Saviour [m-preg]

20

Habían encerrado a un Scott confuso en el sótano mientras que los otros tres se quedaban sentados en el sofá, sin saber muy bien qué hacer. Allison los miró algo confusa de que no llamaran a Jackson para que fuera.

—¿No será mejor que aviséis a...?

—No —dijo Derek, pasándose las manos por el pelo. Stiles lo miró frunciendo el ceño.

—¿Por qué no? Tiene derecho a saberlo.

—¿Quieres que vuelva a la oficina con la ansiedad de que Isaac lo está pasando mal? Porque puede ser peor el remedio que la enfermedad, y ocurrirle algo a la vuelta.

—Es una estupidez —bufó el castaño poniendo los ojos en blanco—. Podrías decirle que es otra cosa y luego contarle la verdad, ¿no crees? A Isaac le está doliendo.

—Y le estará doliendo más por haber estado embarazado —murmuró Allison mordiéndose el labio inferior, preocupado.

—¿Que ha estado...? —empezó a decir Stiles anonadado. Derek asintió—. ¿Cómo es que lo sabéis?

—A mí me lo contó el primer día que fueron a mi casa ellos dos —explicó el moreno—. Fue el día en el que hablaste por primera vez —dijo con una pequeña sonrisa.

—Me acuerdo de ese día —repuso Stiles—. ¿Y tú cómo lo sabes? —preguntó girándose hacia la otra omega.

—Cuando estaba intentando hacerme decir algo al principio, no dejaba de hablarme para que recordara cómo se hacía, y me contó muchas cosas de él, entre ellas, que el celo le dolía por haber estado embarazado, eso es algo que le pasa a todos los omegas, aunque no sé si él por haberlos perdido le dolerá más.

—Deberíamos llamarlo —repuso el castaño torciendo el gesto.

—No creo que sea productivo... —murmuró Derek.

—Está sufriendo —musitó Allison, azuzando al moreno, que se puso de pie, asustándolos.

—Está bien —gruñó—, lo llamaré, pero no le mencionaré lo que pasa.

—Pero dile que vuelva, que hay un problema... o algo así —dijo Stiles suspirando en voz baja.

Derek se levantó y caminó hacia el ventanal, pulsando la cara de Jackson en la agenda y colocándoselo en el oído, oyendo los tonos del teléfono y esperando pacientemente, hasta que por fin oyó la voz de su mejor amigo.

—Dime Derek, ¿qué pasa? —preguntó al otro lado Jackson. Parecía algo agobiado.

—¿Te pillo en mal momento o puedes hablar?

—Estoy un poco hasta arriba, pero dime, ¿qué es lo que ocurre?

—Es que verás, me preguntaba si puedes volver a casa hoy más temprano, pero sólo si puedes.

—¿Por qué lo dices? No sé si podré salir antes Derek, mi padre no creo que me deje, además de que si no salgo a las nueve no tendremos para final de mes.

—Bueno... es que esto es más importante, creo. Scott mañana tiene una entrevista así que este mes estaremos más holgados, creo que podrías salir hoy antes —insistió el moreno.

—¿Quieres decirme de una vez lo que pasa, joder?

—Isaac está en celo —soltó finalmente, sin poder aguantarse la noticia.

Al otro lado se instaló el silencio, preocupando a Derek, porque sólo se escuchaba la respiración arrítmica de su amigo por el teléfono. Apretó los dientes lamentándose por haberlo soltado tan de repente.