Saviour [m-preg]

26

Llamó la puerta levemente, y no esperó el permiso de la que estaba en su antiguo cuarto, aquel que ahora le pertenecía a Cora. Entró y cerró a sus espaldas, caminando en silencio hasta el rincón donde estaba Allison hecha un ovillo. No estaba llorando, pero su expresión era de absoluta consternación.

Scott se sentó a su lado y se quedó en silencio, acompañándola para cuando quisiera hablar. Ella le cogió la mano y se la apretó, quedándose un rato mirando los dedos de ambos entrelazados. El hispano se llevó la mano de la chica a los labios y besó su dorso con suavidad.

—¿Te sientes con ganas de decirme qué es lo que ha pasado? —preguntó Scott dándole la vuelta a la mano de Allison, con una mano sosteniéndola y con la otra acariciándole la palma con el índice.

—No sé muy bien cómo decirlo, la verdad —susurró ella mirando los movimientos del alfa.

—Prueba. Quizás te sorprenda que en el fondo soy inteligente y todo. —Allison rio en voz baja, para luego suspirar y levantar la vista.

—Aquel hombre... el que ha entrado por último... —Scott asintió, sabiendo a cuál se refería—. Pues es mi padre.

El hispano arqueó las cejas con sorpresa, atragantándose con su propia saliva y haciendo reír a la omega, a la que miró mal por ser la causa de sus carcajadas. Logró dejar de toser y suspiró para que dejara de dolerle la garganta.

—Joder, es muy... fuerte. Es decir, no sabía que tenías familia.

—Ese hombre es familia mía porque puso su semen para ello, pero ya está.

—¿Qué pasó? Es decir, si me lo quieres contar, no quiero obligarte a contarme algo que no quieras.

—Pues... vivíamos tranquilos en una granja, la verdad es que estábamos genial mi madre y yo, aunque no podíamos salir de la parte de atrás de la casa, porque él decía que si salíamos nos matarían... a mí me gustaba jugar mucho en el jardín, me gustaba plantar flores y cuidarlas, la verdad es que tenía buena mano con las plantas. Pero un día entraron en casa, fue un día que él no estaba, así que sospecho que él mismo nos delató, que se cansó de tenernos allí, ya que necesitábamos comida y eso suponía mucho gasto de dinero. Mataron a mi madre, pero yo logré escaparme gracias a que el cazador de omegas me había enseñado bien.

—Y acabaste viviendo en la calle —murmuró Scott.

—Exacto. Hasta que me encontró Peter...

—No sigas —interrumpió el otro negando con la cabeza—, no quiero saber nada de lo que te hizo.

—Vale, ya creo que todos sabemos que es un hijo de puta.

—Exacto. —Se quedaron en silencio, aún de la mano, y Scott todavía jugueteando con los dedos de la omega—. Creo que deberías subir arriba —dijo el alfa clavando sus ojos en los de Allison—, no sé, te digo desde mi punto de vista. Acabo de volver de rescatar a Stiles, y esa gente se ha jugado el cuello para ir a por él. Quizás haya cambiado de actitud y ahora proteja omegas, y aunque no quite lo que hizo en el pasado, sí podréis vivir en paz, al menos ahora que ha ayudado a traer vivo a Stiles, ¿no crees?

—Tienes razón. Aunque no le perdono lo que le hizo a mi madre y a mí, sí que ha ayudado a Derek y ha salvado a Stiles, y vosotros sois mi nueva familia. No soportaría perderos —admitió en voz baja, sonriéndole de medio lado.

—Qué bueno soy convenciendo a la gente —dijo Scott con una risa, levantándose y extendiendo las manos para ayudar a Allison a hacer lo mismo.

Se puso de pie y se quedó unos segundos observando las manos del hispano, acariciándolas con los pulgares y mordiéndose el labio inferior, antes de alzar la vista y fijar la mirada en los ojos de Scott.