CATORCE

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Lena

-¡Shaaaa!- grita Serena.

Hemos venido a ver a mi hijo a entrenar, Serena estaba insoportable en la casa y tenía que sacarla de allí. Odia estar sin Misha, tiene un apego muy fuerte con él, algunas noches tenemos que dejarla dormir con él porque sino no duerme y se queda chillando histérica. A Misha no parece importarle, adora a sus dos hermanas y estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por ellas. Aunque entendemos que él ya tiene casi doce años y estar con una niña de un año pegada a él tampoco es el sueño de todo adolescente.

-¡Shaaaa!- grita otra vez.

Mi hijo la mira y la saluda desde el ring, por lo que Serena aplaude emocionada. Intenta caminar hacia él, pero Levka se lo impide tomándola en sus brazos. Serena empieza a retorcerse en sus brazos y chillar.

-Ni puedes ir con tu hermano- le dice Lev.

-¡Shaaaa!- llora.

Mi hijo se baja del ring, se acerca a su padre y toma a Serena en sus brazos. Mi hija recuesta la cabeza en el hombro de Misha. Niego con la cabeza mientras suspiro, es imposible alejarla de él.

-Ya está, Serena, no llores más- le dice.

Mi niña hace un puchero con el labio inferior. Misha le da un beso en su regordeta mejilla.

-Tengo que volver al ring, Serena. Quédate con mamá y papá.

-¡No!- chilla mi hija.

Levka se la quita de encima, Serena chilla y llora mientras ve a su hermano alejarse de nosotros. La tomo en mis brazos y me la llevo al despacho que algunas veces utilizan Ares e Iván para hacer llamadas cuando están por el gimnasio. Iván levanta la vista de los documentos que está leyendo, quería venir con nosotros al gimnasio, pero tenía trabajo que hacer. Me siento en una de las sillas detrás del escritorio.

-Serena- dice con severidad.

Nuestra hija se calma de momento. Suelto un suspiro, nunca había amado tanto el silencio.

-Misha ha tenido que bajar del ring para verla unos segundos- murmuro.

Iván se levanta de su silla, rodea el escritorio y se acerca a mí para coger a Serena de mis brazos. La aprieta contra su pecho con suavidad.

-Estás demasiado apegada a tu hermano, amore mio.

Mi boca se curva por un lado, es tan tierno ver a mis esposos con nuestros hijos.

-Venus ha llamado- me informa.

-Oh.

-Está todo preparado para nuestra boda.

Una corriente eléctrica recorre mi columna vertebral. Levka e Iván me pidieron matrimonio cuando Serena nació, no necesitábamos hacer todo esto. Ellos son mis esposos sin necesidad de un papel que digan que lo son, pero querían, los dos querían. Vieron a uno de los enfermeros que me atendió en el parto, según ellos, coquetear conmigo. Como no había ningún anillo en mi dedo para que lo viera, decían que eso le daba la libertad de "ponerse lascivo" conmigo.

Nuestra boda será en dos meses, todavía queda algo de tiempo, mi vestido no está listo y, definitivamente, el de Tatiana tampoco. Mi niña se emocionó mucho cuando le contamos que sus dos padres y yo nos íbamos a casar. Ya estaba pensando en la ropa que todos llevaríamos. Tiene una gran imaginación y un gusto exquisito, debo admitirlo. Los hombres de nuestra familia van a llevar los trajes que ella ha elegido, son de un diseñador poco conocido, Tatiana se enamoró de esos trajes en cuanto los vio. Tampoco puedo negarme, realmente son bonitos. Los trajes de Levka e Iván son de un celeste hermoso, yo llevaré algo celeste también, mi hija aún no me ha desvelado que será y estoy emocionada por ello, confío en Tatiana. El de Ares, Misha y Hades es de color azul marino, también preciosos. Y son esmóquines, por supuesto, mi hija nos obligó, la boda debía ser elegante. Desde que su tío Ares la matriculó en la escuela de diseño de Milán quiere imponer su voluntad en la vestimenta de todos. Ares es el único que le permite hacerlo. Aunque ha acertado en todo lo que ha elegido para él.

Antología [Volumen 1]Where stories live. Discover now