DOCE

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Iván

"Es hora de hacer caer al rey"

No dejo de pensar en el mensaje que le enviaron a Ares. Hemos tratado de averiguar quién lo envía, pero no hemos tenido ningún éxito. Lo único que sabemos es que la persona que ha atacado las ciudades cercanas a la frontera con Francia está relacionada con ese mensaje. Turín, Génova, San Remo... Todas ellas han sufrido algún tipo de ataque. Primero fue Turín, Mancuso está a cargo de esa ciudad, nuestro almacén de allí fue atacado, perdimos una gran cantidad de droga. Luego fue San Remo, por suerte, allí sólo escondíamos una cantidad pequeña de heroína. No perdimos mucho, aun así, perdimos. Génova fue la peor parada, el barco que transportaba las armas y la droga explotó. Pudimos contener a la guardia portuaria y controlamos las noticias. En todos los periódicos y noticieros se decía que el barco transportaba coches de lujo y había sufrido un sobrecalentamiento en el motor y había salido ardiendo y, posteriormente, explotando. De eso ya hace cuatro meses, no hemos vuelto a sufrir ningún atentado.

Me levanto de la cama, soy incapaz de dormir esta noche, demasiadas preocupaciones en mi cabeza. Mis chicos duermen plácidamente abrazados, Levka con una mano en el vientre de Lena. Me inclino un poco hacia adelante para darle un beso en la barriga a mi mujer. En una horas celebraremos la fiesta de revelación del sexo del bebé. Venus y ella se han esmerado en la organización, no falta ni un solo detalle. Han invitado a tanta gente que hemos tenido que contratar a personal extra para ese día. Es la primera vez que hacemos una fiesta así, pero a Venus se le ocurrió la idea porque lo había visto en algún vídeo. Y, por supuesto, a mi mujer le pareció maravilloso todo.

Escucho unos pequeños pasos corriendo por el pasillo, el sonido cesa cuando cierro la puerta de mi habitación. Mi boca se curva por un lado, camino por el pasillo, los pasos vuelven a oírse. Me está siguiendo.

-Tatiana, puedo oír tus pensamientos.

-Jo, papá- protesta.

La miro por encima de mi hombro, tiene el pelo revuelto y su fiel muñeca bajo su brazo.

Me detengo y la tomo en mis brazos.

-Son las siete de la mañana. ¿Por qué estás despierta?

-No podía dormir.

-¿Y eso por qué?

Se encoge de hombros.

-No sé qué debo ponerme para la fiesta del bebé- confiesa.

-Cualquier cosa que te pongas servirá, amore mio. Eres preciosa y todo te queda bien.

Mi corazón da un vuelco al ver su sonrisa. No sé si voy a tener un niño o una niña, espero que lo segundo, a Tatiana le encantaría crear ropa para su hermana.

Me siento en el sofá con Tatiana en mis brazos, se acurruca en mi pecho. Se queda dormida murmurando algo sobre su ropa. Veo a Lev salir del pasillo, tiene cara de dormido y sólo lleva un pantalón de chándal. Lo miro de arriba a abajo, tantos años y me sigue atrayendo como el primer día.

-¿Hoy nadie duerme?- le pregunto.

Suelta un suave bufido mientras se deja caer en el sofá a mi lado.

-¿Por qué tienes el móvil de nuestra mujer?

-Esa zorra histérica la estaba llamando, me ha despertado- responde.

-¿La novia a la que Ares amenazó educadamente?

Lev se ríe.

-Sí, esa misma- suspira- La he bloqueado.

Asiento con la cabeza. Desde que Venus y Lena la dejaron plantada no ha hecho otra cosa más que bombardear sus teléfonos. Mi mujer es incapaz de bloquearla, me alegra que Lev lo haya hecho.

Antología [Volumen 1]Where stories live. Discover now