Capítulo 13

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―Dios, ¿quién podría atreverse a golpear un rostro tan bonito? ―La
señora Min observó con pena el labio roto del amigo de su hijo, quien prácticamente estaba devorando el plato de comida que habían puesto frente a él. ―Come, come, niño, tienes que reponer fuerzas para luego ir a golpear a esos chicos malos que se han atrevido a hacerte eso ―La mujer acercó más platos de comida hacia el pequeño y éste rió, casi atragantándose con la comida mientras el más bajo entornaba los ojos.

―Eres una adulta, mamá, este es el momento donde le dices que se mantenga alejado de los problemas

―Sí, sí, como sea, su labio no curará milagrosamente sólo por quedarse
fuera de los problemas ―El castañito volvió a reír con diversión y la mujer
lo miró con cariño, Jungkook era demasiado bonito y dulce como para
pensar que era un mal chico.

Cuando ambos muchachos terminaron de cenar, se dirigieron a la habitación del dueño de casa. Min Yoongi habría querido arrojar al menor al cuarto desocupado de su hermano mayor (quien estaba lejos por la universidad), pero aparentemente Jungkook se había encaprichado en dormir en el mismo cuarto como si de una pijamada se tratara.

―Si haces ruido mientras intento dormir, date por muerto ―Le advirtió, arrojándole un pijama.

―Hyung, eres muy aburrido ―Yoongi lo ignoró completamente, llenando
su cama de almohadas. ―¿Qué haces?

―Dijiste que dormiríamos juntos ―Las mejillas del menor se llenaron de un
potente color rojo.

―¡Hyung, hablaba del mismo cuarto! ¡Yo no puedo dormir contigo! ―El
mayor se giró a verlo, frunciendo el ceño.

―¿Por qué no?

―Porque... porque yo... ―Aclaró su garganta, sintiendo el sonrojo extendiéndose hasta sus orejas. ―Jamás he dormido con un chico antes. Lo siento, te quiero mucho, pero no quiero que seas mi primera vez.

―¡Tú, bribón! ―Una gran almohada no demoró en estrellarse contra la cara del castaño, quien rápidamente se puso en cuclillas mientras se quejaba.

―¡Hablaba netamente de dormir!

―¡Pues quiero que sepas que tampoco eres mi tipo, mocoso idiota! ¡Los niños con cara bonita realmente me hartan! ―Jungkook llevó una mano a su corazón, fingiendo estar lastimado.

―Te gustan los chicos fuertes, ¿eh? Está bien. Creceré, tendré muchos músculos y entonces vendré por ti

―¡Jeon Jungkook! ―El menor se dejó caer en el piso, retorciéndose de risa porque era alucinante ver a su mejor amigo rojo hasta las orejas. Yoongi prácticamente se lanzó sobre él golpeándolo con una almohada mientras no dejaba de repetirle que era un idiota y que lo sacaría a patadas si seguía molestando. Es más, él aseguraba que estaba completamente dispuesto a lanzarlo por la ventana si era necesario. ―¡Y ahora levántate de ahí para que pueda poner el colchón inflable! ―Jungkook se levantó entre risitas, viendo a un enfurruñado Min Yoongi que no dejaba de maldecir por lo bajo.

Uno minutos más tarde, Yoongi dejó de maldecir cuando por fin las luces se apagaron y se recostó en su cama, dejándose envolver por la suavidad de las sábanas mientras el cansancio del día poco a poco le ganaba. Jungkook, por su parte, se recostó en el colchón en completo silencio, tomándose por un momento demasiado en serio las palabras de su mejor amigo, hasta el punto en que con suerte respiraba mientras se escondía bajo las mantas, revisando su celular después de haberlo ignorado todo el día.

Sonrió cuando vio un mensaje de Lisa preguntando por su estado y no tardó en responderle que estaba bien y tenía que dejar de preocuparse.
El recuerdo de esa tarde era demasiado fresco y no podía evitar sonrojarse al recordar la manera en que la muchacha se había lanzado sobre él apenas entró al club, abrazándolo con fuerza mientras se disculpaba por tardar demasiado en encontrar ayuda. Posiblemente Jungkook no se habría dado cuenta de los cercanos lazos que había formado con ella de no ser por aquel suceso, pues la rubia constantemente estaba siguiendo sus pasos y preguntando por él.

No Soy SeokjinWhere stories live. Discover now