¿Quién es?

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Waller va saliendo de casa para ir a recoger a su hijo de la escuela. Podría enseñarle a su hijo a tomar los autobuses de la escuela, el chofer tiene una tablet adherida al bus que lleva registrado la dirección de cada niño haciendo un mapa de destino en el que ordena las casas de los estudiantes desde el más cercano hasta el más lejano, dicho vehículo sin ruedas avanzando con levitación magnética sobre la carretera, cuando llega a su destino le envía una notificación a los celulares de los padres, haría esto si su hijo no estuviera enfermo le da pavor la idea de que sufra sus síntomas y no estar para controlarlo, la secretaría se lo había propuesto al ver que siempre va a alguien a recogerlo, algunos compañeros se burlan de que no puede andar por su cuenta diciéndole que podría acompañarlo dentro del bus por si acaso, él le dijo que no hay problema de todas formas tiene que encargarse de cocinarle siempre que llegan: podría guardarle la comida echa, pero no quiere dejarlo solo por eso se lleva el trabajo a la casa y Bull se encarga de ir a la oficina y supervisar. También a pensado en contractar una enfermera que lo cuide, así lo acompaña por él, de igual forma se preocupa porque no quiere que sienta su falta de eso mismo habla con la psicóloga de que debe hacerlo sentir acompañado, que tiene posibilidad de sanarse para que no caiga más profundo.

—Waller —lo llaman a sus espaldas.

—¡Tom! —da la vuelta rápido sacando su pistola para apuntar a su cabeza.

Waller alza sus cejas sorprendido al ver que no se trata de él.

—No. Yo soy Malaquías —asegura con sus manos alzadas.

Waller observa de soslayo notando que la gente los ve asustados. Cómo no, está apuntando con su arma a un joven en la frente, cierra los ojos relajando su postura; ya estaba preparado para salir corriendo si era necesario, aunque no estaba seguro de que fuera él. Había pensado que podría ser el intruso que se infiltro en su casa hace unas dos noches. Estuvo esperando para ver si regresaba y poder hacerle unas cuántas preguntas, pero no se atrevía a salir o a buscarlo por  miedo a las respuestas. Mueve su pulgar sobre la corredera de la pistola para activar el seguro. Una tenue luz roja se enciende asegurando que el arma está en modo neutro. La pistola, solo responde a su huella táctil por lo que no sería manipulable fácilmente por otros. Coloca la pistola de vuelta detrás de su espalda baja, dentro de su pantalón.

—Tú ¿Qué haces aquí? ¿Me andas acechando? 

El muchacho baja lento sus brazos, mira a su alrededor para hablar.

—No. ¿Puedo preguntar por qué me llamo "Tom"?

El hombre suspira para acercarse a él.

—Un hombre de nombre Tomas Cruz creo que se infiltro hace unas noches en mi casa por la madrugada. He estado atento por si se atreve a aparecer nuevamente. Ahora, dime ¿Qué te trae por aquí nuevamente? ¿Piensas continuar con lo mismo?

—No, bueno sí. Quería contarte algo, pero, ese hombre que dices "Tomas Cruz" ¿Estás seguro que ese es su nombre completo? —el joven se ve nervioso, mira a Waller con mucha atención.

"¿Está drogado?" Es lo que se pregunta Waller, a visto en muchas ocasiones de su vida como detective a personas drogada por lo que sabe cuándo tiene a uno enfrente suyo.

—¿Te encuentras bien? —coloca una mano en su hombro.

El chico se mueve alejándose de su tacto. Esta tan húmedo que se podría creer que recién se ducho, hiperventila comenzando a respirar con irregularidad y está seguro de que también su corazón tiene que está latiendo con rapidez: está en un estado de ansiedad el chico justo en ese momento.

—Sí, solo respóndeme por favor —suplica siendo atrapado por temblores.

Ahora entiende. Waller, se percata que el chico es un adicto. Está ansioso porque su cuerpo le ruega que le suministre más droga. Lo que a él le sorprende es que el chico se contiene rogando continúar con la conversación.

Un CriminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora