CAPÍTULO 44

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-Ven a casa. -Dijo la morena poniéndole el chupete en la boca a Mike. -Por favor. -La oji verde asintió quitando algunos cabellos del rostro de Camila.



Lauren tenía en brazos a Mike mientras le besaba su nariz una y otra vez haciendo que el pequeño cerrara los ojos con cada toque cariñoso que le daba su madre. Esperaba a Camila que estaba hablando con sus padres y Normani que esperaban noticias de Mike. La morena les estaba diciendo que todo estaba bien y que iría a casa con Lauren. Obviamente, sus padres estaban en desacuerdo, pero a Camila no le importaba si ellos estaban de acuerdo, ella ya era mayor y sabía lo que hacía y decidía con su familia. Prometió llamarlos luego.



-Cuídalo. - Le susurró Normani a Lauren que simplemente asintió. Los padres de Camila se fueron sin saludar a Lauren y dejando a Camila un poco estresada con todo eso.



-¿Ya? -Murmuró Lauren y Camila asintió.



-Si, vamos. -Lauren se acomodó el bolso de Mike en el hombro mientras que en el otro brazo cargaba al pequeño, cuando aseguró el bolso tomó la mano de Camila que sonrió y luego suspiró. Se sentía feliz de tener a su amor con ella.




Me muero si te pasa algo. Te prometo que voy a cuidarte mucho. No voy a irme más. Nunca más, bebé. -Lauren tenía a Mike entre sus brazos envuelto en mantas para que no tuviera ni un poco de frío. Desde que llegaron aquella mañana del hospital Lauren no se había alejado no un segundo de Mike. Tampoco de Camila, ni Camila de ella. La morena no quería dejar a Lauren sola ni un segundo y por nada en especial, sólo quería estar con su chica. -Lo siento por no ser lo suficientemente buena a veces. -Besó la mejilla de Mike muchas veces ganándose una sonrisa del niño. -Te amo. Y ahora... Ve a dormir que ya es tarde. -el pequeño volvió a sonreír llenando el corazón de Lauren. Lo dejó en la cuna asegurándose de que se mantendría en calor y lo miró por algunos minutos hasta que el pequeño se durmió.



Se sentía tranquila, se sentía en paz y había un solo motivo: Estaba en casa.



Aquellos días que no estuvo con su familia los había pasado con Lucy. Esa la noche fue hacia la casa del padre de su amiga donde la encontró. Le contó todo lo que había pasado, incluso lo de Verónica. Lauren no sentía que era la culpa de la Latina, claro que no, fue ella quien aceptó el trago y la pastilla, ¿no? Si había una culpable de todo era ella.

Lucy le insistió en que volviera a su casa, que respondiera los mensajes y las llamadas, pero la oji verde necesitaba pensar, necesitaba estar tranquila para volver, y los extrañó, los extrañó demasiado, cada noche lloró por ellos, porque no se acostaba ni se despertaba al lado de Camila o de Mike, pero era lo mejor para ellos sobre todo, o eso pensaba.

El extrañarlos le hizo bien. Porque ahora no quería pasar ni un segundo lejos de ellos. Hasta había decidido dejar la empresa por unos días para pasar tiempo con sus dos personas favoritas, aunque sentía que nunca nada les iba a devolver esos tres días horribles que pasaron.



Entró a su habitación y escuchó el agua de la ducha ser apagada. Entró al baño y Camila estaba envuelta en una toalla, no se había mojado el cabello y lo tenía recogido algo despeinado, se quedó quieta al ver a Lauren y se rió luego de algunos segundos en los que ninguna dijo nada.



-Eres idiota. -Dijo riéndose. Lauren se mordió el labio acercándose a Camila. -Aún tengo que secarme... -Le dijo mientras su esposa la abrazaba por la cintura quitándole la toalla que la envolvía. -Estoy mojada y vas a mojarte también...

When life hits you {Camren}Where stories live. Discover now