NUEVE

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Iván

Tatiana me esquiva cuando intento agarrarla para llevarla a su habitación. Esta niña se esmera en hacerme perder la paciencia, demasiado parecida a su madre. Ojalá fuera tan tranquila como Levka, pero no, tenía que parecerse a ella, a mi mujer. Doy un golpe con la palma de mi mano en el sofá, lo que le parece graciosísimo porque se ríe. Rodeo el sofá y la mesa de café, ella hace lo mismo para que no la atrape.

-Tatiana- gruño- Deja de jugar.

Niega con la cabeza a la vez que se arregla el pelo. Lev aparece por detrás de ella y la levanta en sus brazos.

-¡Papi!- chilla enfadada.

-Sujétala, joder- gruño mientras salto por encima del sofá.

Tatiana se remueve en los brazos de su padre intentando huir otra vez. Lev pone una mano en mi pecho, que sube y baja rápido por mi enfado.

-¿Qué ha hecho ahora?- me pregunta.

Tatiana rodea el cuello de Lev con sus brazos y oculta su cara de mí.

-Ha roto una cortina, decía que necesitaba la tela para sus diseños- le explico a Lev.

-Tatiana. ¿De verdad has hecho algo así?- le pregunta.

-Necesitaba la tela, papi. De verdad que la necesitaba, mis muñecas no tienen ropa.

Pongo los ojos en blanco.

-Tu tía Venus te regaló ayer un montón de ropa para tus muñecas- me quejo- Rompiste el maquillaje de tu madre hace unos días.

Los ojos de mi hija se posan en mí, tiene el ceño fruncido, al parecer he dicho algo que la ha ofendido mucho.

-Es ropa anticuada, papá- protesta- No pueden repetir outfit.

Levanto una ceja mirando a Lev. ¿De dónde coño ha aprendido esa expresión? Tatiana sólo habla ruso e italiano, aún no estaba aprendiendo inglés.

-Tatiana- la llama Lev- No puedes romper las cosas porque creas que tus muñecas la necesitan. ¿De acuerdo?

-Pero, papi...

-Tatiana, no- la interrumpe- ¿Qué vas a decirle a tu tía y a tu madre cuando vean la cortina rota?

-¡El tío Ares me dejó hacerlo!- chilla enfadada.

-Lo voy a matar- gruño.

Estaba presente y no la detuvo, todo lo contrario, dejó que rajara las cortinas e hiciera vestidos para sus muñecas. Apunto a mi hija con el dedo índice.

-Una semana sin muñecas, Tatiana.

Sus ojos se abren con horror. Lev me mira con suplica, niego con la cabeza. Esta vez nuestra hija se ha pasado.

-Mi amor, es una niña- me dice.

-Levka- advierto.

-Tatiana, ve a tu habitación y recoge tus muñecas- le ordena dejándola en el suelo.

Nuestra hija sale corriendo, escucho su sollozo, me rompe el corazón en dos.

-Quizás deberíamos empezar a comprarle telas y kits de costuras, así no rompería las cortinas- aconseja Lev.

Suelto un suspiro.

-Tienes razón, pero sigue castigada.

Lev acuna mi cara entre sus manos, me da un beso en los labios.

-Si le perdonas el castigo dejaré que esta noche me hagas lo que quieras- susurra en mi boca.

-Eso no es justo- me quejo- Siempre sales en su defensa, Lev.

Antología [Volumen 1]Where stories live. Discover now