CAPÍTULO 14

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*LAUREN POV*

Desperté en la mañana siguiente. Camila estaba dormida, sentí ruidos en la plata de abajo. No sabía si hacerlo, pero con cuidado de que la pequeña a mi lado no despierte, me vestí, salí de su cuarto y bajé a la cocina. Sinu estaba sentada en la barra desayunador mirando en un punto fijo, hasta que se encontró conmigo.

-Hola, Lauren. Buen día. –podía jurar que no había dormido nada en la noche anterior. Me acerqué a ella y la abracé, se que lo necesitaba. –Gracias por quedarte.

-No hay problema. Estaré si me necesitan. ¿Te encuentras bien?

-La verdad no, pero supongo que debo seguir adelante, por mi, por Camila. No puedo sentarme en el sillón a llorar por siempre. –asentí.

-Eso esta bien. Yo puedo estar con Camila hoy, si quieres, para que tengas tu espacio.

-Gracias. Ella esta enojada, lo entiendo.

-Hablaré con ella. Cualquier cosa que necesites puedes llamarme. –asintió con una sonrisa triste.

-Gracias, Lauren. Camila ya va a despertar. ¿Quieres estar con ella ahora? Yo debo salir un momento.

-Claro, no te preocupes por eso.

Cuando estuve en el cuarto de Camila otra vez, me di cuenta que se había girado, me arrodillé al lado de la cama y me quedé viéndola.

Se veía tan cansada, sus ojos estaban hinchados y rojos por fuera.

Cuando la noche anterior el número de Camila apareció en mi pantalla, me asusté, era tarde, y me preocupé más cuando fue Sinu la que habló y me contó todo lo que pasó, incluso lo de Alejandro.
No dudé ni un segundo en ir al hospital y ver a Camila.

La morena comenzó a moverse un poco anunciando que iba a despertar. Sonreí cuando abrió sus ojos y me vio medio adormilada.

-¿Qué haces ahí abajo? –preguntó con voz ronca.

-Estaba viéndote y buen día. –besé su mejilla.

-No son buenos días. –se movió hacia atrás dejándome espacio en la cama. Me acosté a su lado y la abracé contra mi cuerpo. Su cabeza se apoyó en mi pecho mientras se abrazaba a mi estómago.

-Lo serán, Camz.  Yo me quedaré contigo. –Levantó su mirada a mi rostro.

-¿No te importa? –susurró.

-No, bebé. –acaricié su mejilla con mi pulgar y suspiró. –¿Quieres desayunar? Podemos hacer algo.

-¿Sabes cocinar? –frunció el ceño.

-Digamos que si. –se rió en voz baja.

Ayudé a que se vistiera, ya que no podía con su mano vendada.
Ella se avergonzaba de su cuerpo, al principio se ponía nerviosa y intentaba cubrirse. Pero le hacia entender que no tenia de qué avergonzarse, ella tenía un cuerpo perfecto.
No es que la haya mirado descaradamente, pero ella realmente tenía un cuerpo que envidiar.
Cuando acabé de ponerle la remera la miré y estaba sonrojada. Suspiré.

-En serio no tienes que avergonzarte de nada. Eres hermosa, Camz. –bajó su mirada al piso. Allí estaba esa niña adorable. No se que tenía esa parte de ella que me hacia sentir vulnerable, quería abrazarla, besarla, cuidarla de todo. Era muy diferente a la chica que hacia dos días atrás había logrado encenderme por completo, pero no quería que su primera vez pasara porque si, ni siquiera sabía si ella quería eso, quizás había sido cosa mía.
Levanté su barbilla con mi dedo haciendo que me mirara y le costó, pero me miró. – Me gustas. –le dije y si creía que estaba ruborizada ahora lo estaba más. Con el beanie que tenía en su cabello se cubrió el rostro. Solté una risita y le quité el gorro para verla. –Eres tan hermosa.

When life hits you {Camren}Where stories live. Discover now