Chat Noir vs Ladybug -Parte 2: Reencuentro

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-Marinette soy yo, ya todo esta bien- intenté calmarla para acercarme lentamente, pero no obtuve respuesta. 

Y cuando por fin estuve a una distancia corta noté que tenía los ojos vendados por una tela negra. Pero ella no se movió ni un milímetro y mi respiración entrecortada solo se hacía más profunda al pensar que es lo que mi padre pudiese haberle hecho. Sabía que lo que le sucedió era mi culpa, que debía haberla buscado antes, que aquel estado era mi responsalbilidad y cediendo a mis impulsos me derribé a sus pies, mientras la cogía por la cintura. 

-Siento no haber venido antes, no haber  vuelto inmediatamente a buscarte, siento tanto no haberme dado cuenta de las cosas a tiempo, pero estaba tan aterrado y en un momento solo sentí odio...-dije soltando de una vez todo lo que guardaba desde hace un mes, mientras yo mismo empezaba a sollozar- Pero siempre apareciste tú, como un recordatorio de mi propia humanidad como individuo y de mi responsabilidad como Chat Noir. Marinette siento no haber visto que eras....

Sin embargo antes de poder terminar una patada en la quijada me lanzó varios metros atrás, no fue tan fuerte pero el golpe moral si fue devastador. Entonces continuó con su repertorio de ataques algo torpes, a los que yo solo me limité a esquivar.

 No podía dejarla más en ese estado, detuve su mano  presta a golpearme y la miré directamente. Noté que aquella tela de terciopelo negro traslúcido se humedecía, entonces se alejó de mí y empezaron a caer lágrimas que al contrastar con aquella luz de luna, que entraba destellante, generaba un brillo hermoso. Definitivamente aquella era Ladybug, su delicadeza, su personalidad. No estaba enamorado de dos personas diferentes, estaba enamorado de la  Marinette que estaba detrás de aquella chica que tartamudeaba mientras me hablaba.

-Marinette soy yo... soy Adrien-dije al tiempo que le retiraba la venda, no solo soy un extraño escondido en una máscara...

-Cállate... por supuesto que sabía que eras tú...él me lo dijo. Por qué tuviste que venir, debiste reunir a las personas que quedaban e irte de París y como pudiste hacer algo tan irresponsable como traer a Alya- su llanto se acrecentaba proporcional a su coraje- No sabes las cosas horribles que me a hecho ver, Adrien. El gobierno iba a capturarnos y no solo a nosotros sino a todas las personas akumatizadas, nuestros amigos. Ellos ya lo han hecho en otros lugares con chicos iguales a nosotros, quizás él tenga razón, quizás....

-Nunca el dañar a los demás será lo correcto... -respondí al instante mientras recordaba mi batalla con el Mimo, toda la ira que llegué a sentir, la sensación de odio, aún si hubiese terminado mi ataque contra él no hubiese salvado nada. Pero todo aquello lo comprendí muy tarde.

-Pareces otra persona, ni como Adrien, ni como Chat Noir pensé oirte decir algo así- dijo por fin dejando de llorar y prosiguió-Todas las noches me llevaba a la cámara donde tiene a Tikki y usándola para aumentar su poder, akumatizaba personas inocentes torturándolas con su propio odio. Todo el sufrimiento, todo el dolor que le divertía..-noté que perdía la mirada en la ventana- Ver a las personas solo caer sumisas a su odio y no poder hacer nada. Ver como mi madre venía capturada y enterarme que todo el tiempo, el Adrien Agreste que me parecía inalcanzable siempre estuvo a  mi lado- entonces cambió... la impotencia y la tristeza resonaban mayúsculamente en sus palabras.

En ese instante me destransformé, le saqué la venda y observé que aún llevaban delicados rastros de llanto.

Un segundo mi cabeza se puso en blanco, no necesitaba pensar lo que haría y... La besé... No había nada más que decir. No dejaría que se rindiera a los poderes de Hawkmoth. Dejé que meses de amor no correspondido fueran los que guiaran mis acciones. Sin embargo nos separamos y noté que se humedecían sus ojos de nuevo.

-No importa si es imposible, nisiquiera si yo fuera a morir. A veces las personas solo deben hacer lo que tienen que hacer, a veces solo se debe cerrar los ojos y saltar hacía el vacío, siguiendo nada más que al corazón y cegándose a la razón.

-¿Por qué llegarías tan lejos por alguien que nisiquiera conoces?

-Porque yo no soy Hawkmoth y no todas las personas tienen que ser lo que él te quiere hacer creer. Hay más en los seres humanos de lo que comprendemos e intentar etiquetarnos a todos es como intentar nombrar todas las estrellas

Tras eso noté que me miraba asombrada y por primera vez reconocí ese brillo en sus ojos digno de la Ladybug de la cual estaba enamorado. Así que le extendí la mano y dije:

-¿Confía en mi?

Ella dudó un segundo y cuando finalmente se inclinaba hacía mí apareció...

Aquella escena se vió interrumpida por la apertura de la puerta, mientras la habitación se inundaba del sonido de aplausos lentos y acompasados intercaladamente... 

Miraculous 1: La Desaparición de LadybugWhere stories live. Discover now