposándola luego en el escritorio para cerrar sus ojos.

―Mamá jamás me ha permitido tener una mascota, mucho menos lo hará ahora ―Una sonrisa más parecida a una mueca de lástima se delineó en sus rosados labios y Yoongi sólo lo observó, tragándose sus ganas de maldecir a dicha mujer. ―No sé qué haré con él ―Confesó, hablando claramente del cachorro que aún no tenía hogar.

―Habla con tu padre, estoy seguro de que él sí te apoyará ―Lo animó.

―Papá me apoya, sí ―Ahora sonrió más sincero. ―Pero sólo hasta que
mamá interviene. Papá nunca contradice la palabra de mamá ―Y la
sonrisa se desvaneció tan rápido como apareció.

Yoongi presionó sus labios, pensativo. Su mirada se clavó en la pizarra, sintiéndose escaso de ideas para animar al castaño.

―Vamos a ir a casa de Lalisa ―Dijo finalmente.

―Hyung ―Jungkook soltó una risita, mirándolo. ―Lisa y yo tenemos club
hoy ―Le recordó.

―Entonces los esperaré e iremos a su casa por el cachorro, ¿de acuerdo? ―Volteó a verle. ―Te ayudaré a buscarle un hogar hoy

―¿¡En serio!? ―Jungkook por fin se reincorporó en su asiento, sus ojos recuperando ese brillo característico que tanto le gusta al mayor.

―Por supuesto

―¿Y si no encontramos un hogar para él hoy?

―Entonces lo llevaremos donde Lalisa de nuevo, ¿de qué te preocupas? Nos queda una semana aún para buscarle un hogar, Jungkook. Si es necesario, saldremos todos los días hasta hallar el lugar indicado para él

―Está bien, me gusta esa idea ―Extendió su mano, acariciando su
cámara. ―Gracias por acompañarme, hyung

―No agradezcas por estupideces, mocoso ―El castaño volteó a verle,
enseñando su adorable sonrisa. Yoongi también sonrió levemente, porque simplemente le era imposible no corresponderle.

☁☁☁

―¡Hey! ―Al llegar el termino de jornada, Yoongi acompañó hasta su club a Jungkook, encontrándose en el camino justamente a la persona que
querían ver. ―¡Lisa! ―La rubia se dio la vuelta, ensanchando su sonrisa al
encontrarse con su compañero de club.

No Soy SeokjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora