Saviour [m-preg]

5

Habían pasado tres días desde el cumpleaños de Derek. El moreno iba a su empresa, se dedicaba a realizar su trabajo -tremendamente asqueado, todo ha de decirlo-, comía con Scott, seguía trabajando y llegaba a casa muerto de cansancio, pero entusiasmado por ver cómo avanzaba Stiles.

Poco a poco el chico mostraba curiosidad, aunque aún contenida, por cosas corrientes. Y tenía un poco de iniciativa a la hora de pedir ir a realizar sus cosas al baño. Aún apenas era extrovertido con él, pero se notaba que se había acostumbrado a Derek.

Llegó el fin de semana, y los dos días de descanso por delante se le planteaban tranquilos, quizás saldría a tomar una copa con Jackson, o leería tranquilo en su habitación. Gozaba de poco tiempo libre, pero del que disfrutaba procuraba aprovecharlo al máximo. Al llegar aquel viernes a casa, abrió la puerta de su habitación y vio cómo Ava, con su copia de la llave de su cuarto -llave que no compartía con nadie de su familia, por suerte-, había entrado y limpiado la jaula de Stiles. Aun así, el castaño estaba extremadamente sucio, y se le notaba incómodo.

Dejó sus cosas sobre la cama y fue a su cuarto de baño, donde había una bañera de hidromasaje junto a la ducha. Suspiró pensando unos segundos qué hacer: quizás Stiles era lo suficientemente independiente como para saber lavarse solo, pero también podía ser que nunca hubiera gozado de algo como aquello.

Puso la bañera a llenar mientras que iba a hablar con el omega, que lo miraba curioso. Al menos su mirada muerta había desaparecido, y un poco de brillo había vuelto a sus ojos. Apoyó la mano en lo alto de la jaula y se agachó a mirarlo con media sonrisa.

—¿Sabes lavarte? —preguntó Derek, ganándose una mirada confusa de Stiles. "Me lo temía" pensó—. Bueno, pues ahora te voy a sacar de la jaula para lavarte, ¿vale? Sólo si quieres.

Lentamente, el castaño asintió dudoso pero firmemente por la sonrisa que le dedicaba el alfa. Éste fue a cerrar el grifo cuando el nivel del agua era el suficiente para que Stiles se metiera, y se quitó la camisa y los vaqueros para ponerse una camiseta de mangas cortas y unos pantalones de estar por casa, y así no mancharse de posibles salpicaduras.

Cogió el manojo de llaves y se dirigió a la puerta de la jaula, abriendo el cerrojo y apartando la puerta de barrotes para que Stiles saliera. El castaño se incorporó y salió de ésta, poniéndose de pie. Tenía mucho mejor color que cuando lo trajo a casa, y le indicó con la mano que fuera al baño.

Se quedó quieto en medio del cuarto, sin saber muy bien qué hacer, y mirando el agua con desconfianza. Derek lo miró unos segundos para luego carraspear para que se girara y quedara frente a él. Stiles observó el debate interno del moreno pacientemente.

—Tienes que desvestirte —dijo finalmente. El omega acarició la camisa de Derek que seguía llevando puesta y la agarró, negando con la cabeza varias veces, reacio a devolverla—. La camisa ya es tuya —susurró con voz suave—, pero tengo que lavarla, si no se estropeará y se romperá... —Cogió la que se acababa de quitar—. Te dejaré ésta mientras, ¿vale? Pero ahora te tienes que quitar la ropa para lavarte.

Stiles tragó saliva pesadamente e intentó desabrocharse la camisa, fallando en el intento de quitársela. Derek sonrió levemente y adelantó las manos, como pidiendo permiso. El omega se quedó quieto sin moverse mientras le quitaba los botones hábilmente.

El castaño dejó caer la camisa al suelo, y Derek pudo apreciar la palidez repleta de lunares que lucía el omega frente a él. Sintió un gruñido nacer de su pecho, pero tomó aire, cerró los ojos y se tranquilizó. Arqueó una ceja para que se bajara los pantalones, y los largos dedos de Stiles se metieron por éstos, bajándolos y quedando totalmente desnudo frente al alfa.