Las portadoras secretas de Miraculous- Parte 1: Cloe

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Cloe:

Cuando era niña  jugaba seguido con un chico rubio, que  era el hijo de una de las mejores amigas de mi madre. Casi diario la soledad de mi casa era inundada por la alegría que transmitian ese niño y su madre, pero mi timidez solo me permitían verle desde atrás, como si le persiguiese con todas mis fuerzas pero él se alejara tanto que cuando volteba no me veía apesar de que yo lo distinguía claramente. Esos dias sosegados, que quizás solo tenían tintes oscuros por las ausencias de mi padre que ascendía en su carrera política, fueron los más felices de mi vida. 

Pero a pesar de eso lo que más recuerdo son los días lluviosos en que Adrien y su madre no podían venir. En ese entonces me aterraban los truenos y siempre terminaba corriendo asustada al estudio de mi madre, ella lejos de molestarse porque la interrumpía, me cargaba y se acostaba conmigo hasta que nos quedasemos dormidas. Por alguna razón que nunca comprendí ella parecía bastante aficionada al tema de abejas, recuerdo bien que en mi guardarropa tenía aún aquel disfraz de abeja con el que salí a pedir dulces en algún Haloween, esa vez Adrien se disfrazó de un gato negro y se pintó bigotes. Yo apenas lo vi solo me rei pero a nuestras madres les resultaba incómodo y nunca comprendí porqué...

Sin embargo aquellos tiempos tenían que terminar. Cuando entré al jardín de niños me separé de Adrien y mi  madre empezaba a tener problemas con su salud. En ese momento perdí la brújula de las cosas, a pesar de que lo intentaba me resultaba dificil hacer amigos y las niñas no se interesaban en las mismas cosas que yo. Pero eso pasó a segundo plano cuando mi madre se tuvo que internar en un hospital porque su estado ya era delicado. En ese vaivén me acerqué más a mi padre, él ignoraba muchas cosas pero a mi madre y a mi siempre nos trató bien, quizás no estaba mucho con nosotras pero podía saber cuanto le importabamos, no por los regalos sino por lo que hacía para hacernos felices. 

Así terminé el preescolar y el estado de mi madre no mejoró, era como si algo la consumiese lentamente. Los doctores no tenían ni idea de que pasaba y solo seguía empeorando.

 En primaria los chicos no solo me ignoraban sino que me fastidiaban, al inicio en primer año no tuve mayores complicaciones, una que otra broma y pasaban de mí, yo solo seguía llendo diario a ver a mi madre al hospital, esos eran los mejores momentos de mi día. Era como si ese frío cuarto se transformase en el único lugar donde fuese feliz, también ocasionalmente me encontraba con Adrien y su madre. Estaba tal y como lo recordaba, su alegría me contagiaba e intentaba ayudarme con mis problemas de adaptación a la escuela. Poco a poco esos dias en el hospital se volvieron hogareños y pacíficos. Así mientras pasaba el tiempo intenté hacer caso a los consejos de Adrien y mi relación con mis compañeros mejoró, sabía bien que él estaba en una situación como la mía y no trataba mucho con chicos de su edad pero su chispa era claramente atrayente hacia los demás.

Los meses pasaron consecutivos uno tras otro y llegué a cuarto de primaria. Si bien habia descuidado un poco las idas al hospital por salir con mis nuevas amigas, al fin mi madre parecía recuperarse, ya no escuchaba nada malo sobre su estado y además como mi casa era la más grande entre todas y tenía muchos juguetes les encantaba venir a jugar. Aquel día de octubre iba a volver a ver a mamá luego de una semana de ausencia y sobretodo en vísperas de Haloween donde me prometió que podría salir al fin de aquel sitio y pasear conmigo, pero mis amigas quisieron venir ese día también y decidí aplazar mi visita al hospital, despues de todo al dia siguiente seríamos solo las dos pidiendo dulces como en los viejos tiempos...

-Por favor Cloe regalame está-dijo una mientras me hacía ojos de perrito .

-Pero me la acaba de traer. papá, de América, no.. lo sé.

-Pero somos amigas y para eso estamos. ¿O no ?

-S-Sí...

Esa noche note que ellas hacían eso mucho, pero yo tenía muchos juguetes y ellas son mis amigas pensaba ingenuamente, mientras caía en un profundo sueño. Sin embargo gritos de mi papá me despertaron. Él solo me dijo que tomara mi abrigo y que saldríamos en un instante. Algo había pasado con mamá...


Miraculous 1: La Desaparición de LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora