Yoongi suspira, abriendo sus ojos pesadamente. La luz aún entra por
su ventana y deduce que sólo ha dormido un par de horas. Gira sobre
su cama, suspirando débilmente al encontrar el lugar vacío junto a él.
―Seokjin... ―Él debía de estar con Jennie ahora, ¿no?
Mira por su ventana, el cielo completamente nublado. Él no era fan de los días soleados, pero se preguntaba si al menos un poco de luz podría sacarlo de todos los recuerdos que atormentaban su corazón. Vuelve a cerrar sus ojos, su pecho comprimiéndose al imaginar al chico rubio tomando la mano de alguien más.¿Exactamente cuánto tiempo pasaría para que por fin lo dejara de amar?
Se había mentido a sí mismo tantas veces. Se había dejado llevar por el rencor, había dicho palabras hirientes, pero nada había funcionado para terminar por convencerse.
Porque sí, él definitivamente aún estaba enamorado de Jin. Él aún quería correr hasta él, sacudirlo por los hombros y decirle que reaccione, que no importaba cuanto se esforzara, tal cosa como el amor no se podía comprar; que el amor de una madre no tenía por qué ganarse mediante acciones.
<<¿Estás limpio ahora, Seokjin? ¿Estás mejor desde que terminaste
conmigo?>>
<<Lo estoy>>
―¿De verdad lo estás? ―Su voz apenas sale como un susurro. Toma su celular, buscando el número de su mejor amigo a sabiendas de que él era el único que podía hacerle sentir mejor. ―Taehyung... ―Cierto, estaba en una cita con el pelirrojo. ¿Cómo iba a molestarle entonces?
Suelta su teléfono, aplasta una almohada contra su cara, cerrando los ojos con fuerza.
Ojalá el sueño lo venciera pronto.
Ojalá lo de Seokjin fuese sólo una pesadilla.
***
―Realmente le agradas mucho a papá y a mamá ―Dice Jennie con una sonrisa mientras camina al lado del rubio, en dirección a la parada de autobuses. ―Ellos no han dejado de hacer buenos comentarios respecto a ti
―Estaban exagerando ―La sonrisa de Seokjin es un tanto incómoda.
―No, ellos tienen razón, ¡tú eres realmente increíble! Gracias por ayudarme a estudiar hoy
―Eres mi amiga, Jennie, puedes pedirme ayuda siempre que quieras ―La chica se detiene, provocando que él también lo haga para ver qué ha sucedido. La sonrisa de su compañera no es tan alegre como en un principio y eso le mortifica, pues es demasiado consciente que eso se debe a su elección de palabras.
―Realmente... ¿ha sucedido algo contigo hoy? Te noté un poco pensativo
―Lo siento, supongo que no he descansado adecuadamente, ya se me pasará
―Seokjin... ―Presiona sus labios.
―¿Qué piensas de mí?
―Que eres increíble, por supuesto
―Tú eres amable, Jin, espero que no lo digas sólo para satisfacerme
―Realmente eres alguien muy querida para mí, Jennie
La muchacha lo mira, sus ojos completamente absortos en el joven frente a ella. Seokjin simplemente era demasiado irreal. ¿Cómo era posible que existiera un chico tan guapo, inteligente y gentil? Probablemente era lo más cercano a un príncipe; su príncipe.
―Seokjin... ―Su voz es baja, un poco apenada. ―La próxima semana... es tu cumpleaños. ¿Planeas algo para ese día?
―No realmente, debería estudiar para los exámenes antes de las fiestas de fin de año
