Las portadoras secretas de Miraculous- Parte 2: La identidad de la abeja

1.6K 118 3
                                    

Cuando llegamos al hospital dijeron que yo no podía entrar porque era menor, así que me quedé esperando en el pasillo a que mi padre saliese, en ese momento realmente me odié. ¿Por qué no había ido a verla? Mi mente me decía, tus amigas... pero enrealidad ¿lo valió?. La oscuridad y soledad de aquel lugar además de su atmósfera a esas horas de la madrugada me absorvieron, sentía como la oscuridad me atraía dentro de ella en ella... Pronto las lágrimas empezaron a caer una tras otra sin que pudiese contenerlas. El miedo y la agitación no me dejaron elevar la voz pero mi alma gritó a pesar de que mis sollozos eran inaudibles:

-Mamá porfavor no te mueras...


Después de un rato mi papá me llevó a casa y me dijo que solo había sido una falsa alarma. 

-Cariño, por la tarde después de la escuela podrás verla. Así que duerme ya.

Y yo tras tranquilizarme y sentir el mayor alivio de mi corta vida, pude dormir tranquilamente.

Al día siguiente decidí ir a verla con mi vestido de abeja para alegrarla, pero mis amigas se burlaron apenas me vieron, pensé que era inevitable que sucediese pero en ese momento mi  madre era lo más importante en mi cabeza, así que solo lo dejé pasar. 

Cuando tocó el  recreo me ignoraron y se fueron rápido, yo en mi inocencia pensé que solamente se habían olvidado de mí y salí a buscarlas. Cuando iba a ver en el baño, escuché sus voces en el patio, así que fui corriendo, en aquella situación donde estaba tan confundida y con tanto miedo de perder a mi madre lo que  necesitaba era de ellas... 

Finalmente llegué e iba a hablarles, cuando escuché lo que una de ellas dijo casi gritando...

-No pienso andar con ella mientras este vestida así, ya era demasiado tenerla con nosotras cuando era menos rara.

-No tenemos  de otra, ¿haz olvidado todos esos regalos?

-No es que ella tenga algo mal, es solo que... no empatiza con nosotras...

Estaba incrédula ante lo que escuchaba, todo este tiempo.. f-fue por ¿mi dinero?. Entonces mientras ya retrocedía lentamente, tropecé...


-¿Cloe? ¿nos escuchaste?... -me preguntaron pero estaba sin habla

-Y-yo...

-Mira nosotras- agregó otra- no pretendíamos...

-Todas aquí son hipócritas, me dan tanta lástima -la que lo dijo era una chica llamada María, la misma que el día anterior me había pedido mi muñeco nuevo -Mira Cloe eres una buena chica, pero simplemente el que hayas logrado entrar a este lugar solo por la influencia de tu papi y el que hayas  tenido una vida tan cómoda es injusto. No eres como nosotras-...

-Tú eres horrible...- respondí mientras desafiaba sus azules ojos, siempre había sentido un poco de envidia hacia ella, su  pelo negro bien cuidado y  su ropa a la moda eran el sello que todas querían imitar, pero para mi eso era aburrido, lo que envidiaba era su facilidad para decir lo que pensaba y que las personas la aceptacen por eso.

-¿Quién me odiaría? No se si lo has notado pero aqui todas me aman.

-Quizás, pero mi mamá dice  que las personas se miden por su corazón.

-¿Y dondé está ella ahora?

Entonces el recuerdo de la noche anterior me aterró, resbalé y caí en barro... Cuando me reincorporé noté que mi vestido se arruinó, estaba harta de aquello. Rápidamente vinieron a auxiliarme y pedirme perdón pero era tarde, ya no estaba interesada en tener amigos, ni en disimular que no pasaba nada. Lloré y me juré que sería la última vez que lo hacía.

La tutora cuando nos encontró tras el alboroto que armamos, nos llevó a la oficina del director y una vez ahí llamó a mi padre. En ese instante las palabras de aquella chica resonaron en mi cabeza , si ella creía que podría tratarme así solo por la posición de mi padre o por mi dinero, le haría saber que hacía bien en tenerme rencor y apenas llegó hice que las expulsen. Después de todo era como ella dijo: ¿Quién podría odiar a alguien así? Bonita, poderosa y adinerada.

Luego de todo eso me sacó temprano del colegio y por primera vez me sentía bien, no dejaría nunca más que nadie me pasase por encima. Debía luchar por lo que quería o rendirme a perderlo pero ya no había excusas para seguir de esta forma.

En ese momento sentí la voz de mi madre hablándome al oído, se sentía cálido, la única amiga que necesitaba era ella...

-Cloe, amor mío, dile a tu padre que lo amo. Que lo siento pero...- en ese momento mi papá sacó su celular y empezó a gritar pero no podía oírlo- era inevitable que esto pasase. Cuando estes lista acepta mi peineta, eres una gran chica. No te traiciones, lo diferente es hermoso.

No entendía que pasaba hasta que finalmente mi padre me arrancó de la duda de forma abismal:

-C-Cloe... tu madre...



Miraculous 1: La Desaparición de LadybugOnde histórias criam vida. Descubra agora