capítulo 15

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Yoongi caminó apresurado por la calle. Si había algo que odiaba era sentir apuro o presión, pero desde que conoció a su mejor amigo estaba lejos de recordar cómo se sentía la paz. Quizás Jungkook no lo había llamado ni le había dicho que lo necesitaba con urgencia, pero aun así deseaba verlo y ayudarle en lo posible después de que éste terminara en el servicio comunitario por su culpa.

―Hmm, hola... ―Saludó en voz baja, una joven recepcionista observándole con ojos curiosos. ―Soy amigo de Jeon Jungkook, el chico que está cumpliendo servicio comunitario, ¿es posible que pueda...?

―¡Oh, vienes a ver a Jungkookie! ―La mujer sonrió alegremente, Yoongi no pudo evitar fruncir el ceño ante la manera en la que se había referido al más joven. ―En este momento está en el jardín, puedes pasar a verlo si gustas

Yoongi asintió, claramente confundido. En su mente ya había ideado cientos de excusas para que le dejaran pasar a ver a su mejor amigo y las cosas habían resultado extrañamente mucho más fáciles de lo que pudo imaginar. Siguiendo las indicaciones de personas que iba encontrando por el camino, pensó en lo agotado que debía de estar el menor tras trabajar toda la mañana y gran parte de la tarde en ese sitio.
Sobre todo, consideraba que debía de ser bastante difícil cumplir servicio comunitario en un asilo de ancianos.

¿Acaso el castaño había tenido que enfrentar a muchos ancianos cascarrabias? Bien, quizás Min Yoongi no era el chico más alegre y entusiasta del mundo, pero definitivamente intentaría subirle un poco el ánimo a su amigo si es que sus energías habían sido absorbidas por todo lo que tenía que lidiar. Quizás por eso se sorprendió cuando al llegar al jardín se encontró con un panorama completamente inesperado.

El castañito estaba frente a un grupo de mujeres que lo miraban encantadas, pues con su melodiosa voz las envolvía con la más dulce de las canciones. Yoongi frunció el ceño al verlo tan feliz cantando para ellas, aún más cuando éstas al terminar lo llenaron de aplausos.

―¡Oh, Jungkook, eres un niño tan talentoso! ―Dijo una de las ancianas,
haciendo sonrojar al más joven.

―¡Hey, Jungkook! ―Llamó un hombre desde unos metros más allá.
―¡Deja de cantar y ven aquí a jugar ajedrez conmigo! ―El castaño no
tardó en agitar la cabeza en negación, girándose a verlo.

―¡No sé jugar ajedrez, abuelo Kim!

―¡Por supuesto que sí! ¡Deja de hacerte el difícil y ven!

―¡Ya me ha ganado 5 veces! ―Se quejó bajo las risas del resto que presenciaba la escena. ―¡Hey, abuelo Kim! ¿Y si jugamos tenis de mesa? ―Propuso con una sonrisa, señalando la mesa de ping pong.

―¡Ya me has ganado 7 veces hoy, no pienso volver a jugar contigo! ―El
niño hizo un puchero, aparentemente decepcionado. ―¡No, no, no! ¡No me harás caer con esos ojos de borrego! Sinceramente, Kook, si no funciona con mis nietos ¿crees que funcionará contigo?

―¿Quién sabe? Quizás resulto ser más adorable que sus nietos, ¿no? ―Sonrió con inocencia, provocando que las mujeres rieran mientras Kim negaba con la cabeza.

―Ahí está Jungkookie ―Yoongi se dio la vuelta para encontrarse con la recepcionista que había visto hace sólo un momento. ―Es un buen chico. Hace tiempo que no veía al grupo tan enérgico y todo es gracias a él

―¿Han estado así todo el día?

―Sí, sí, él tiene un talento natural para gustar a la gente, supongo ―La mujer sonrió con dulzura. ―¿Podrías decirle que ya se puede retirar si lo desea? Ha cumplido con todas sus tareas el día de hoy, no es necesario que pase más tiempo aquí

No Soy SeokjinTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang