CAPÍTULO 24

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Una cena tranquila, era todo lo que necesitaban, tranquilidad, solo les bastaba con estar cerca de la otra, pero no podían desaprovechar la ocasión.
La noche estaba un poco fresca como de costumbre, sin contar el cielo nublado y la poca gente en la calle.
Disfrutaba de ver sus labios moverse al hablar, disfrutaba de cada palabra que salía de su boca, de cada gesto, de como sus cejas se elevaban al hacer alguna expresión, de como le prestaba atención a cada palabra que ella decía.
La había necesitado tanto, la había extrañado cada maldito día. No es obsesión está claro, es amor.
Porque cuando amas de verdad, por más que cometas algún error sigues amando de la misma manera, por eso un error. No quisiste, pero de alguna manera lastimaste a esa persona. Y cuando te arrepientes realmente haces todo lo posible para ser perdonado, para que esa persona no se aleje de ti y se de cuenta de que estas completamente arrepentido de tal acto. Pero Camila no tuvo tiempo, Lauren no se lo permitió. Según ella se lo merecía.
Pero ahora que había ido al norte de Boston por una razón no iba a desaprovechar, no al ver como Lauren estaba, discretamente, tan entregada a esa cena. Se conocían demasiado como para no saber que amabas se había extrañado mucho, que las dos se necesitaban y querían escucharse y ser escuchadas.

-¿Entonces estas viviendo aquí? –Quiso saber la morena.

-Estoy viviendo con Lucy y Vero. –Camila asintió. Ahora sabía que Lucy había sido gran ayuda para Lauren a la hora de irse. –¿Y tu? ¿Vives con tus padres? –Sinu y Alejandro habían vuelto a estar juntos hace un año y también se habían mudado a esa parte de la ciudad por negocios. Que casualidad ¿no?

-No. Tengo mi propio departamento. –Lauren sonrió. –¿Qué?

-Nada. Estas… Eres tan madura ahora. –Camila se encogió de hombros.

-Tu también, estas diferente… -Ambas cruzaron una mirada y una pequeña sonrisa. Camila suspiró y dejó su servilleta sobre la mesa. –Lo siento, Lauren. Yo… yo fui a esa reunión por un solo motivo porque tenía la esperanza de que esos Jauregui sean ustedes, y lo eran. Y quería… yo quiero explicarte, tu no me diste tiempo y se que fui una idiota, se que hice mal las cosas, que tu confiabas en mi y yo lo arruiné. Yo… yo sólo le dije, pero confiaba en el, pensé que era mi amigo, no te escuché y… Tenías razón y te lastimé, era lo último que quería hacer…

-Camila…

-Te busqué, te juro que nunca dejé de  hacerlo, siempre te esperé, sabía que iba a encontrarte. Me hiciste tanta falta, y tienes todo el derecho el no sentir lo mismo, me lo merezco, pero… Pero si tengo que enamorarte de nuevo lo haré, yo no quiero dejarte ir otra vez, no puedo perder otra a vez a la persona más importante que tengo en la vida. Tu lo sabes… Fuiste la primera en muchas cosas y siento que no puedo alejarme otra vez de ti. Te necesito y no digo esto para que me perdones y vuelvas a mi, porque se que no lo harás, pero tienes razón, yo debía escucharte, yo debí detenerte aquel día y no lo hice. Lo siento, lo siento mucho.

Se sentía ahogada con su propio aire, no podía verla a la cara, probablemente Lauren estaría furiosa por haberle traído al pasado en ese momento, pero haber arruinado la cena y su propia relación. Quizás había sido una idiota y debió darle tiempo o esperar más para saber  que sentía Lauren, porque habló sin saber que era lo que la oji verde pensaba de ella luego de dos años sin saber absolutamente nada de Camila. El pecho se le cerraba. Le aterraba la idea de ser rechazada por el amor de su vida. Tenía… quería escapar. Y lo hizo.

-Lo siento. –fue lo que dijo antes de salir del bar.

Se sentía una idiota. Era una idiota. ¿Cómo demonios se le ocurrió salir del lugar? ¿Acaso podría hacer peor las cosas? Ahora… ahora seguro Lauren la odiaba, le había fallado, la perdió, la encontró y escapó. Lauren no tenía razón, ella no era alguien maduro. Seguía siendo la misma estúpida.
Se respiración era irregular. Ni siquiera se había dado cuenta de que había caminado hasta llegar a un parque. Necesitaba sentarse un momento, pero el banco más cerca estaba a unos metros, se sentía débil, ni siquiera tenía fuerzas para dar otro paso más. Se sentó sobre el césped, puso sus rodillas contra su pecho y se abrazó a estas. ¿Por qué no podía haber sigo mas valiente y haberse quedado allí a enfrentar a Lauren?

When life hits you {Camren}Where stories live. Discover now