39. Secreto Compartido

2.3K 351 24
                                    

Narra _____

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narra _____

Sabía que al encender mi teléfono después de dos horas completas de llanto, soledad y desesperación, iba a encontrar más de una llamada perdida y varios mensajes sin leer, pero no esperaba tantos...

106 llamadas perdidas y 88 mensajes. La mayoría de Kagami y Adrien, aunque el nombre del señor Agreste se repite un par de veces, junto al de Nathalie y otros compañeros de escuela que de seguro sólo están curiosos y apurados por enterarse del chisme completo sobre mi discusión con Odile y su nada trágica expulsión del instituto.

Intento no sonreír al recordar que por fin me he librado de ella después de todo ese martirio y me obligo a volver al presente, al mensaje que estoy escribiéndole a mi mejor amiga.

Yo: Estoy bien, no te preocupes. Daré un paseo por la ciudad antes de regresar a casa. No le digas al señor Agreste, tampoco a Adrien. ¡Te amo!

Le doy al enviar y vuelvo a apagar mi teléfono para asegurar que no seré molestada con más y más llamadas curiosas de gente chismosa. Guardo el aparato en el bolsillo trasero de mi pantalón de mezclilla y regreso mi atención a Luka, quien sigue procesando todo lo que acabo de contarle.

―¿Adrien... es el padre?

―Lo es.

Ah, claro. Supongo que debería ponerlos un poco en contexto...

Después de ser besada, ignorada y abandonada por Chat Noir y despedirme de Ladybug con una sonrisa más falsa que la seguridad de muchos países latinoamericanos, mis hormonas no soportaron más.

Sí. Lloré, lloré muchísimo, más de una hora. Lamenté cada aspecto jodido de mi vida actual, desde las cosas más importantes relacionadas a mi embarazo y el futuro incierto de mi relación con la familia Agreste, hasta por lo ajustado que me queda mi pantalón de mezclilla favorito ahora.

Más tarde, cansada de tanto llorar y deshidratarme, se me antojó un helado granizado, de ésos que sólo se encuentran en el puesto de André. Spoiler: Lloré diez minutos más de pura rabia cuando no lo encontré por ningún lado.

Y ahí estaba yo, cansada, con los ojos hinchados, piernas entumecidas, sintiéndome gorda, triste y sola, y justo cuando creí que jamás encontraría la dicha de la alegría verdadera en mi desgraciada vida, él apareció; con su mirada tierna, sonrisa amable, guitarra en mano, y un delicioso helado granizado de André.

Juro que oí el canto de los ángeles acompañando su dulce voz.

Así, mientras disfrutaba de la crema y lloraba de felicidad ―juro que nunca antes había llorado tanto en un sólo día―, Luka hizo una pregunta simple, de todos los días, la misma que ya antes había contestado un sin fin de veces sin pensar.

¿Estás bien?

Después de eso todo salió de mi boca sin pensar. Las clases de esgrima. El viaje a Italia. Aquél lejano quince de febrero. El alcohol. El embarazo. Chat Noir. La mansión. Noreen. El bebé.

El Secreto Que Compartimos (Chat Noir/Adrien y tú)Where stories live. Discover now