VEINTITRÉS

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Rory

Me dejo caer al lado de Elijah en el sofá, pasa su brazo por encima de mis hombros.

-¿Nessa?- me pregunta.

Asiento con la cabeza, aunque no es sólo ella quien tiene mi mente ocupada, Enya parecía estar bien cuando se despertó esta mañana entre su padre y yo. Hablamos un rato entre los tres antes de levantarnos y prepararnos para el día. Eamon se la llevó temprano al almacén, a esta hora ya debe haberla llevado al colegio.

-Cillian me ha hablado sobre el comportamiento que Ness está teniendo últimamente- me comenta Elijah.

Suelto un suspiro.

-Deja que nos ocupemos de ella, Ro.

-¿Estás seguro? Es muy testaruda.

Elijah se ríe.

-Fiel a sus genes Kavanagh- se burla.

Niego con la cabeza. Definitivamente no necesitamos una prueba de ADN para comprobar si es o no una Kavanagh y mucho menos para saber que es mi hija. Me froto la frente con los dedos de la mano, sabía que ser madre no iba a ser fácil, pero jamás imaginé que sería tan complicado. A veces me siento frustrada, no sólo debo ocuparme de mi propia mente, también de la de Enya. Quiero protegerla y ayudarla, quiero que tenga la vida que merece. Gracias a Dios tengo a Liam para facilitarme el trabajo con ella. Y, bueno, también a mi familia para ayudarme con todos los demás. Temo el día que Ronan y Kiana crezcan y se conviertan en adolescentes, sólo espero que no sean como Nessa o terminaré matando a todo el mundo.

He venido a casa de esa niña que se burló de Enya ayer, mi primo me ha acompañado. Mi padre me envió hace un rato un mensaje con toda la información de esta familia, son los típicos que creen que tienen derecho a hacer y decir cualquier cosa y salir indemnes. No con mi hija, no voy a permitir que nadie la acose porque sea diferente.

Salgo del coche, seguida por Cillian. Llamo al interfono de la casa.

-¿Puedo ayudarla?- contestan al otro lado.

-Me gustaría hablar con los señores O'Donnell- contesto- Me llamo Rory Kavanagh.

La puerta suena, la empujo con suavidad y entro. Niego con la cabeza, tanta ostentación en este lugar para mostrar que son ricos. Una empleada nos abre la puerta de la casa con una sonrisa.

-Bienvenida señora Kavanagh, el señor y la señora la esperan en el salón- me saluda.

Miro a mi primo por encima de mi hombro, le hago un gesto con la cabeza para que actúe. Agarra a la empleada por el cuello, los ojos de ella se abren como platos.

-Grita y te mato- la amenaza mi primo.

-¿Por dónde se va al salón?- le pregunto.

Ella me señala a la izquierda. Saco mi arma de mi espalda y la pongo delante de mí mientras me acerco a la estancia que la empleada me ha indicado. Dos figuras aparecen ante mi vista, se quedan petrificados cuando se percatan de mi entrada en el salón.

-¿Qué está pasando?- pregunta el hombre.

Intenta ocultar su nerviosismo, pero es un poco inútil dado que sus dedos no dejan de temblar mientras tiene las manos arriba.

-Sentaos- les ordeno.

Noto a mi primo ponerse a mi lado.

-No hay ni un solo guardia de seguridad, como nos dijo la tía Cara- me susurra.

Guardo mi arma, Cici sigue apuntándoles.

-Vuestra hija ha estado acosando a la mía- les informo a la vez que me acerco, tomo al hombre por la mandíbula- ¿Algo que decir?

Antología [Volumen 1]Onde histórias criam vida. Descubra agora