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El lunes llegó a la mansión de los Hale, y el ambiente estaba más que enrarecido por ser el día previo a la luna llena. Todos estaban más irritables que de costumbre, y Ava dejó preparadas todas las comidas del día siguiente, ya que a la hora de la cena se iría: vivía con el miedo a ser mordida de nuevo por la pequeña de la familia. Estarían solos, y Derek sospechaba que, como siempre que la beta no estaba, empezarían a surgir aún más tensiones por no saberse manejar como personas independientes.

Tras despertarse una vez más enredado al cuerpo de Stiles, disfrutando del cómodo sopor y maldiciendo la maldita alarma, se fue a la ducha y se terminó de vestir mirando al omega acurrucado entre las sábanas, tan relajado que no quería despertarlo.

Dejó su pijama al lado del castaño para que su olor prevaleciera y su ausencia no perturbara el sueño de Stiles y bajó las escaleras. Le pidió a su beta que le subiera el desayuno cuando todos se marcharan, y procedió a desayunar con su familia, que ya estaba reunida a la mesa.

—Buenos días —saludó sentándose junto a Peter. La relación con su tío en ese momento era tensa, el enfrentamiento del sábado flotaba en el ambiente.

—Hoy tendrás el borrador del nuevo engrudo 3.0 —anunció el mayor sin mirarlo—. Ha habido cambios en los objetivos del producto.

—Me alegro que hayas tenido que sobornar a mi laboratorio.

—No hay problema, tan sólo quiero la sumisión total. Quizás tengamos que hacer otro engrudo para que los alfas como tú sepan lo que les conviene —siseó Peter con furia. Talia golpeó la mesa.

—¡Basta, los dos! Derek, ese estudio es necesario para nosotros, tenemos que poder hacerlos sumisos más rápidos y así poderlos tener en casa, y Peter, ni se te ocurra siquiera volver a sugerir nada de eso sobre mi hijo, ¿te queda claro? Te guste o no, es lo que él piensa, y sólo va a poder cambiar su opinión él mismo, y si quiere. No lo coacciones más, y déjalo en paz.

Aquellos mensajes de su madre eran contradictorios. Talia quería que Derek fuera un alfa que sometiera a los omegas, pero a la vez no quería que Peter cambiara la opinión de éste en cuanto a sus ideales. Estaba más confuso que nunca, ya que aquello acababa de desarmarlo por completo.

—¿Podremos desayunar algún día todos juntos sin que Derek saque su vena reivindicativa y sin que Peter sea político hasta con su familia? —preguntó Laura con sorna—. Es bastante molesto desayunar con un debate todos los días.

—Tranquila, yo termino mi desayuno arriba —anunció el moreno cogiendo su café, ya que había acabado con sus tostadas. Subió las escaleras furioso y entró en su habitación, acordándose que Stiles seguía dormido y yendo en silencio hasta su escritorio.

Se sentó en la silla y contempló la mata de pelo castaña del omega, que roncaba con suavidad, totalmente relajado y viéndose adorable. A esas alturas, a menos de una semana de haberlo tenido, aquel chico constituía la mayoría de sus pensamientos. No era nada raro que se hubiera colado en ellos, ya que lo veía preocupantemente atractivo, con su inocencia y su genuina sonrisa que le desarmaba todas las defensas.

En menos de una semana había recordado cómo hablar, y aunque lo hacía como un niño torpe, escuchar su nombre de sus labios había encendido algo en él que no lo ahogaba ni el suplicante pensamiento que se repetía en su cabeza, que le pedía dejarlo estar, no sentir nada por el omega, porque a la larga le traería problemas.

Pero qué demonios, ya vivía sumergido en los problemas desde siempre.

Sintió un cosquilleo en sus labios al recordar los besos que se habían dado la madrugada y la mañana del día anterior. No había querido repetir aquello, porque aún no estaba seguro si Stiles lo hacía porque era lo que debía o porque realmente le apetecía, así que aunque se habían acurrucado para dormir, sintiendo un alivio tremendo al hacerlo, había procurado evitar que sus labios se situaran cerca de los de Stiles. Lamentablemente aquello había sido una dura prueba a su autocontrol, porque el castaño parecía tener un imán para él.

Saviour [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora