Capitulo 14

187 25 1
                                    

Jungkook se encogió en su asiento cuando la mirada de su padre cayó
sobre él. Era consciente de que, tras pasar dos noches fuera de casa sin
siquiera haberlo consultado con sus padres antes, merece ser reprendido, sobre todo tomando en cuenta que lo habían suspendido durante una semana y tenía que hacer servicio comunitario. Así que, por obviedad, esperaba que su padre también estuviera molesto con él, aun más al ser el único con quien no había hablado de su altercado. Sin embargo, la mirada del hombre estaba lejos de contener molestia alguna y eso hacía que el castaño se sintiera intranquilo.

¿Qué estaba pasando por la mente de su padre?

―Jungkook ―Por fin rompió el silencio, haciendo que el pequeño se tensara con sólo escuchar su nombre. ―¿Estás bien? ―Y esas palabras se sintieron justamente como un balde de agua fría cayendo sobre él. Sus ojos, grandes y asustadizos, buscaron de inmediato la expresión de su padre en ese momento, terminando por sorprenderse por la
oscuridad y tristeza que expresaba este. No había reproche, no había decepción, el rostro de aquel hombre era la más sincera muestra de preocupación. Si antes sus palabras habían resultado inesperadas, la expresión que las acompañaban lo era aún más.

―Lo-Lo estoy ―Balbuceó, una mueca plantada en sus labios.

―Te has peleado con tres chicos, Jungkook, ellos claramente te ganan
en número ―Suspiró, pasando sus manos por su rostro para luego mirarle aturdido. ―¿Estás seguro de que estás bien? ¿No hay nada que te duela? Si hay algo, dímelo, te llevaré al hospital

El castaño presionó sus labios, sintiendo sus ojos escocer ante el
repentino deseo de llorar. Su padre estaba siendo el mismo hombre comprensivo y amable de siempre, y su corazón se siente cálido, envuelto por un manto en un intento de impedir que termine por romperse. Le gustaría decirle que sí, que la ha pasado mal y ha dolido como el infierno, pero que ya ha ido al hospital y los hematomas
desaparecerán con el tiempo. No obstante, tal y como siempre, el cansancio está reflejado en el rostro del noble hombre y no quiere preocuparlo.

Jungkook jamás quiere preocuparlo.

―Estoy bien ―Sonrió dulcemente. ―Ellos no han sido tan duros conmigo
―El hombre se recostó contra el respaldo, viendo fijamente a su hijo
menor.

―Así que... por defender a un amigo, ¿no? ―Las mejillas del joven se tiñeron de un leve rubor. ―No creo que sea la forma, pero, Jungkook...

―¿Sí, papá?

―Debes querer mucho a ese Min Yoongi, ¿cierto? ―Sonrió, inclinándose hacia el menor para acariciar su cabeza. ―Y por lo que veo, él también
te debe querer mucho

―Papá...

―Conserva tus buenos amigos, ¿sí? ―El menor asintió, sonriendo felizmente. ―Por cierto, ¿ya cenaste?

―He cenado en casa de Yoongi

―Bien, eso está bien... ―Asintió vagamente. ―Ya puedes irte a descansar, Jungkook. Mañana temprano empieza tu servicio comunitario, así que no quiero que te quedes dormido

―Me levantaré temprano, lo prometo ―Se levantó, repentinamente
recordando algo. ―Por cierto, papá...

―¿Sí?

―Sé que no es buen momento para preguntar esto, pero ¿podríamos
adoptar un perro? ―Su padre lo miró sin comprender. ―Quizás no merezco tener una mascota después de lo que he hecho, pero...

―Jungkook ―Lo interrumpió, su voz demasiado suave. ―¿Recuerdas
cuando a los 13 llegaste con un cachorro que encontraste en la calle?
―El castaño presionó sus labios, recordando perfectamente ese suceso.
―A tu madre realmente no le gustan los animales

No Soy SeokjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora