Capítulo 31

201 18 0
                                    

Yoongi observa el vaho que escapa de su boca, sus ojos posándose un instante en el pasto cubierto de escarcha. Quizás es demasiado tonto estar en el patio cuando el invierno está a la vuelta de la esquina, pero la tranquilidad que les entrega el exterior es por mucho mejor. En ese tiempo, donde sus compañeros se quedan en el salón resguardándose del frío, era el patio el mejor sitio para pasar el rato.

Ciertamente, curiosas miradas de estudiantes que paseaban por las cercanías se posaban en ellos, pero hace bastante aquello había dejado de importar.

Realmente nunca importó.

Pero piensa en Seokjin, como siempre, en su cuidadosa manera de acercarse a él y lo prudente que era cuando había más personas cerca, porque definitivamente nadie podía enterarse de que alguien como él estaba enamorado del chico problemático de la clase; porque definitivamente nadie debía saber que era homosexual. Así que él también se había limitado, cientos de veces, porque aunque Yoongi no era un chico del todo demostrativo, a veces también le habría gustado tomar su mano sin miedo de que éste la apartara con rapidez si un tercero aparecía.

Así que sentado en una banca al exterior de su instituto en una fría
mañana, agradece tener a Jungkook, quien se encuentra recostado a su lado mientras su cabeza descansa en su regazo. Porque no, Yoongi no es alguien afectuoso, pero admira la forma en que el menor pasa completamente de las miradas desaprobatorias del resto y de los comentarios mal intencionados.

―¿En qué piensas? ―Le pregunta, sus dedos acariciando su castaño cabello. Su amigo suspira suavemente, abriendo los ojos con pesadez.

―Papá llega hoy a casa, debería volver, debería... buscar a mi hermano ―El rubio aparta la mirada un instante, sintiéndose un poco culpable por no decirle que Seokjin llegó a buscarlo aquel día, pero definitivamente no podía arriesgarse a que el chico sospechara que algo había pasado entre los dos. ―Quizás mamá le diga a papá que me he ido de su fiesta de cumpleaños y... no sé ―Musita. ―¿Se sentirá decepcionado de mí? ―Tapa sus ojos con su antebrazo, guardando silencio por un momento antes de añadir: ―¿Realmente importa si alguien más se siente decepcionado de mí? ―Y ríe, de manera tan desolada que Yoongi no puede evitar sentirse turbado.

Incluso si ya habían pasado días desde aquel fatídico sábado, Jungkook seguía desanimado. Al principio él había decidido no decir nada, pues esperaba que el castañito estuviese listo para decirle qué le había sucedido durante aquella fiesta. Sin embargo, el chico aún no hacía comentarios al respecto y eso lo estaba desesperando.

Sí, sabía que ya había pasado, sabía que era tarde para que él pudiese hacer algo, pero de todas formas necesitaba saber qué le habían hecho esos seres deplorables a alguien tan bueno como su mejor amigo.

―No tienes que ir a tu casa si no quieres ―Menciona. ―Puedes quedarte en mi casa, sabes que a mamá no le molesta ―No obstante, Jungkook sigue sin hablar. ―O mejor aún, podrías mudarte conmigo... ―El castaño finalmente aleja su brazo, abriendo sus ojos para mirarle escéptico. ―Hablo en serio ―Agrega, por si no ha sonado demasiado creíble hace un rato.

―Tú... ¿invitas a alguien a vivir contigo en una casa que ni siquiera te pertenece? Ah, ahora entiendo por qué tu madre siempre tiene algo por lo que quejarse contigo, hyung ―Bromea, recibiendo un pellizco como respuesta. ―¡Ah, hyung! ―Se retuerce, soltando por fin una risa cuando se encuentra con la mirada venenosa de Min. ―No pongas esa cara, sabes que estaría encantado de dormir contigo

―Creo haber dicho vivir, yo nunca dije tal cosa como dormir, mocoso

―¡Si me invitas a vivir contigo tienes que hacerte responsable! Este es un gran paso en nuestra relación, ¿no lo entiendes? ―Yoongi frunce el ceño. ―Se suave conmigo, ¿sí? Quiero que nuestra primera vez sea especial ―Pide, pestañeando angélicamente mientras las comisuras de sus labios de elevan.

No Soy SeokjinWhere stories live. Discover now