40. Sin Tregua

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Narra _____

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Narra _____

Por más molesta e indignada que me siento al terminar la llamada, y lo poco que me apetece la idea de "obedecer" las toscas órdenes de Adrien, Luka insiste en que debería comprender la frustrada preocupación que el rubio debe de sentir a causa de mi larga desaparición de cinco horas y aceptar hablar con él como una adulta emocionalmente madura.

No me emociona saber que nuestro recorrido por el parque de diversiones ha llegado a su final justo cuando habíamos planeado subirnos a la rueda de la fortuna, pero Luka se niega a aceptar un no por respuesta y con gentileza nos guía hacia la salida, donde un montón de vehículos entran y salen del gran estacionamiento de tierra típico en parques y circos móviles.

El clima de febrero nunca me ha molestado. Prefiero mil veces la humedad fresca del otoño y las blancas nevadas del invierno antes que el polen de primavera y el sudor del verano. Sin embargo, cuando estás usando apenas una jodida camisa de algodón blanca y un blazer escolar de mala calidad mientras las oscuras nubes de tormenta se amontonan sobre tu cabeza y el viento helado se cuela a través de la fina tela de tu pantalón de mezclilla, el clima frío de febrero se vuelve un enemigo común.

Apenas siento la punta de mi nariz. Mis dientes castañean, y tanto los dedos de mis manos como los dedos de mis pies están entumecidos. Y ya ni hablar de la dolorosa tensión en mis hombros y espalda cada vez que me muevo. En resumen, estoy temblando de frío.

La suave risa de Luka llama mi atención y levanto la cabeza para mirarlo y descubrir qué es tan gracioso. Descubro que se ha quitado la chaqueta de cuero negra que llevaba encima y no me pregunta antes de colocarla sobre mis endurecidos hombros con una sonrisa ladina y dulce que me hace fruncir el ceño.

―Estoy más abrigado que tú ―dice él sin siquiera darme chance a quejarme, casi adivinando lo que estaba a punto de decir.

Entecierro los ojos en su dirección y lo observo de arriba a abajo con una mueca desafiante, analizando su vestimenta.

Además de la chaqueta de cuero que acaba de darme, lleva una sudadera de invierno con capucha color azul marino, una camiseta de lana negra con cuello alto y unos pantalones tipo militar que combinan bien con las botas.

―Aún así…

―Y debajo de esto tengo una camiseta interior térmica. Relájate ya, _____ ―indica con diversión y  lleva con ternura un mechón suelto de mi cabello hacia atrás de mi oreja.

Acepto mi derrota como la buena chica que se muere de frío que soy, y me permito encogerme dentro de la cálida y cómoda chaqueta ajena mientras disfruto del pequeño sentimiento de paz que me provoca la presencia de Luka. Una paz que se ve horriblemente interrumpida por un ruidoso y repentino claxon que me hace saltar en mi lugar y aferrarme a la vida que se me escapa por la boca.

―Oh, maldita sea… ―me quejo. Llevo mis manos al pecho e intento calmar los latidos desenfrenados de mi pobre y cansado corazón.

Hoy ha sido un día difícil de trabajo para ti, ¿no es así, amigo mío?

El Secreto Que Compartimos (Chat Noir/Adrien y tú)Where stories live. Discover now