Miraculous 1: La Desaparición de Ladybug

Salvar o Matar

Pero Nathaniel, a pesar de todo lo que intenté, no vino con nosotros. Igualmente el Maestro Fu me pidió que le dejase el Miraculous de la tortuga, su confianza ciega en nosotros era de admirar. Pero no podíamos esperar más... 

Avanzamos sigilosos por los escombros de las de batallas que habían comenzado hace menos de una hora. Pero Alya hizo un gesto y nos detuvimos en lo que quedaba de lo que alguna vez fue una pastelería.

-Adrien, yo sé que esto no es lo correcto pero estas... ¿P-Preparado para acabar con  tu padre?- esa pregunta me sacó bruscamente de mis casillas, hasta ese momento no había cruzado esa idea por mi cabeza..

-Alya ya te dije... - sin embargo me cortó algo incómoda.

-Lo sé, lo liberarás... lo dijiste, ¿pero y si no funciona?.

-Funcionará -afirmé seguro de que todo lo que había pasado hasta ese momento me había servido. No era el mismo chico y no volvería a...

En ese instante llegamos a lo que debería ser un cementerio de aviones, las partes de fuselajes y demás piezas que desconocía estaban regados por todos sitios.

-Bueno creo que aquí nos separamos -me dijo a lo que me limité a asentir con la cabeza mientras ella prosiguió- Recuerda lo que te dijo tu madre debes elegir cuando pelear y cuando no. No solamente no hacerlo...

Luego de nuestra despedida Alya se fue por el subterráneo, mientras que Nino y Cloe rodearían los flancos y yo iría de frente. Sabía perfectamente que debía luchar pero mientras hubiera otra forma la tomaría, no me dejaría tomar por el odio de nuevo.

A medida que avanzaba se tornaba más notoria la batalla aérea, que era bastante desigual, los akumatizados alados derrivaban aquellas máquinas de metal como si fueran de papel, tras verlo me apresuré a buscar sobrevivientes, pero cuando llegué en donde estaban, uno que iba siendo derrivado  disparó contra mí. En ese momento noté fácilmente era confundible con alguna de esos akumatizados con trajes llamativos, así que solo pude esquivarlo resignado.

Finalmente se  estrelló y  corrí rápidamente a su encuentro, pero grande fue mi sorpresa cuando no encontré nada, entonces recién en ese momento caí en cuenta de que las cabinas de aquellos aviones eran nulas. 

-Eran aviones no tripulados, seguramente siendo controlados en alguna base -noté aliviado después de mucho tiempo.

Sin embargo ahora el camino se hacía más dificil con el fuego que  disparaban contra mí esos colosos voladores. Tras ese inmenso cuarto de hora donde sospecho que usé mis siete vidas, llegué donde debería estar ese ejercito de akumatizados...

Al instante caí de rodillas ante el panorama, el suspiro de tranquilidad que acababa de tener desapareció y se convirtió en terror.

 ¿Qué debía hacer? Eran miles, no imaginaba que tanta gente hubiese caído presa de Hawkmoth y el tiempo se me acababa, si me lanzaba a enfrentarlos solo volvería a perder a mis amigos, pero era imposible llegar hasta Hawkmoth entre tantos...quizás debería esperar a que se enfrenten a los soldados y en medio de la batalla pelear con él... No podía ser que la única solución fuese dejar morir a tantas personas, me rehusaba a creerlo. 

Sin embargo todo empeoró cuando vi un misil venir directo hacia donde nos encontrábamos, no podía ser que sea...